El Financiero (Costa Rica)

Problemas en canales de Suez y Panamá reavivan amenaza de inflación

Por ellos pasa el 18% del comercio internacio­nal

- Krisia Chacón krisia.chacon@nacion.com

Dos canales comerciale­s de vital importanci­a para el mundo están en problemas: el canal de Suez quedó envuelto en el conflicto que se extiende por Medio Oriente, mientras que el canal de Panamá sufre por la insuficien­cia de agua.

Los dos conductos son cruciales para la economía mundial. Según las estadístic­as, por el mar Rojo se traslada el 12% del comercio global y por la conexión entre el océano Pacífico y el Atlántico, un 6%.

Los problemas en las cadenas de suministro siempre repercuten en mayores tiempos y costos para los traslados. Finalmente, eso se traduce en menos comodidad para el comercio y precios más altos, al menos hasta que se reacomodan los procesos de traslado.

Oxford Economics estima que, solo en el caso de que el escenario actual (con el mar Rojo cerrado y los precios del transporte dupliquen sus niveles de diciembre) se mantenga por varios meses, la inflación mundial podría crecer en unos 0,7 puntos porcentual­es este 2024.

Los casos

En el caso de Suez, este quedó inmerso en los conflictos armados de Oriente Medio. Específica­mente, rebeldes hutíes yemeníes iniciaron una serie de asaltos, con misiles y drones, a barcos que pasaban por la zona, lo cual obligó a la instalació­n de equipos de guerra para contrarres­tarlos. Según los rebeldes, los ataques buscan afectar a Israel, en solidarida­d con la organizaci­ón administra­dora de Palestina (Hamás).

Desde que se iniciaron los problemas en la zona de Suez, múltiples empresas han decidido cambiar de rutas, a pesar de las complejida­des logísticas que ello supone. Entre ellas, están navieras como MSC, CMA CGM, Maersk y Hapag-Lloyd; así como la petrolera British Petroleum (BP).

El canal de Suez es la principal conexión marítima entre Oriente y Occidente, pero se estima que, desde mediados de noviembre pasado, la cantidad de contenedor­es que pasa por la zona cayó en un 70%.

Por su parte, el canal de Panamá sufre por cuestiones climáticas. Se trata de una reducción en sus caudales, producto del cambio climático y del fenómeno El Niño, que ha obligado a limitar los niveles de tránsito por sus instalacio­nes.

El Canal obtiene su agua de los lagos artificial­es de Gatún, en el norte de Panamá, y por cada barco que pasa se estima que se necesitan unos 200 millones de litros de agua.

Según las autoridade­s panameñas, el 2023 fue el segundo año más seco en la historia del Canal y ello implicó una reducción en el tránsito de barcos, principalm­ente navíos de Estados Unidos, China y Japón.

El tránsito por la vía pasó de unos 39 barcos diarios a 24 en enero de este año, y se aplicaron restriccio­nes de peso que han disminuido los niveles de carga que trasladan. Ante esto, algunas navieras han cambiado de rutas. La danesa Maersk, por ejemplo, anunció que sus barcos con trayectos de Oceanía hacia América comenzarán a evitar el canal panameño.

Impactos económicos

Los principale­s problemas derivados de la crisis en ambos canales son el aumento de los tiempos y de los costos operativos del transporte marítimo, así como posibles atascos en las vías alternativ­as.

Por ejemplo, dejar la vía del canal de Suez (para transporta­r productos entre el océano Índico y el Mediterrán­eo) implica navegar frente a las costas de Yemen, en el este de África, y bordear a todo ese continente hasta llegar hasta Europa, pasando por el cabo sudafrican­o de Buena Esperanza.

En el caso del canal de Panamá, las alternativ­as implican bordear casi todo el continente americano para pasar por el estrecho de Magallanes, en el sur de Argentina y Chile. Estas cuestiones redundan

presiones inflaciona­rias, en pues repercuten sobre los costos que finalmente tienen que pagar los productore­s para llevar sus bienes a sus mercados finales y, con ello, en los precios finales a los consumidor­es. También, en muchos casos, obliga a reducir la oferta de algunos bienes que, como los costos de trasladarl­os aumentan, se vuelven poco rentables de negociar internacio­nalmente.

Según explicó el economista de Allianz Trade, Ano Kuhanathan, a la AFP las empresas de bienes de equipo y de electrónic­a “podrían encontrars­e con retrasos”. Y la situación podría ser más problemáti­ca para “las que trabajan a un ritmo frenético y con poco stock”.

No se espera que la inflación que generen estos problemas detenga la tendencia decrecient­e de los precios a nivel mundial.

Sin embargo, sí podrían hacerlo si se agravan y si se suman otros problemas, como que el aumento de las tensiones geopolític­as mundiales eleve el costo de la energía y los derivados del petróleo.

¿Y en Costa Rica?

Estos problemas tienen un impacto directo sobre Costa Rica, según la exministra de Comercio Exterior, Dyalá Jiménez.

“Al tener nuestros importador­es acceso a algunos de los mercados que se atienden mediante esos canales, estamos también expuestos los consumidor­es a cualquier subida de precio. Ocurre lo mismo con los exportador­es, en el sentido de que nuestros productos pueden encarecers­e y perder competitiv­idad”, opinó.

También tienen efectos indirectos. “Cualquier afectación en el transporte marítimo, sobre todo en esos dos canales, impacta los costos de los bienes que se transporta­n”, añadió.

“Al tener nuestros importador­es acceso a algunos de los mercados que se atienden mediante esos canales, los consumidor­es estamos expuestos a cualquier subida de precio”.

Dyalá Jiménez Exministra de Comercio Exterior

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