Así era la economía tica la última vez que el dólar rozó los ¢500
El tipo de cambio promedio del Monex cayó a ¢515 este año, un valor similar al del 2014
El tipo de cambio no descendía a niveles tan cercanos a los ¢500 desde finales de enero del 2014.
El promedio del Mercado de Monedas Extranjeras (Monex) cerró en ¢515 por dólar la cuarta semana de este 2024, un dato que no se observaba desde el 30 de enero del 2014.
¿Cómo era el escenario costarricense en aquel entonces? Muy diferente.
Para empezar, el país disponía de una política cambiaria distinta hasta ese momento: el viejo sistema de banda cambiaria. Hoy se aplica la política de flotación administrada, la cual apenas entró en vigencia a partir del 2015.
En cuestiones políticas, la administración liberacionista de la expresidenta Laura Chinchilla estaba de salida, sin haber podido resolver el desajuste fiscal sobre el que ya advertía. Y la campaña para las elecciones de febrero evidenciaba como una gran posibilidad que se rompiera el bipartidismo.
En el día a día de la población, todavía se percibía cierto optimismo por el regreso de la Selección Nacional de fútbol a un Mundial. Iba a participar en Brasil 2014 después de su ausencia en Sudáfrica 2010, pero la ilusión no era demasiada.
Justo en diciembre anterior, el sorteo de dicha competencia había colocado al equipo tico junto con tres excampeones (Uruguay, Inglaterra e Italia), que ponían el camino cuesta arriba.
Ya había quedado atrás la crisis del 2009, pero todavía no pasaba por la mente de nadie que fuera a surgir una pandemia años después. Ha pasado una década desde aquel dólar que rozaba los ¢500 y las condiciones son otras.
Cambio de política cambiaria
Para empezar, veamos las diferencias de la política cambiaria del 2014 y la actual.
El sistema de banda cambiaria se aplicó entre octubre del 2006 y enero del 2015, y consistía en un modelo transitorio para la adopción del actual esquema de metas de inflación.
Con ese viejo sistema, el Banco Central de Costa Rica (BCCR) tenía que establecer una banda de tolerancia a las variaciones cambiarias; es decir, un monto mínimo y uno máximo sobre el que tenía que intervenir.
El BCCR se comprometía a mantener cierta estabilidad, comprando divisas cuando existieran fenómenos de exceso de oferta o vendiéndolas cuando el exceso fuera de demanda.
A partir del 31 de enero del 2015, en cambio, entró a regir formalmente el sistema de flotación administrada que conocemos en la actualidad. En este sistema, el ente emisor permite que el tipo de cambio fluctúe conforme a las condiciones del mercado y solo interviene en aquellos momentos en que lo considera necesario para evitar variantes extremas.
A diferencia del esquema anterior, en este nuevo sistema, el Central no se compromete a mantener el valor del dólar en un punto específico.
El viejo sistema de banda cambiaria propició una época de gran estabilidad. Entre el 2006 y el 2016, el promedio del precio de venta del dólar de todos los años osciló entre los ¢500 y los ¢572. Al sistema actual se le acusa de dar un mayor espacio a la volatilidad, como se ha visto en los últimos meses.
Por este tipo de cuestiones es que el “dólar a ¢500” de 2014 es tan distinto del dólar casi a ¢500 del 2024.
De hecho, en aquel inicio del 2014, la tendencia del tipo de cambio era creciente y el Central incluso hacía alusión al fenómeno como una “depreciación moderada” con “efectos positivos para exportaciones y turismo”, en su Programa Macroeconómico de inicios de año.
La tendencia al alza alegraba a esos y otros sectores empresariales, a pesar de que en el 2013 el precio del dólar más bien se había mantenido en niveles especialmente bajos y las cámaras urgían a flexibilizar lo más posible el tipo de cambio al mismo tiempo que, según recogen notas de prensa de la época, planteaban reducir algunos incentivos para el ingreso de capitales de especulación.
La inflación del 2013 no era un tema mayor en el ambiente y se había mantenido dentro del rango de tolerancia del emisor para aquel período (3,7% ); mientras que la tasa básica pasiva se ubicaba en 6,5% (1,25 puntos porcentuales por encima de la actualidad) y la tasa de política monetaria en 3,75% (2 p.p. menos que ahora).
La atracción de inversión extranjera directa medida como ingreso de capitales se había calculado en 6,3% de la producción, similar a años anteriores; sin embargo, mayor que en los últimos años, según los registros históricos del Banco Mundial.
Ahora el contexto es lo opuesto. En un sistema mucho más flexible, se da una apreciación atípica del colón, y son esos mismos sectores (exportador y turístico) los que piden una mayor intervención por parte de las autoridades, pues se reducen sus ganancias y aumentan sus costos operativos.
Depreciación histórica
La tendencia del colón a lo largo de la historia ha sido la depreciación, más allá de la apreciación de los últimos meses.
En 1945 y 1946, todavía se hablaba de valores de venta de ¢6,62 por dólar, según un artículo publicado por la investigadora Rosa María Vindas-Chaves en el 2021, con base en registros históricos del BCCR.
Los valores se mantuvieron por debajo de los ¢10 todavía hasta el inicio de la década de los 80, pero la crisis de aquel entonces vino acompañada de una fuerte devaluación, nunca antes vista. El valor de la divisa estadounidense se disparó a los ¢40 para el cierre de 1982, en otras palabras, un crecimiento de más del 300% en solo dos años.
A partir de entonces, la devaluación continuó paulatinamente.
Primero, se superó la barrera de los ¢100 con la entrada de los años 90. Para 1996 ya se había cruzado la línea de los ¢200, y para el cambio de siglo ya se había cruzado el precio de los ¢300.
En el 2003 ya se hablaba de más de ¢400 y la barrera de los ¢500 se superó por primera vez en el 2006.
Entre ese último año y hasta el 2015 la situación fue de relativa estabilidad; sin embargo, la tendencia al crecimiento regresó a partir de entonces.
De hecho, el precio del dólar superó los ¢600 en el 2020 y dos años después estuvo cerca de los ¢700; empero, en los meses recientes ha experimentado un retroceso atípico.
Según las autoridades del Central, existen diversas cuestiones que explican el inusual desempeño positivo del colón frente el dólar en los últimos 18 meses, el cual ha implicado una revalorización del 26%.
Entre otros argumentos, sobre este comportamiento, se han mencionado que el precio de casi ¢700, registrado a mediados del 2022, fue circunstancial, producto de una situación atípica como fue la pandemia de covid-19. Ese fenómeno cerró el ingreso de una gran cantidad de dólares por turismo y otras actividades y, al mismo tiempo, implicó una mayor salida de divisas por la compra de petróleo a mayor costo.