El Financiero (Costa Rica)

Tico creó ‘block’ de construcci­ón que emula un juego de Lego

Édgar Castillo, fundador de Concretos Modernos, ha creado productos innovadore­s

- Carlos Cordero P. carlos.cordero@elfinancie­rocr.com

En la última feria del sector de construcci­ón, al stand 381 de Concretos Modernos, donde se presentaba­n columnas y baldosas, se acercó un pequeño grupo de empresario­s de Panamá.

Ellos querían conocer una innovación de la firma costarrice­nse, Prefablock Modular, que también se presentaba ahí.

Es un producto con diferencia­s respecto a un block tradiciona­l, el cual —según la compañía— permite edificar como si fuera un juego de Lego, reduciendo el costo de construir una casa hasta en 40%.

La solución se le ocurrió a Édgar Castillo, presidente y fundador de Concretos Modernos, en viaje con su hijo Fabricio. Era su segundo producto innovador con patente registrada, además.

Édgar mira con satisfacci­ón sus inventos. También el recorrido de la empresa, fundada en 2004.

Castillo es oriundo de Santa Rosa de Cutris, en San Carlos. Su familia tenía una finca dedicada al ganado y a las siembras. De joven él ayudaba en la producción, pero descubrió que se le daba bien vender.

Salía con galones de leche o un carretillo lleno de verduras y vendía casa por casa.

Tras graduarse del Colegio Agropecuar­io, trabajó en varias agencias de publicidad y comunicaci­ones ubicadas en San José. Primero como mensajero, pero después aprendió otras tareas, como armar artes que luego pasaba a revisión, solo que él no se veía ahí toda la vida.

Dio su primer paso como emprendedo­r con una fábrica de zapatos en 1998, en Grecia.

Empezó a traer fajas, billeteras, colonias, camisas y otros productos desde México, aprovechan­do las ventajas del tratado de libre comercio entre ese país y Costa Rica firmado en 1995.

Las transporta­ba en su propio vehículo; le iba bien y así duró tres años, hasta que lo asaltaron policías en ese país y le quitaron todo.

En la fábrica quedaban 300 pares de zapatos que se los entregó en pago por alquileres al dueño del local.

Su esposa, Andrea Trejos, le llamó la atención, pero Édgar quería hacer otra cosa.

Entonces, un amigo, Carlos Rodríguez, le propuso crear una fábrica de láminas de cemento, la cual inició en Grecia en el 2004. Luego, su socio se fue a San Carlos, creó la suya allá y operó unos 10 años.

La de Grecia, a cargo de Édgar, tuvo tres años con buenos resultados, luego otros siete años “muy difíciles” y despegó un poco cuando empezó la venta de cemento. Él mantuvo la fabricació­n de productos de construcci­ón y empezó a introducir algunos de su propia invención.

Primero, inspirado en unas tapias decoradas por ambos lados que vio en Guatemala, introdujo un producto similar con la marca Prefablock, la cual registró. El segundo surgió de un reto.

Un sábado fue a almorzar con un amigo, José Luis Gómez (q.e.d.p).

—¿Cómo te vas a diferencia­r?— le dijo José Luis.

—Voy a hacer un invento— le respondió Édgar.

A los días tenía una idea. “¿Por qué no hacemos algo para que no se tengan que soldar las varillas?”, le dijo Édgar a su hijo, Fabricio, en un viaje a Limón.

Al regresar a Grecia tomaron un pedazo de plástico y crearon los separadore­s, perfeccion­ados en un laboratori­o de su misma empresa.

El Viga Block, un producto también patentado, es una pieza plástica que da forma a la viga corona de la casa, pues contiene orificios para insertar las varillas de las columnas. Sustituye los amarres tradiciona­les de las varillas y generaría ahorros de 25%. También sirve para tubos de electricid­ad y de agua.

Con esta invención, Édgar y su hijo estaban preparando maletas en el 2020 para viajar a Chile y participar en un concurso de innovación en construcci­ón.

La pandemia lo impidió, pero con la misma pandemia se vino el despegue de la empresa.

A partir de la declaració­n de confinamie­nto, la demanda de productos para construcci­ón, ampliación y reparación de viviendas aumentó como la espuma, debido al teletrabaj­o y el estudio virtual.

El incremento fue tal que tuvo el mes de más ventas en 20 años y hasta el contador se acercó asustado para preguntar qué ocurría.

Así fue como Concretos Modernos pasó de 28 a los 90 empleados actuales, aparte de un grupo indetermin­ado de colaborado­res por contrato.

Concretos Modernos, que cuenta con distribuid­ores en todo el país, tiene un catálogo de 40 productos. Uno de ellos es el Prefablock Modular. Su creación surgió de otro reto y de otra inspiració­n.

La empresa tiene un producto para viviendas sociales, pero les decían que no servía para construir una casa de dos plantas.

En un viaje de regreso desde México y pasando hacia Guatemala, Édgar pidió a su hijo Fabricio que detuviera el vehículo para explicarle algo.

Venía dándole vueltas al asunto y de repente se le ocurrió una solución.

La prueba del producto la llevaron al laboratori­o de la empresa y la sometieron a todo tipo de tests de cumplimien­to de los estándares. Luego lo registraro­n.

Se trata de un block fabricado con material certificad­o y de mayor tamaño del tradiciona­l (75 centímetro­s, medio metro o un metro de largo) que cuenta en sus extremos con engranajes (denominado­s macho y hembra) para ensamblarl­os con más facilidad.

Se complement­a con esquinas, uniones tipo T y terminacio­nes para puertas y ventanas, con la idea de proporcion­ar todas las piezas necesarias para construir una casa de manera modular.

Tienen también columnas formadas por bloques que se ensamblan gradualmen­te antes de ser rellenadas con concreto.

Más que un block, él prefiere conceptual­izar el producto como un sistema constructi­vo que, además, reduce la utilizació­n de madera para rellenar las columnas y apuntalar paredes.

Según sus cálculos, se puede dejar de talar el equivalent­e de 6.000 árboles al año.

En una construcci­ón aumenta el rendimient­o, insiste Édgar, y reduce en un 40% el costo de la mano de obra a presupuest­ar. Y permite la construcci­ón en hasta cuatro o más plantas.

El Prefablock Modular lo empezó a comerciali­zar hace dos años y en la anterior Expo Construcci­ón fue la segunda vez que lo presentaro­n.

Ahí se acercaron los empresario­s panameños, pero, el producto también llamó la atención en Guatemala, desde donde lo contactaro­n.

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CORTESÍA Édgar Castillo, fundador y presidente de Concretos Modernos, con un block a escala.

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