Quiénes son las 268.000 personas que salieron de la fuerza laboral en 2023
La tasa de desempleo en el país cerró en 7,3% el año pasado
Costa Rica cerró el 2023 con una tasa de desempleo de 7,3%. Este dato es 4,4 puntos porcentuales menor que el de hace 12 meses y la cifra más baja desde el año 2010, cuando se registró una tasa del 7,2%. Sin embargo, el dato es engañoso cuando se analiza por sí solo. Aparejado con este fenómeno de reducción del desempleo, se registró la existencia –o mejor dicho la desaparición– de 268.000 personas que salieron de la fuerza de trabajo.
¿Cómo es posible que ambas cuestiones coexistan? Es sencillo. El desempleo se establece como la proporción de las personas que buscan empleo activamente y no lo encuentran, y puede disminuir por dos factores: una es la creación de puestos de trabajo y otra, la salida de personas del mercado laboral. En el 2023 parece haber disminuido por la segunda explicación.
Basta con observar las tasas de desempleo, de ocupación y de no participación en un mismo gráfico.
Si se colocan en un mismo plano, queda claro que, conforme empezó a caer el porcentaje de personas que buscaban empleo sin encontrarlo, también empezó a decrecer el porcentaje de personas ocupadas (con trabajo) y a subir el de no participantes en el mercado laboral.
¿Quiénes son las personas que salieron de la fuerza de trabajo en el último año y a dónde se marcharon? EF revisó los datos disponibles de la Encuesta Continua de Empleo (ECE), medida por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), y le explica qué pudo haber pasado.
¿Quiénes son?
Es imposible identificar todas las características de la población que salió de la fuerza de trabajo en el último año; sin embargo, la ECE permite llegar a algunas aproximaciones.
La encuesta señala que son unas 267.850 personas las que salieron de la fuerza de trabajo entre diciembre del 2022 y diciembre del 2023.
En materia de edad, es posible determinar que alrededor de un 41,5% corresponde a personas mayores de 60 años.
Otro 17,2% fueron personas de entre 15 y 24 años; un 14,3% de entre 25 y 34 años; un 9,4% de entre 35 y 44 años; y un 17,5% de entre 45 y 59 años.
Además, de las casi 270.000 personas que abandonaron el mercado laboral, alrededor de dos de cada tres personas se trataron de mujeres y solo uno de cada tres fueron hombres.
La ECE permite distinguir que hubo una gran proporción de personas que salieron de la fuerza laboral porque desaparecieron puestos de trabajo.
Entre diciembre del 2022 y diciembre del 2023 se contabilizaron más de 91.000 personas ocupadas menos.
Según el coordinador de la ECE, Braulio Villegas, se identificó “una pérdida de puestos de trabajo informales”.
Las estimaciones del INEC señalan que el número de personas con empleo formal habría crecido de 1,22 millones a 1,3 millones en el último año; mientras que las personas con empleo informal pasaron de 953.000 a 777.000, aproximadamente. Esto quiere decir que, si bien la cantidad de personas con empleo formal creció en unas 85.000 unidades, esa subida no logró aplacar el descenso de ocupados informales, que más bien le duplicó.
Esa reducción afectó principalmente a personas jóvenes, menores de 34 años y en la zona urbana del país. También se trataba de personas con ocupaciones que requerían niveles de calificación medios y bajos, y cuyas jornadas eran menores de 40 horas semanales o mayores de 48, principalmente.
¿Y a dónde se fueron?
Como se desprende de los datos antes mencionados, es posible suponer que una gran parte de la población que se retiró del mercado laboral lo hizo por su edad. El número de personas mayores de 60 años que salieron de la fuerza de trabajo fue significativa (mayor al 40%), por lo que se trata de personas que pudieron jubilarse (con o sin pensión) en el último año.
Fueron unas 111.000 personas mayores de 60 años las que dejaron el mercado laboral en el 2023: un número alto, que casi triplica la cantidad de personas de ese mismo grupo de edad que salieron durante el año pasado.
Sin embargo, queda otro 58,5% de la población que salió de la fuerza de trabajo en el 2023, cuyo paradero es más complejo de explicar (unas 156.000 personas).
Las causas de su salida de la fuerza laboral pueden ser muy variadas.
Según la ECE, el crecimiento de las personas que salieron de la fuerza de trabajo vino acompañado de un crecimiento similar en magnitud entre el número de personas que afirmaron haber dejado de estar “disponibles” para trabajar.
Esta es una etiqueta general que usa la encuesta para identificar a las personas que simplemente no desean trabajar del todo, ya sea porque tienen limitaciones de edad o discapacidad, porque tienen que responder a obligaciones familiares o personales, porque sufren alguna enfermedad o porque su actividad laboral no corresponde a la época determinada del año.
¿Un logro real?
A finales del 2023, cuando ya se notaban algunas de estas tendencias, el presidente Rodrigo Chaves destacó las cifras de desempleo del país en una conferencia de prensa, en la cual calificó al año 2023 de “milagroso”, “histórico” y “extraordinario”.
“Hemos visto disminuciones en el desempleo muy, muy muy alentadoras”, afirmó el mandatario en aquel evento, el 7 de diciembre del año pasado.
Sin embargo, Chaves no hizo alusión alguna sobre la reducción en el número de personas ocupadas y de personas participando en el mercado laboral.
El gobierno se impuso como meta aumentar a un 58,33% el porcentaje de empleo formal con respecto a la población ocupada. Así lo señaló el viceministro de Planificación, Marlon Navarro, durante el acto de presentación del Plan Nacional de Desarrollo 2023-2026, el cual se desarrolló el 6 de diciembre del 2022. Según dijo, para alcanzar la meta se requeriría aumentar el número de personas ocupadas con empleo formal en unas 205.517 unidades hasta el 2026.
Si se comparan los datos de diciembre del 2022 con los del mismo mes del 2023, esta meta parece irse cumpliendo.
El número de personas ocupadas formalmente creció en unos 84.600 puestos de trabajo y la ocupación formal representa hoy un 62,7% del total. No obstante, hay peros.
Los números generales de empleo (que incluyen los puestos informales de trabajo) siguen cayendo y en una proporción mucho mayor que el crecimiento de los empleos formales. En otras palabras, hay más personas trabajando formalmente; pero también son muchas más las que están dejando de contar con fuentes de empleo informal.