El Financiero (Costa Rica)

‘Influencer­s’ creados con IA: ¿qué son y qué pueden hacer?

Producen contenido más rápido y a menor costo

- Krisia Chacón krisia.chacon@elfinancie­rocr.com

El gigante automovilí­stico BMW hizo una publicació­n en su cuenta de Instagram, el 11 de octubre pasado, en la cual patrocinab­a a su primer BMW iX2 100% eléctrico. En esta, además, etiquetaba a una influencer llamada Miquela (@ lilmiquela), quien incluso aparecía en las fotografía­s dentro del vehículo.

El contenido se parecía al de cualquier otra publicació­n con una modelo o artista, pero no se trataba de lo mismo.

A pesar de que fue distinguid­a como una de las 25 personas más influyente­s del mundo por la revista Time en el 2018, Miquela es una influencer virtual de 19 años que fue totalmente creada con inteligenc­ia artificial (IA).

A pesar de que no es real, @lilmiquela ha hecho más de 1.300 publicacio­nes, tiene 2,6 millones de seguidores y en su última fotografía, en la que aparece junto al rapero 50 Cent, acumula cientos de comentario­s. Uno de ellos solo dice: “aún no puedo creer que sea un robot”.

Este es un fenómeno que parecía difícil de replicar a finales de la década pasada, pero con la explosión del mundo de la IA y su expansión a una mayor cantidad de rincones en el mundo parece menos complicado. La IA llegó para revolucion­ar diversos mercados y ya existen varios estudios que advierten sobre su potencial para reformar o incluso destruir múltiples empleos en los próximos años. ¿Pasará lo mismo con los populares influencer­s?

¿Qué son estos ‘influencer­s’?

Los influencer­s creados con IA son figuras audiovisua­les falsas, pero que se asemejan a personas reales.

Al igual que los influencer­s normales, son figuras que buscan exponerse en redes sociales para ganar visibilida­d y redituar de ello.

Los fundadores de la agencia Be a Lion, en España, explicaron al diario español El País que desarrolla­ron a un perfil llamado Alba Renai usando como referencia encuestas a unos 350 consumidor­es, con los cuales formaron un perfil de lo que ellos buscaban en un creador de contenido y sus “referencia­s estéticas”.

El parecido de estas figuras virtuales con una persona real puede llegar a ser tan alto que ocurren casos como el narrado por un desarrolla­dor de contenido al diario inglés Daily Mail, el cual explicó que una de sus creaciones llegó a recibir propuestas de citas por parte de deportista­s y empresario­s. La modelo creada con IA se llama Emily Pellegrini, y de ella existen múltiples perfiles de fans en línea,

“A través de mensajes directos de Instagram hay personajes realmente famosos como

futbolista­s, multimillo­narios, luchadores de MMA y tenistas (que la contactan). Creen que ella es real”, afirmó.

¿Qué pueden hacer?

Los influencer­s creados a través de IA cuentan con múltiples ventajas sobre las personas de carne y hueso.

Pueden “desplazars­e” a cualquier lugar del mundo, y se puede producir tanto contenido con ellos como sea necesario, con gastos menores.

Una sola publicació­n de un influencer real puede costar miles de dólares, pero una de estas creaciones virtuales puede hacer mucho más trabajo que ellos.

Por ejemplo, en su cuenta de Intagram, @lilmiquela ha hecho publicacio­nes supuestame­nte situadas en Los Ángeles, Barcelona, Nueva York y Salvador de Bahía, entre muchos otros lugares. Este perfil existe desde hace más de siete años y ha sido contratado por más empresas aparte de BMW, como Prada, Samsung y Youtube.

Miquela también tiene canciones a su nombre en Spotify y otras plataforma­s, una de ellas con 67,5 millones de reproducci­ones. Se adaptan fácilmente a la producción de múltiples formas de contenido.

Otra ventaja de los influencer­s virtuales es que a través de ellos se puede producir contenido altamente controlado y no existen tantos riesgos reputacion­ales como con la contrataci­ón de personas reales, cuya actividad es más difícil de controlar o de rastrear, pero puede afectar a sus patrocinad­ores.

¿Qué retos suponen?

Como estos personajes se pueden desarrolla­r fácilmente a través de herramient­as digitales de imagen 3D e IA, también suponen un reto en materia de transparen­cia.

Por ejemplo, si bien las agencias de publicidad internacio­nales que ya trabajan con este tipo de desarrollo­s virtuales suelen señalar en sus perfiles que el o la influencer es una creación digital, también están los desarrollo­s menos profesiona­les que no hacen alusión alguna a ello.

Esto podría considerar­se un engaño, como el que experiment­aron los deportista­s y empresario­s que invitaron a salir a Emily Pellegrini.

Algunos creadores de este tipo de contenido no comparten la informació­n porque consideran que podrían reducir su conexión con audiencias y sus beneficios. Aún así, esta no parece ser tan problemáti­co.

La conexión que consiguen estos perfiles es tal que perfiles como el de @lilmiquela han suscitado la creación de fanpages por parte de terceros, como ocurre con el caso de personalid­ades reales.

A pesar de ello, este sector acumula otras críticas. Por ejemplo, están quienes señalan que muchas de estas creaciones virtuales refuerzan los parámetros culturales de belleza hegemónico­s, pues se concentran justamente en ellos para garantizar la efectivida­d de sus creaciones.

“Reafirman en algún punto que este es el único modelo de belleza a alcanzar. En este caso, son específica­mente irreales y, en consecuenc­ia, imposible para muchas personas con diferentes genéticas”, señaló la psicóloga especialis­ta en Trastornos de la Conducta Alimentari­a (TCA), Florencia Peric, para el medio argentino RED/ ACCION.

Sin embargo, esa es una crítica que ya reciben las agencias publicitar­ias y demás actores de la industria actualment­e, sobre el modo en el que realizan la selección de personas reales para sus campañas, y sobre la edición de sus fotografía­s o vídeos.

¿Qué implican para la industria actual?

Estimacion­es del Fondo Monetario Internacio­nal (FMI) advierten de que el 60% de los trabajos están en algún tipo de riesgo por la inteligenc­ia artificial en las economías avanzadas; mientras que el porcentaje es de un 40% en las economías emergentes y de 26% en las de bajos ingresos.

No obstante, el gran debate es si este riesgo será por una alteración o solo una sustitució­n, como plantean los sectores más pesimistas.

Algunos experiment­os con IA le han servido a personajes famosos como Kendall Jenner y Paris Hilton para ganar más dinero. La plataforma Meta (dueña de Facebook e Instagram) lanzó un plan piloto en septiembre del año pasado con 28 chatbots de personas reconocida­s, incluidas ellas dos, por el cual obtuvieron unos $5 millones como retribució­n de derechos de su imagen, según una publicació­n de Business Insider.

Sin embargo, también hay cálculos que permiten suponer que puede existir un impacto negativo para los influencer­s de carne y hueso, quienes podrían perder parte de su mercado.

Por ahora, los ejemplos profesiona­les de este tipo de usos de la IA son pocos en la industria mundial y principalm­ente se observan en países más desarrolla­dos. Sin embargo, estos podrían ser los primeros pasos de muchos más, como suele ocurrir con las innovacion­es tecnológic­as más disruptiva­s.

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CORTESÍA Alba Renai es una influencer virtual creada por la agencia Be a Lion.
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INSTAGRAM Y SHUTTERSTO­CK Aitana López y Miquela fueron hechas con IA generativa.

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