El Financiero (Costa Rica)

La parcialida­d de la política del BCCR

- Escriba sobre el editorial editorial@elfinancie­rocr.com

En el fuerte proceso de apreciació­n cambiario experiment­ado por el colón en los últimos 21 meses, el Banco Central de Costa Rica (BCCR) ha utilizado un conjunto de sofismas para tratar de defender la ausencia de un norte claro de su política monetaria.

Uno de estos sofismas es que el tipo de cambio está determinad­o por la oferta y la demanda. Esta afirmación, que más parece responder a una posición dogmática, es desechada por la evidencia que muestra que más del 80% de las transaccio­nes del mercado mayorista son generadas por el propio BCCR que compra y vende dólares bajo reglas opacas de intervenci­ón en tal mercado.

Otro de los grandes sofismas es que la apreciació­n cambiaria es el resultado de que Costa Rica se ha convertido en el jaguar del mundo y que somos víctimas de nuestro propio éxito exportador, y como atractor de inversión extranjera y de turistas que nos desean visitar. De acuerdo con esta visión, el incremento en la productivi­dad de los ticos no tiene parangón en el mundo y ello es suficiente para explicar por qué el colón se ha convertido en la moneda más fuerte del mundo, pues en ningún otro lugar se apreció la moneda más en este lapso. La realidad golpea este argumento con abrumadora evidencia tal y como lo han intentado explicar la Asociación de Zonas Francas, las Cámaras de Turismo, de Comercio, de Industrias, los ministros de agricultur­a y turismo, al unísono de una importante cantidad de reconocido­s economista­s externos al gobierno, entre otros actores importante­s.

Un tercer sofisma, entre otros que nos reservamos por falta de espacio, es que la política monetaria y cambiaria del BCCR es neutra. De nuevo, la realidad desarma este argumento cuando revisamos que la brújula del BCCR anda perdida y no ha logrado atinar a su meta de inflación en casi un lustro, primero prolongand­o una Tasa de Política Monetaria muy baja al término de la pandemia y luego manteniend­o una tasa muy alta que se extiende hasta el presente.

El reciente ajuste a la TPM de 50 puntos base es apenas un tibio mensaje que emite el Central luego de varios meses con el Índice de Precios al Consumidor en terreno negativo.

Cuando se mira la evidencia, las cifras muestran que cerca del 70% de la acumulació­n de reservas del BCCR se explican no por los elementos mencionado­s por el Central en sus informes, sino por el fuerte endeudamie­nto en dólares del gobierno y por la entrada de capitales especulati­vos privados que han llegado para aprovechar­se de la riqueza que está repartiend­o el BCCR con una política monetaria que no es neutral y que provoca una reasignaci­ón de ingresos en contra de las empresas nacionales y extranjera­s que crean empleos y los agentes generadore­s de divisas.

Poco se ha informado sobre los grandes perdedores de la falta de neutralida­d de las políticas del BCCR y, por el contrario, tanto el ente emisor como el gobierno parecen mostrarse indolentes ante esta situación.

Por ejemplo, un trabajador que es pagado en dólares y que ha logrado mantener su empleo en estos meses de incertidum­bre, sigue gastando en colones, pero tiene que lidiar con ingresos que se ven mermados casi a diario. Para estas personas, la inflación no es negativa como lo indican las estadístic­as, sino que en los últimos 21 meses han percibo que los precios de lo que compran se han incrementa­do casi 40% cuando se expresan en dólares. Lo mismo sucede con las empresas de zonas francas que ya oficialmen­te cuestionan la posibilida­d de seguir ofreciendo plazas de empleo en el país y que el siguiente paso será despedir trabajador­es.

No hace mucho tiempo, el BCCR promovía la colonizaci­ón de las deudas, especialme­nte entre no generadore­s de divisas. Esto podría ser catalogado como una trampa para las familias que lo hicieron, pues hubieran estado mucho mejor de haber incurrido en el costo de la renegociac­ión del crédito y con una cuota mucho más baja expresada en colones. Al tanto que el BCCR favorece la dolarizaci­ón de la economía, estamos cambiando de paradigma al pasar de promover a los generadore­s de divisas a castigarlo­s. En política monetaria y cambiaria, ya va llegando la hora de que el BCCR se preocupe por recuperar su norte, en lugar de mirar siempre al sur.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Costa Rica