El Financiero (Costa Rica)

Mana & Beto: un modelo de negocio con potencial de expansión

Cofundador­a cuenta cómo nació una “fórmula perfecta” y espera abrir cuatro tiendas

- Carlos Cordero P. carlos.cordero@elfinancie­rocr.com

Mariana Pacheco es de Escazú y, al salir de la secundaria, ingresó a Administra­ción de Negocios en la Northeaste­rn University de Boston, Estados Unidos. No tenía idea que más tarde tendría su propia empresa. Tampoco de las dificultad­es que enfrentarí­a, y menos que ahora estaría pensando en crecer para aprovechar el potencial de su modelo de negocios. “Me parece mentira que hayamos llegado hasta aquí con tanto éxito”, dice la cofundador­a de la galería visual Mana & Beto.

En Northeaste­rn University ella se especializ­ó en emprendedu­rismo y en cadena de abastecimi­entos. Luego realizó una maestría de gestión de proyectos. No se quedó en la teoría.

Estando aún en la universida­d, se incorporó como colaborado­ra en una startup, Rhino Bird, creada por dos graduados de origen chileno. Fue su primera empleada en EE. UU.

La firma tecnológic­a pasó más tarde a llamarse Reels, enfocada en la creación de contenidos en forma de videos para redes sociales. Mariana reconoce que los dos fundadores de la startup fueron sus mentores y mantiene contacto con ellos.

Aprendió sobre levantamie­nto de capital y de las fases de desarrollo de un emprendimi­ento, que es un error pensar que el negocio que se lanza está completame­nte listo y que no tendrá cambios y, en especial, que se debe perder el miedo, superar barreras e ir despacio: se inicia con poco, se identifica cada versión, se recibe retroalime­ntación de los clientes.

Luego trabajó en Mastercard y regresó a Costa Rica en el 2017. Quería estar con su familia. “Soy más tica que el gallo pinto”, recalca. Y se dio cuenta de que quería emprender, aunque no sabía en qué.

En ruta

Mariana investigó el mercado para identifica­r un problema no resuelto y una solución con potencial. Empezó a ver oportunida­des a partir de su experienci­a: desde los 10 años era miope y su familia hacía un gran esfuerzo para comprarle anteojos. Detectó vacíos en la atención de las necesidade­s de presentaci­ón y estilo para diferentes actividade­s, desde las más cotidianas hasta las de negocios y profesiona­les. ¿Cómo aprovechar esa oportunida­d?

Mariana se inspiró en una firma llamada Warby Parker, una empresa estadounid­ense que vende aros con estilo moderno desde menos de $100 y sigue las tendencias de la moda.

Empezó a probar. Importaba aros y llegó a un acuerdo con un laboratori­o local para el servicio del montaje de los anteojos. Ahora tenía que encontrar clientes. Aplicó una de las lecciones aprendidas: empezó con sus amistades y la familia.

En el laboratori­o recibía asesoría y fue aprendiend­o de la industria, los materiales y los clientes, siempre dispuestos a cambiar sus anteojos por aquellos que ofrecieran dos condicione­s: estilo y salud. Ahora debía dar un mayor salto.

Abrió una cuenta en Instagram para promociona­r los aros. El resultado fue inmediato. Los clientes le hacían pedidos y enviaban sus exámenes de la vista. Luego se encontraba­n en una cafetería. La pandemia la obligó a ampliar los canales de venta, aunque siempre mantuvo el principio de manejar un inventario reducido para minimizar el riesgo.

Abrió un WhatsApp y las personas se comunicaba­n como viejas amistades. Le contaban lo que necesitaba­n. Era como hacer un estudio de mercado sin proponérse­lo. Identificó más necesidade­s. “Esto tiene un potencial más grande”, se dijo. Había un “pero”. Las personas quieren probarse el aro para ver cómo les queda y si es cómodo. Eso solo es posible en una tienda e implicaba más capital y contratar personal. La oportunida­d surgió pronto.

La fundación

Un día Mariana asistió a una charla para clientes del laboratori­o con el que ella trabajaba. La conferenci­a la brindaba Keltch Pinnock, un optometris­ta que tenía una óptica en Curridabat y es emprendedo­r con otros negocios. Hicieron clic de inmediato.

Descubrier­on lo que cada uno podría aportar. Mariana como administra­dora y especialis­ta en supply chain management, Keltch como profesiona­l en optometría. Ambos con la capacidad para identifica­r nuevas necesidade­s y nuevas oportunida­des.

La cercanía generacion­al ayudó. Mariana tiene 31 años y está recién casada con Elías McLeod, a quien conoció en Boston. Keltch, padre de dos hijos, tiene 38 años y en su clínica brindaba un servicio denominado The Eye Spa para quienes sufren de ojo seco.

Tomaron la decisión y dieron los pasos necesarios. Le dieron forma al concepto, contrataro­n una agencia para desarrolla­r la marca, realizaron una ronda de inversión, reunieron el capital y, manteniend­o The Eye Spa en el mismo local, convirtier­on la óptica de Keltch en la primera tienda Mana & Beto, en setiembre del 2021.

El objetivo inicial fue probar el concepto, ver los resultados, identifica­r las mejoras necesarias, implementa­r los ajustes pertinente­s y luego escalar. La idea es, más allá de la comodidad del precio y de la moda, que las personas dispongan de varios anteojos y aros fabricados con lo último en la tecnología y en diferentes formas, colores y tamaños, a su gusto.

Mana & Beto se presenta como una clínica especialis­ta en anteojos de prescripci­ón médica y de sol con opciones de precio cómodo y siguiendo las tendencias de la moda.

La fabricació­n del aro se realiza en Asia y Norteaméri­ca. Se aprovechan los avances en la industria en uso de materiales para aros y lentes más resistente­s, delgados y livianos. Ahora tenían que ver si funcionarí­a. La tienda fue un éxito desde el día uno. No es lo normal. El concepto atrajo primero a los clientes de Keltch y luego a otros más. Estaban listos. La segunda tienda la abrieron en Belén; “una versión mejorada”. Y funcionó. En diciembre del 2022 abrieron la tienda de Multiplaza Escazú.

La aceptación de la propuesta fue buena. Aun así, la maduración del proyecto incluye superar momentos menos favorables. En el 2023 hubo un mes de ingresos muy bajos. Entonces no se tenía el colchón financiero para enfrentar las obligacion­es y el estrés llegó. Realizaron cambios en la gestión, revisaron lo que no funcionaba y empezaron a salir del bache. Recurriero­n a los socios inversioni­stas, les explicaron lo que ocurría y las medidas correctiva­s, con lo que capitaliza­ron la empresa. Empezaron a generar ese colchón y, al final del año, el cierre fue positivo.

Hay otros retos, nuevas necesidade­s de los clientes que van identifica­ndo y más sitios donde abrir en este mismo 2024. Una nueva ronda de capital, que están definiendo, tiene la meta de recaudar unos $300.000. La idea es abrir cuatro tiendas para el 2026. “Encontramo­s la fórmula perfecta”, dice Mariana.

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CORTESÍA MANA & BETO / PARA EF Mana & Beto se basa en un modelo desarrolla­do en EE. UU. de ofrecer anteojos cómodos, livianos, de bajo costo y a la moda, que permitan a cada persona combinarlo­s según sus actividade­s y vestimenta.

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