Editorial
Comprar vivienda, ya sea una casa o un apartamento, siempre es una buena decisión. Mucho se habla de la situación económica y de que las tasas de interés pueden elevarse en los próximos meses, pero también es cierto que todos los días aparecen oportunidades interesantes que pueden aprovecharse. Lo primero es estar convencido de que necesita una vivienda propia. Si la idea no lo entusiasma, mejor déjelo para más adelante. Se trata de un proyecto de vida que no puede tomarse a la ligera. En segundo lugar, si ya se decidió, no lo posponga. No es que compre en forma apresurada, sino que debe buscar asesoría profesional, que le ayude a analizar si la vivienda cuenta con las condiciones deseadas, si su precio es el adecuado y si las posibilidades de financiamiento están acordes con su bolsillo. En caso de que los tres puntos sean positivos, tome cartas en el asunto. Finalmente, evite ahogarse económicamente. Pida a su asesor en el banco que le haga un estudio de sensibilidad financiera en caso de cambios en la tasa de interés o, si toma un préstamo en dólares, del tipo de cambio. Si las variaciones abruptas comprometen su estabilidad financiera, mejor busque otras opciones un poco más asequibles porque no se trata de empeorar su calidad de vida, sino más bien mejorarla. Tener su propio hogar debe ser el cumplimiento de un sueño y no el inicio de una pesadilla.