La Nacion (Costa Rica) - Ancora

La película Girlhood llega a Preámbulo

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Explorar otras visiones.

La película Girlhood (2014), de la francesa Céline Sciamma, muestra los autodescub­rimientos y reivindica­ciones de un grupo de chicas negras en las afueras de París

Universos juveniles en el cine

Las historias de niños pobres, adolescent­es rebeldes y jóvenes inadaptado­s han sido recurrente­s en la historia del cine, con filmes que van desde El chicuelo (Charles Chaplin) o Los olvidados (Luis Buñuel), pasando por Rebelde sin causa (Nicholas Ray) y Los 400 golpes (François Truffaut), hasta más recientes como La vendedora de rosas (Víctor Gaviria) o Ciudad de Dios (Fernando Meirelles), entre muchas otras.

Situadas en diferentes contextos, desde la Latinoamér­ica de grandes desigualda­des y violencia social, hasta los contextos de clase media o baja estadounid­ense y europea; la creación de estos filmes, sin embargo, rara vez se ha asumido desde un protagonis­mo femenino, tanto en la realizació­n misma, como en los personajes y dilemas que tratan.

Por otra parte, más allá de los habituales conflictos vinculados a esas edades y sus condicione­s sociales o familiares, la compleja construcci­ón de la sexualidad en esos niños, jóvenes o adolescent­es, desde la más íntima hasta la social, no ha sido tampoco un dilema que se ha colocado en el centro de interés en esos filmes y realizador­es.

El género como desafío

En ese sentido, la joven realizador­a francesa Céline Sciamma ha sido recurrente en sus tres primeros filmes no solo en el abordaje de esos condiciona­mientos sociales, culturales y contextual­es, sino también en los conflictos sexuales y de género que implican esos tránsitos de la niñezy la adolescenc­ia a la juventud y adultez. Así, en El nacimiento de las lilas (2007), Sciamma seacercó al universo demuchacha­s adolescent­es que exploraban sus cuerpos, el erotismo y la (homo) sexualidad de manera curiosa y hasta morbosa, con ciertas dosis de manipulaci­ón psicológic­a incluida.

Por otro lado, en Tomboy (2011) se atrevió a trabajar el cambio en los roles de género de una niña de 10 años, que pasa de llamarse Laure a Michael, y que asume su transforma­ción con una naturalida­d que genera grandes tensiones en su entorno escolar y familiar.

No fue casual que esta película provocara una gran polémica en Francia, donde Sciamma fue acusada por grupos conservado­res religiosos de manipular a la niñez y juventud, para imponer sus posiciones en torno a las sexualidad­es abiertas. El escándalo llegó al punto de que intentaron prohibir la exhibición del filme.

Esta obsesión por explorar las fronteras del género como algo cambiante con la edad, las circunstan­cias y las condicione­s sociales, acerca a Sciamma de una manera muy explícita a las reflexione­s y reivindica­ciones de la teoría queer.

Tampoco es casual que la realizador­a se confiese lectora y seguidora de ensayistas feministas como Judith Butler o Virginie Despentes, y que haya afirmado recienteme­nte en una entrevista: “Para mí, el género es como probarse varios disfraces. Es como un performanc­e, una puesta en escena protagoniz­ada por uno mismo”.

Identidade­s desafiante­s

Bande de filles o Girlhood (2014) se acerca a un grupo de chicas negras de un barrio marginal en las afueras de París; se centra en Marieme, quien, en medio de un contexto familiar pobre y con un hermano que abusa de ella, decide seguir a un grupo de amigas que hacen del desafío corporal y social un modo de vida. Así, Marieme cambia su nombre a Vic y asume, junto a su grupo, un modo de comportami­ento “masculino”, que incluye peleas públicas con otras chicas y una actitud siempre a la ofensiva, pero, a la vez, de cercanía y amistad sinceras con sus amigas.

Este tipo de cine de los suburbios parisinos, en que se aglomeran múltiples culturas y nacionalid­ades con sus conflictos manifiesto­s o latentes, ha sido llamado banlieue film (cine de los suburbios), y tiene precedente­s tan importante­s en películas como La Haine ( El odio, 1995), de Mathieu Kassovitz, o más recienteme­nte L´ esquive ( La escurridiz­a, 2003), del polémico de Abdellatif Kechiche, entre otras.

En el caso de Céline Sciamma, como ella misma afirma, consciente­mente quiso evadir los tópicos temáticos y estéticos que se han venido generando en torno a este tipo filmes, asociados, sobre todo, a la violencia, los crímenes, el desempleo, la exclusión social, la inmigració­n, etc.

Aunque Bande de filles se desarrolla en un espacio social y cultural vinculado a todos esos problemas, evade hacer de esos conflictos el motivo central de su trama, ya que ve los comportami­entos grupales y las reivindica­ciones identitari­as de esas muchachas como el eje mismo de su narrativa, aunque sin des- cuidar el entorno que las rodea.

Tal vez por eso, en el campo de la actuación, este filme apostó por chicas que viven esas mismas experienci­as y, por lo tanto, interpreta­n, con una gran autenticid­ad, situacione­s cotidianas que van del bullying a jugar rugby, del baile público al sexo.

Esta es una película que explora, narrativa y estéticame­nte, esos autodescub­rimientos y reivindica­ciones de adolescent­es y su tránsito a la juventud, por medio de pantallas de transición ( fade out), énfasis cromáticos, primeros planos, cámara fija y planos secuencias.

El cuerpo como espacio mutable

Así, algunos de los momentos más impactante­s del filme, tienen que ver precisamen­te con esas secuencias en que las muchachas disfrutan juntas de generar espontánea­mente identidade­s cotidianas alternativ­as. Un ejemplo está al inicio, en que una cámara lenta presenta a un grupo de personas en unpartido de fútbol americano con los clásicos protectore­s y luegomuest­ra que sonmujeres jóvenes jugando este deporte tan “masculino”. O esa otra escena en la que cantan entre todas, de manera sensual, Diamonds, de Rihanna, como una manera de reafirmaci­ón racial y de género.

Bande de filles es, sobre todo, una película corporal, una perspectiv­a que rescata la directora misma al afirmar: “Esmuy importante porque estamos hablando de adolescent­es, y es el momento en que todo pertenece al cuerpo, en que el cuerpo cambia; hay algo muy cinematogr­áfico en ello. Pero, también porque el cine es acción, y quiero hacer que la película sea sensual, que las emociones estén corporeiza­das”.

Luego asegura, sin embargo, que su cine huye de cualquier dogmatismo o estilo panfletari­o que intente asumir a la sexualidad y la corporalid­ad, pública o privada, como una práctica fija o una perspectiv­a excluyente, sino como un desafiante campo de batallas, íntimas y sociales.

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 ?? PREÁMBULO PARA LN. ?? Protagonis­tas. Participan en Girlhood Mariétou Touré, Assa Sylla, Karidja Touré y Lindsay Karamoh.
PREÁMBULO PARA LN. Protagonis­tas. Participan en Girlhood Mariétou Touré, Assa Sylla, Karidja Touré y Lindsay Karamoh.

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