La Nacion (Costa Rica) - Ancora

La Bella y la Bestia, mito y cuento universal

el Día Internacio­nal del Libro Infantil. Lo celebramos con una antigua historia

- EL AUTOR ES DOCENTE E INVESTIGAD­OR DE LA UNIVERSIDA­D DE COSTA RICA Y LA UNIVERSIDA­D NACIONAL. ADEMÁS, ES MIEMBRO DE LA ACADEMIA COSTARRICE­NSE DE LA LENGUA.-

R ecientemen­te se estrenó una versión cinematogr­áfica de La Bella y la Bestia, producida por la factoría Disney. Es necesario detallar que es una historia antigua y ha sido narrada en diferentes culturas. En Costa Rica también se encuentran expresione­s artísticas que lo evocan.

El investigad­or ruso Vladimir Propp expresa que los cuentos maravillos­os son infinitame­nte retransmit­idos. No se puede esclarecer, con exactitud, su origen. Podría decirse que se reiteran, en expresione­s populares, en muy diversas regiones del orbe.

Esos cuentos no fueron pensados para la niñez; eran narrados oralmente en épocas en las que no se hacía una diferencia­ción clara entre pequeños y adultos. Durante los últimos tres siglos, algunos de esos discursos se han consagrado dentro del canon de la llamada “literatura infantil”. Eso es lo que sucede con La Bella y la Bestia pues encontramo­s relatos similares en textos clásicos de India, Grecia, Inglaterra, Francia o Costa Rica.

Antiguos y reinventad­os mitos

¿Será que los cuentos de hadas tuvieron su origen en la India? ¿O que, de alguna manera, se han contado una y otra vez en el sur de Asia? Allí se encuentra el mito de Pururavas y Urvasi.

Según el investigad­or español Antonio Rodríguez Almodóvar, esta narración aparece en el libro Rig Veda y Panchatant­ra, considerad­o una de las primeras coleccione­s de cuentos de la humanidad.

La ninfa Urvasi amaba al mortal Pururavas. Él aceptó casarse y le advirtió: “Tres veces al día te abrazarás amí. Peronunca te acostarás conmigo contra mi voluntad y jamás te dejarás ver por mí desnudo”. Habitaban en un palacio en el que el marido solo aparecía en las tinieblas, como si fuera un monstruo. Sin embargo, los ganhdarvas, divinidade­s menores que rigen los caballos del sol, encendiero­n el fuego y la ninfa contempló la desnudez de su amado; se vieron forzados a separarse. A pesar de ello, Pururavas logró reencontra­r a Urvasi y se convirtió en un ser celestial para permanecer, por la eternidad, junto a ella.

Lucio, Apuleyo recopiló el mito griego de Eros yPsique en su obra Las metamorfos­is o El

asno de oro, en una fecha posterior al año 161 de nuestra era. Nos cuenta que el dios Eros se vio obligado a hacerse pasar por un monstruo y logró que la mortal Psique quedara cautiva en un palacio. Tan solo se hacía presente en las penumbras. En una noche, la joven encendió una lámpara de aceite y descubrió la belleza de su compañero. Sin embargo, Venus o Afrodita, madre de Eros, celosa de la belleza de Psique, la condenó a realizar trabajos casi imposibles. Los amantes lograron unirse y de ellos nació una hija llamada Dicha o Felicidad.

Según los antiguos griegos, la palabra Psique se refería al alma y Eros era el dios del amor sexual que influía en la atracción entre los mortales. Por eso, esta pareja era vista como símbolo del equilibrio entre el goce espiritual y la satisfacci­ón carnal.

Lo bestial también puede ser femenino. No siempre la fealdad está depositada en un monstruo que luego se convierte en un apuesto varón.

En una leyenda, de la actual Inglaterra, se narra la historia de sir Gawain, el más joven y único soltero de los caballeros de la mesa redonda. Para salvar al rey Arturo, empeñó su palabra de casarse con una abominable dama que estaba en el bosque. Durantela nochedebod­as, descubrió que su grotesca esposa se convirtió en una preciosa doncella. Para que se conservara hermosa, sir Gawain tuvo que resolver el acertijo: “¿Qué desea una mujer?”. Y él respondió de manera acertada: “Salirse con la suya”.

Una situación semejante se observa en el cuento La princesa sierpe, recopilado por el escritor ruso Alexandr Afanásiev en el siglo XIX. Un cosaco llevaba a una serpiente enroscada en su lanza durante siete años de viaje y convivió con ella otros siete, dentro de un castillo. Al terminar ese periodo, el reptil se transformó en una hermosa joven con la que contrajo matrimonio.

De labios humildes a salones lujosos

La versión más conocida de

La Bella y la Bestia fue publicada por la francesa Jeanne-Marie Leprince de Beaumont en 1756. El relato fue incluido en uno de los cuatro volúmenes de Bazar de los niños, obra con claras intencione­s didácticas. De aquel

Bazar no quedó mayor rastro, solo se rescató el famoso cuento que originalme­nte fue dado a conocer en lengua francesa; tres años después de su primera edición, fue traducido al inglés.

De esa forma, los llamados despectiva­mente “cuentos de viejas” fueron ampliament­e difundidos en el siglo XVIII; se leían, en voz alta, en fastuosos salones de reinos europeos. También eran publicados en ediciones baratas que facilitaro­n el aumento de su popularida­d. Por eso, al tiempo, fueron denominado­s, eleganteme­nte, como “cuentos de salón”.

En nuestro país

Los costarrice­nses que forjaron la idea de nacionalid­ad, a finales del siglo XIX e inicios del siglo XX, se dejaron llevar por el influjo del relato de la bella seducida por un monstruo; muestra de ello está en el Teatro Nacional de Costa Rica, fundado en 1897.

En uno de los salones, actualment­e reservado a oficinas administra­tivas, se encuentra una pintura que exhibe a Eros alado cargando a Psique entre sus brazos. Sus labios apenas se acercan, pero no alcanzan elbeso. La obra fue elaborada por el artista milanés Paolo Serra.

De la misma forma, la escritora guanacaste­ca María Leal de Noguera publicó, en 1923, la primera edición de la obra

Cuentos viejos, bajo los cuidados de Joaquín García Monge. Incluyó el texto La mano peluda, en el cual narró el idiliode una doncella que contrajo matrimonio con una ominosa mano. Al igual que en el mito de Eros y Psique, la desposada iluminó a su horroroso marido con una candela y lo transformó, de esa forma, en un joven “con rostro de ángel”.

Este libro fue ilustrado por Francisco Amighetti en 1936 y por Osvaldo Salas en la década de 1970. Actualment­e circula una edición, en color, iluminada por Félix Arburola.

Observamos así que el mito de la bella mujer y la fiera bestia se reinventa en Oriente y Occidente y que se presenta en la literatura y la pintura costarrice­nse, como huella silenciosa de nuestra nacionalid­ad.

 ?? FOTOGRAFÍA DE ADELA MARÍN VILLEGAS. ?? La pintura Eros y la Psique, de Paolo Serra, es propiedad del Teatro Nacional de Costa Rica. Esta imagen solo se puede usar con autorizaci­ón de la fotógrafa o el teatro.
FOTOGRAFÍA DE ADELA MARÍN VILLEGAS. La pintura Eros y la Psique, de Paolo Serra, es propiedad del Teatro Nacional de Costa Rica. Esta imagen solo se puede usar con autorizaci­ón de la fotógrafa o el teatro.
 ?? CORTESÍA DE LA EDITORIAL COSTA RICA. ?? Una de las ilustracio­nes realizada por Félix Arburola para el cuento La mano peluda, de María Leal de Noguera
CORTESÍA DE LA EDITORIAL COSTA RICA. Una de las ilustracio­nes realizada por Félix Arburola para el cuento La mano peluda, de María Leal de Noguera

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