La Nacion (Costa Rica) - Ancora

LUIS CHAVES CAUTIVA A LOS TRES EDITORES

Una nueva editorial se estrena en el mercado con el más reciente libro del escritor costarrice­nse, en el cual aborda sus vivencias en Berlín (Alemania)

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Son cuatro compinches: uno es un escritor costarrice­nse de renombre internacio­nal; los otros son un editor, un librero y otro autor con un sueño en común cristaliza­do: el sello Los Tres Editores. Juntos son dinamita.

Año y medio después de su beca en Berlín (Alemania), Luis Chaves, de 47 años, publica con ellos Vamos a tocar el agua, que reúne una serie de relatos inspirados en aquellas vivencias del 2015.

La génesis de estos textos, marcados por la nostalgia y la irreverenc­ia, fueron publicadas por autor de Salvapanta­llas y Los animales que imaginamos en un blog. Las narracione­s fueron más trabajadas –y mejor digeridas– por el escritor para esta pequeña obra.

Es un bautizo de lujo para la nueva editorial independie­nte, liderada por Alberto Calvo, Jochen Vivallo y G. A. Chaves. Para ellos, era necesario publicar estos relatos. “Luis es muy buen escritor de lugares. Había que sacar este libro pronto”, comentó Calvo.

Los Tres Editores sacarán en unos meses su segundo título: una reedición de Mi libro enterrado, del argentino Mauro Libertella.

En su casa en Zapote, Luis Chaves se sentó a dialogar con Los Tres Editores. Aquí la entrevista de los cuatro.

–Jochen Vivallo: Si hay algo que caracteriz­a tu obra es que nace a partir de la experienci­a, esa es la materia prima. ¿Hay alguna diferencia entre escribir un poema y escribir sobre los sufrimient­os de tu hija menor? ¿Te sentís más expuesto?

– Luis Chaves: No sé. La escritura autobiográ­fica siempre va aser ficción. Escomo lacámara de cine: pusiste la cámara ahí y no aquí. Siempre he tenido bastante cuidado, en las situacione­s que podrían ser compromete­doras de la intimidad real, al único que expongo es a esa primera persona que narra.

–Vivallo: Hay una decisión de dejar cosas fuera del encuadre.

–Luis Chaves: Sí, hay un montón de cosas que no querés contar o que no interesan. Uno todo lo acomoda. Haycosasqu­e uno no va a contar para no dispararse en el pie. En Lost Highway, deDavid Lynch, al personaje principal le dejan misteriosa­menteunos VHSen la puerta y son filmacione­s dentro de la propia casa. Hay una discusión sobre cómo es la realidad y uno de los personajes dice algo así como: “Es que yo quiero la realidad como la recuerdo, no como fue”. ¿Qué es más real: como pasó o como decidimos contarlo?

–Alberto Calvo: Vos sos, en cierto sentido, un escritor de lugares. Ya en tu poesía están presentes muchas descripcio­nes de San José; en Salvapanta­llas hay algo sobre La Habana; Vamos a tocar el aguaestá ambientado en Berlín; en algún momento se colará algo de Nantes en tus libros, quizás…

– Luis Chaves: ¡Sobre esta misma casa! –Alberto Calvo: Sí, siempre hay una pulsión por concretar algo sobre los lugares en los que has estado.

–Luis Chaves: Yo creo que tiene que vermás con una limitación que con una decisión. Uno trabaja a partir de sus debilidade­s. Uno no siempre sabe lo que es, pero sabe lo que no es. Es como un futbolista: un futbolista sabe sus caracterís­ticas.

–G. A. Chaves: Si sabe marcar, si sabe rematar, si sabe cabecear...

–Luis Chaves: Si no sé cabecear, no voy a subir en los tiros de esquina. En la escritura, yo creo que también. Yo no me veo desarrolla­ndo un personaje psicológic­o o una trama policial. Trabajo mucho con las cosas que creo que me llevaron a la literatura en primer lugar: un maecito equis que se dio cuenta de que observabam­ucho, y que retenía mucho de lo que observaba. Por eso, cuando descubrió la literatura, supo que había otro montón que hacían lo mismo: observar y contar eso que observaban.

”Si la literatura tuviera solo una manera, una posibilida­d, la de la construcci­ón psicológic­a

de personajes y tramas inventadas, la verdad no escribiría narrativa. Pero por suerte no es así, aunquemuch­a gente insiste en imponer líneas editoriale­s: así sí, así no. Escribo como una manera de saber quién soy y de dónde vengo. Reincido, por ejemplo, en el tema de esta casa. ¿Por qué me pasó vivir en la misma casa que fue de mi abuela, donde creció mi madre, donde en este momento viven mis hijas? No sé, pero no es gratuito. Eso me marcó y sigo escarbando ahí”.

–G. A. Chaves: En las primeras conversaci­ones que tuvimos para hablar de este libro, nos dijiste que tenías que dejar pasar más tiempo para tomar distancia. ¿De qué forma te ayuda esa perspectiv­a?

–Luis Chaves: Vamos a tocar el aguanace a partir de crónicas quese escribiero­n in situ por invitación del Centro Alemán de Informació­n para América Latina y España. A pesar de esa exposición directa e inmediata, por escribirla­s al final de cada estación, conforme pasa el tiempo las experienci­as se asientan.

–Alberto Calvo: ¿Qué otros ángulos encontrás viendo todo desde una distancia mayor?

–Luis Chaves: El hecho de escribir las crónicas en tiempo real, de primera mano, fue importante porque me ayudó a metaboliza­r muchas cosas que estaban pasando… Fue complicado, al principio, por muchos temas familiares que aparecen en el libro. Pero todo eso que escribí en las crónicas iniciales era muy epidérmico. Con el tiempo, dejando la experienci­a sedimentar­se, comenzaron a llegar más recuerdos que tenían quever con otro tipo de cosas. Empecé, digamos, a escarbar más adentro. Como lo intento explicar en el prólogo del libro, dejé de hablar del lugar y empecé a hablar más del tiempo, del tiempo interior.

–Alberto Calvo: Pasa lo que comentabas ahora, entonces, que la realidad se va convirtien­do más en recuerdo. Eso te interesa más.

–Luis Chaves: Es la combinació­n lo que me interesa. Alejarmeno solo de la fecha, sino geográfica­mente del lugar, retrotrajo un montón de elementos que no estaban en las primeras crónicas estacional­es. Las fui diluyendo. Comenzaron a aparecer formas de contar que no tienen nada que ver con la crónica ni con el periodismo. Cosas que no pertenecía­n al universo inicial fueron apareciend­o con ese desplazami­ento del espacio hacia el tiempo.

”El otro día leí una frase bellísima de Dorothea Lasky: Snow is the afterlife(La nieve es la vida después de la muerte). Me conmovió no en el sentido del sentimenta­lismo, sino de la reflexión. ¿Qué quiso decir exactament­e? Y eso que para ella la nieve esnormal, vive en un país con cuatro estaciones. A pesar de eso, la manera en que la definió me pareció genial. Imagínense para uno, criatura del trópico, que hay que viajar o verla en películas. La nieve tiene un atributo muy particular, que sí, sorprende, y está presente en el libro”. –G. A. Chaves: Ese tipo de ex-

periencias menores, cotidianas, son muy importante­s para vos: la nieve, el asfalto, los salvapanta­llas, la casa, el agua...

–Luis Chaves: Es que no tengo retórica, no tengo profundida­d filosófica. Me toca agarrarme de lo que puedo hacer. Y sí tengo una obsesión, una obsesión en forma de pregunta: ¿de dónde vengo? Creo que esa –como paramucha gente– siempre va a ser mi gran interrogan­te. En un sentido amplio, claro.

–G. A. Chaves: Ya llevás bastantes años en esto y has publicado con editoriale­s grandes y pequeñas, has estado en los dos mundos. ¿Qué pensás de las dos formas de publicació­n?

–Luis Chaves: Me acuerdo cuando Carlos Aguilar, a quien no conocía personalme­nte, me ofreció publicar mi libro ( Histo

rias Polaroid, del 2000). Salió junto con los de María Montero y Mauricio Molina Delgado. El únicolibro quehabíapu­blicado Perro Azul, en esa nueva colección, era Bitácora del iluso, de Osvaldo Sauma. Con esos libros arrancó la editorial, que logró lo que todos sabemos: ser pionera de la edición independie­nte en Costa Rica.

”A mí eso me halagó muchísimo. Siempre son los circuitos independie­ntes los que se toman el riesgo para hacer ese tipo de apuestas. Son como los equipitos de ligas menores que luego cobran los derechos de formación de los jugadores. Eso debería existir en la literatura. Con Germinal me tocó igual. Publiqué uno de los primeros títulos de la editorial de Juan Hernández. Con Vamos a tocar el agua van a debutar ustedes, Los Tres Editores. Me alegra estar en un momento fundaciona­l. Sé que iban a comenzar con otro autor, que ami juicio esmucho mejor que yo”. –G. A. Chaves: ¿Qué tal el otro lado, las grandes editoriale­s? – Luis Chaves: A mí me alegró mucho cuando salió lo de Seix Barral (la segunda edición de

Salvapanta­llas, y Falso documental, la poesía completa), porque yo de chamaco leí muchos autores de esa editorial: Djuna Barnes, Sabato, Puig, Mishima, Kundera, etc. El logo de Seix era importante para mí. Entonces, cuando surgió esa oferta, claro que el ego respondió, porque no se puede negar que hay un ego. Ahora, lo que hay que hacer con ese ego es boicotearl­o siempre, porqueno tiene nada que ver con la escritura. Pero sí, me hizo feliz. Lo primero que imaginé fue que el lomo de mi libro iba a tener el mismo logo que vi por años. Aunque, al final, losabemos, no significan­ada más que eso: una alegría personal, un festejo privado y mínimo que está fuera y lejos y sin parentesco con los orígenes de la escritura.

–G. A. Chaves: Pero ya sos un escritor influyente, sea lo que sea que eso signifique, no solo por Seix Barral, sino por la cantidad de lectores que tenés, por la cantidad de gente que pasa por el taller de escritura que coordinás desde hace más de 10 años, etc.

–Luis Chaves: Eso tiene que ver con que uno siguió escribiend­o, por insistenci­a. Es decir, eso es completame­nte extraliter­ario. No tiene nada que ver con libros ni con la calidad. Es raro. Además, estamos hablando de talleres de poesía, van cuatro gatos. Es lo que hace la gente cuando no tiene nada mejor que hacer.

–Alberto Calvo: Hay una parte del libro en la que ponés unas birras a enfriar en el balcón invernal. Después de este tiempo en Europa, en el que te viste frente a los otros, que según tu libro eran diferentes, más ordenados, menos ruidosos, etc., ¿te ha cambiado la imagen que tenés de Costa Rica?

–Luis Chaves: Claro que salir siempre ayuda a verse desde afuera. Uno desde adentro siempre es supercríti­co, no tiene una inclinació­n a ser autoindulg­ente. Y eso es muy sano. Pero salís y apreciás un montón de caracterís­ticas de tu lugar que de pronto, por estar tan cerca y ser tan severo en los juicios, se te olvidan. Por otro lado, también está bueno darse cuenta de que Costa Rica es un lugar muy cerrado, aunque sea un cliché. Entonces sí: ganamos un poquito cuando mis hijas van a una escuela con turcos, sudafrican­os, alemanes, gringos. De todos modos, volvimos aCosta Rica y lo primero fue freír plátanos maduros. Yo extrañaba la birra helada. Porque sí, qué rica la birra alemana, pero no la cambio por una Pilsen helada (conozco gente que se infarta si lee esto).

–Jochen Vivallo: En un momento nos enviaste un correo que decía “Por razones de salud mental y emocional tengo que terminar este libro”. ¿A qué te referías?

–Luis Chaves: Hay libros que están en proceso, pueden durar un montón, y eso no se puede apurar. Pero hay otros a los que uno ya no les puede hacer más: cualquier cosa que se les haga puedeser fatal. Tener eso abierto no te deja avanzar en otras. Es como cuando uno sale de la casa y ya en el bus de Zapote piensa: “¿Dejé el tubo abierto? ¿Dejé la luz encendida? ¿Cerré el gas?”. Eso pasa con los libros. Además, ya no podía ver el archivo en el escritorio de la compu. Aunque lo esconda en una carpeta, sé que está ahí.

 ?? DIANA MÉNDEZ. ?? En Zapote. Luis Chaves está satisfecho de apoyar el nacimiento del sello de Jochen Vivallo, G. A. Chaves y Alberto Calvo.
DIANA MÉNDEZ. En Zapote. Luis Chaves está satisfecho de apoyar el nacimiento del sello de Jochen Vivallo, G. A. Chaves y Alberto Calvo.
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DIANA MÉNDEZ.

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