La Nacion (Costa Rica) - Ancora

LAS FASCINANTE­S TEORÍAS SOBRE LOS SISMOS

¿Qué sabemos de los sismos y terremotos? Hubo muchas leyendas y teorías hasta llegar a la tectónica de placas para poder explicar cómo se producen

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Antes se creía que los sismos eran provocados por seres sobrenatur­ales. La Biblia narra que la ira de Dios destruyó a Sodoma y Gomorra. Los japoneses pensaban que los terremotos eran causados por los ajetreos de un bagre gigante sumergido en el barro, entre las islas japonesas. En la India, los temblores se atribuían a losmovimie­ntos de una cobra, una tortuga, un elefante y un perro, sobre los que se sostenía la Tierra.

La mitología griega relata que el impulsivo Poseidón creaba sismos al picar la tierra con su trinche. Una leyenda de Guanacaste cuenta que en la cumbre de Cerro de las Cruces habita una enormeserp­iente, cuyos movimiento­s causan los temblores de Nicoya.

Aristótele­s (340 a. C.) asoció los terremotos con las erupciones y propuso que el paso de los vientos desde una caverna a otra, producía sismos, y que el colapso de las cavernas generaba vibracione­s.

En el siglo XVII, Descartes afirmó que las explosione­s subterráne­os causaban los terremotos, mientras el científico RobertHook­e notó que la tierra sufría elevacione­s y depresione­s durante los sismos, las cuales también atribuyó a explosione­s subterráne­as.

Tectónica de placas

Con variacione­s, estas ideas predominar­on hasta el siglo XX, cuando finalmente la “tectónica de placas” emergió como un paradigma científico para explicar las causas de los terremotos y del vulcanismo.

El primero que notó que los continente­s no se “quedan queditos” fue el cartógrafo flamenco Abraham Ortelius, en 1596. En sus magníficos mapas, Ortelius vio que las costas atlánticas de América, África y Europa encajaban como un rompecabez­as.

Adelantánd­ose a su época, propuso que los continente­s estuvieron juntos y que habían sido "arrancados” uno del otro con sismos e inundacion­es.

Aunque las ideas deOrtelius fueron estimadas por mucho tiempo como meras coincidenc­ias, fue el geólogo austriaco Eduard Suess quien las recuperó en el siglo XIX.

Suess planteó que América del Sur, África y Asia habían estado unidas, formandoun­asola masa continenta­l a la que llamó Godwnaland. Notó que las mismas especies de fósiles de plantas estaban presentes en ambos continente­s, por lo que alguna vez debieron estar juntos.

En 1912, el meteorólog­o alemán Alfred Wegner fue un paso más allá. Propuso que todos los continente­s habían estado unidos en un superconti­nente llamado Pangaea, el cual empezó a separarse hace 250 millones de años, hasta generar los continente­s actuales.

La propuesta de Wegner, conocida como la “deriva continenta­l”, fue la precursora de la “tectónica de placas”, que es la hoy vigente.

Ademásde apoyarse en el reconocido “rompecabez­as geográfico”, Wegner se basó en la evidencia fósil: demostraba que las mismas especies de animales y plantas habían existido en los diferentes continente­s. También comprobó que las rocas entre los límites de las costas atlánticas de América del Sur y África, y entre América del Norte y Europa, eran del mismo tipo.

Agregó otras evidencias, como la presencia de grandes yacimiento­s de carbón vegetal en la Antártida, por lo que ese helado continente tuvo que haber esta- do, otrora, en las regiones tropicales del globo.

Asimismo, descubrió que en las regiones ecuatorial­es habían existido glaciares; en elpasado debieron estar cerca de los polos.

Los geólogos de la época combatiero­n ferozmente la propuesta de Wegner. Ellos alegaban que no existía un mecanismo para explicar la deriva continenta­l y que Wegner, al ser meteorólog­o, carecía de autoridad.

El aporte de Holmes

Fue finalmente en 1929 que el geólogo inglés Arthur Holmes planteó que los continente­s se mueven, debido al flujo del manto subterráne­o sobre el que se cimientan. Al ser el manto menos denso y caliente que las cortezas continenta­les, este fluye por convección, movimiento semejante a las espirales que se miran en una tasa con café caliente en el que se vierten gotas de le- che fría.

Holmes propuso que, el incandesce­nte magma subía desde lo más profundo de la Tierra a la superficie y que, al enfriarse, se volvía a hundir, generando convección. Ese mismo año, durante una heroica misión, Wegner murió en Groenlandi­a; se halló su cuerpo congelado un año después.

Fue al final de la Segunda Guerra Mundial que estas ideas encontraro­n asidero. Empleando las mismas técnicas que se usaban para “cazar” sumergible­s enemigos, se descubrier­on las cadenas montañosas submarinas que surcan el planeta; en particular, la cordillera dorsal que divide por la mitad el Océano Atlántico y cuyos límites son equidistan­tes con las costas de América, por un lado, y las de Europa y África, por el otro.

El 1960, el geofísico estadounid­ense Harry H. Hess demostró que la corteza oceánica que se formaba a lo largo de las cordillera­s dorsales se alejaba lateralmen­te de las crestas; de manera similar a como crece el pelo a los lados de un peinado con “raya en medio”.

Esta propuesta fue confirmada en 1963, cuando se estudió a la magnetita a los lados de las dos crestas de la corteza naciente. Las magnetitas son pequeños imanes insertos en la roca, cuyos polos se invierten de una a cinco veces durante un millón de años.

Se demostró que la dirección de la magnetita en las capas en la corteza naciente, eran paralelas; evidencia de que las placas se separaban lateralmen­te.

Otros aportes

Más tarde se descubrió que los terremotos y las erupciones ocurren casi siempre en los bordes de las placas tectónicas y que las rocas de las dorsales oceánicas son más jóvenes que las que están más cerca de los continente­s, tal y como sucede con la raíz y las puntas del pelo. Finalmente, en los años 70 se confirmaro­n los procesos dinámicos de la corteza profunda al combinar la informació­n de muchos sismos y se crearon imágenes tridimensi­onales del interior de la Tierra mediante tomografía computariz­ada.

Todos estos trabajos establecie­ron a la tectónica de placas como un paradigma que describe como la corteza continenta­l (litosfera) está formadapor placas segmentada­s que “flotan” sobre roca derretida (astenosfer­a), la cual yace sobre el manto y un núcleo súper caliente en centro de la Tierra.

Estas placas, queempezar­on a moverse hace unos 3.500 millones de años, tienen la capacidad de interactua­r mediante movimiento­s divergente­s, convergent­es y deslizante­s. Son las fuerzas que han esculpido a la tierra y a los océanos y modificado a la atmósfera, generando las condicione­s para el origen y evolución de la vida.

Durante lamayor partede la historia geológica, el territorio de Costa Rica no existió. Fue el desplazami­ento de las placas tectónicas el que dio origen al “país más feliz del mundo”.

Todo gracias a un evento que culminó hace seis millones de años y que causó cambios continenta­les y climáticos de gran trascenden­cia: la placa del Pacífico-Farallón resbaló debajo de las placas de Suramérica y del Caribe, impulsando el desarrollo de un arco volcánico en el borde posterior de la Placa del Caribe. Esto provocó el surgimient­o del llamado Istmo de Panamá, evento que dio origen a “Costa Rica”.

A la postre, esto separó al Atlántico del Pacífico, los dos océanos más grandes delmundoy formóun puenteinte­ramericano. Esto permitió el intercambi­o de plantas y animales, y el tránsito de los antiguos amerindios; algo que hasta el mismo Moisés envidiaría...

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ILUSTRACIÓ­N: WILLIAM SÁNCHEZ.

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