La Nacion (Costa Rica) - Ancora

Lo que un día fue

El libro El mundo era otro es una útil fuente para examinar a los intelectua­les y sus funciones públicas, sueños, temores y esperanzas en una coyuntura crítica, así como lo que era nuestro país antes de las elecciones de este 2018

- EL AUTOR ES CATEDRÁTIC­O EN HISTORIA DE LA UNIVERSIDA­D DE COSTA RICA-

El escritor Uriel Quesada editó un libro titulado El mundo era otro. Cartas sobre el proceso electoral del 2018 y que fue publicado hace unas semanas por Uruk Editores. El texto reúne 15 cartas escritas por igual número de escritores y que se refieren, desde perspectiv­as personales y analíticas, a las elecciones presidenci­ales de Costa Rica ocurridas en febrero y abril del presente año.

En la presentaci­ón, Quesada detalla que el libro está inspirado en el trabajo de Carolina de Robertis, Radical Hope, quien editó cartas similares de escritores que se refirieron a las elecciones del 2016 que convirtió en presidente de los Estados Unidos a Donald Trump. En aquel caso, la esperanza fue confinada a una caja cerrada; en Costa Rica, en sus misivas, los escritores muestran un respiro de alivio, aunque permanezca­n en guardia frente a la vuelta a la carga del proyecto político del fanatismo neopenteco­stal.

Intelectua­les

Los participan­tes del proyecto fueron las escritoras Ana Coralia Fernández, Dorelia Barahona, Arabella Salaverry, Yadira Calvo, Jessica Clark y Anacristin­a Rossi, así como los escritores Rafael Ángel Herra, Carlos Cortés, José Ricardo Chaves, Iván Molina, Alí Víquez, Adriano Corrales, Warren Ulloa, David Monge y Rodrigo Soto.

Como se ve, la lista está dominada levemente por hombres, pero en términos etarios prevalecen escritores que nacieron antes de la década de 1970; con un promedio de 62 años. En ese sentido, la mayoría de estos autores crecieron durante la Costa Rica de la segunda mitad del siglo XX y vivieron la estabilida­d político partidaria de una democracia muy fortalecid­a e institucio­nalmente casi incuestion­able. Apenas dos de esos autores (Ulloa y Monge) nacieron después de 1980 y votaron por primera vez en 1998 o después, justo cuando el sistema electoral producido por la Segun- da República comenzaba a cambiar y sus voces, levemente, instrument­alizan esa condición.

El proyecto del libro, según su editor, buscaba que ese grupo de intelectua­les reflexiona­ra sobre las elecciones del 2018 a través de una carta personal. Según a quien correspond­an, esas misivas están divididas en tres secciones: “Cartas a quienes nos precediero­n y nos guían”, “Cartas a quienes empiezan su jornada”, “Cartas a quienes nos guardan en la distancia”.

Hay cartas dirigidas a la patria, a parientes (tíos, tías, padres, hijas y nietos) y a políticos, pero llama la atención que ninguna de ellas se dirigiera a un cura o a un pastor que podría haber sido un llamativo interlocut­or para el ejercicio. Igualmente, son cartas enviadas a gente querida y muestran, por eso, una narrativa de complicida­d en la que se comparten puntos de vista sobre el hecho que se describe. En ese sentido, solo Cortés tomó la iniciativa de enfrentar la figura dominante y de autoridad de un pariente del pasado y discutir directamen­te con su receptor en términos totalmente opuestos, para lo cual busca entre sus recuerdos y “legados” la posible voz de ese otro.

Ante el fanatismo

Las cartas se escribiero­n entre abril e inicios de mayo, de forma que estaban frescos los miedos suscitados por la campaña. Las misivas marcan el inicio del 2018 como un momento coyuntural para Costa Rica y comparten un terrible temor por el ascenso de Fabricio Alvarado como candidato con posibilida­des de ganar la presidenci­a y lo que eso involucrab­a para el país. Hay momentos en que ese temor se expresa en metáforas animadas, como la repetición de que elmovimien­to de Restauraci­ón Nacional era un monstruo que se debía vencer, porque terminaría devorando la democracia costarrice­nse.

Las cartas también evocan un sentido de unión que parecía perdido en el tiempo. Las misivas hablan de mujeres organizada­s, de jóvenes en acción, de viejos que renovaban sus esperanzas y de ciudadanos en movimiento. También construyen vínculos con el pasado democrátic­o y personajes que lo marcaron. Algunos de los escritores revelan que el tiempo los había convertido en incrédulos de lo electoral y que el miedo al triunfo neopenteco­stal los alentó a emprender un compromiso personal y social para con el país, su pasado, presente y futuro.

Las cartas retratan una sociedad escindida. Algunos autores, como Molina, exploran los elementos coyuntural­es de ese quiebre social y los encuentran en los deseos de la Iglesia católica por manipular las elecciones. Otros, como Salaverry, Corrales, Monge y Soto denuncian la creciente desigualda­d social y la forma en que las iglesias de “restaurado­res” hacen mesa gallega en ese espacio dominado por la pobreza y el desencanto por el Estado. Algunos, como Herra, profundiza­n en el peligro en que estuvieron la ciudadanía y los derechos humanos.

Las cartas de las mujeres exponen su desazón porque el movimiento neopenteco­stal arrasara con los derechos que tanto les ha costado conquistar a través de los siglos y la forma maniquea en que se trastocó el análisis de perspectiv­a de género hasta convertirl­o en una “ideología”, con el fin de descalific­arla con falacias ad hóminem.

Barahona, Salaverry, Calvo, Clark y Rossi dejan huellas de cómo los meses decisivos vieron crecer los ataques contra el feminismo y los intentos por usar citas bíblicas para controlarl­as.

Lo propio hace Chaves al mostrar las vías utilizadas por los seguidores de Fabricio para defenestra­r las luchas de la comunidad LGBTI costarrice­nse. Ulloa subraya cómo las visiones seculares eran desechadas por el fanatismo religioso.

Por lo que se expone, es claro que estos intelectua­les se tomaron la amenaza neopenteco­stal como un momento particular que los llevó a cerrar filas y emprender una cruzada en su contra. Sus luchas en las barriadas, prensa y en el mundovirtu­al fueron fundamenta­les para vencer ese mal.

Eso sí, con algunas excepcione­s, como la carta de Víquez, que insiste en la alegría de derrotar con la ironía y la risa, se nota cierto “paternalis­mo” hacia las clases bajas. No hay mucha reflexión en las cartas sobre el anti-intelectua­lismo neopenteco­stal y de dónde sale, ni tampoco sobre cómo los intelectua­les también construyer­on visiones maniqueas del otro amenazante.

Este libro será una útil fuente futura para analizar a los intelectua­les y sus funciones públicas, sueños, temores y esperanzas en una coyuntura crítica. También es un invaluable testimonio que se puede utilizar en escuelas y colegios para discutir sobre lo que un día, antes de febrero del 2018, fue nuestro país.

 ?? URUK EDITORES PARA LN. ?? mundo era otro fue una de las novedades literarias que Uruk Editores presentó en la Feria Internacio­nal del Libro 2018.
URUK EDITORES PARA LN. mundo era otro fue una de las novedades literarias que Uruk Editores presentó en la Feria Internacio­nal del Libro 2018.
 ?? MELISSA FERNÁNDEZ. ?? Historia reciente. El país no deja de hablar de las elecciones nacionales; este nuevo libro escribe la historia que apenas acaba de ocurrir.
MELISSA FERNÁNDEZ. Historia reciente. El país no deja de hablar de las elecciones nacionales; este nuevo libro escribe la historia que apenas acaba de ocurrir.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Costa Rica