La Nacion (Costa Rica) - Ancora
Sierpe (1984): Encantador de serpientes
A José Sancho lo hechizan las serpientes con la infinidad de posibilidades que le abren sus sinuosas formas. Frente al bloque de mármol, el canto de río o la madera, él desentraña la sugerencia del material y llega hasta la forma que siempre estuvo escondida. De tanto esculpirlas se volvió un encantador de serpientes. Carlos Francisco Echeverría, historiador y crítico de arte, lo explicó claramente en un texto sobre el escultor para la exposición en Turquía en el 2017: “(...) donde hay más poder concentrado, más potencia hipnótica y estética, es sin duda en las serpientes. En la escultura de serpientes es donde el Sancho tallista alcanza su plenitud. El animal en sí mismo es una misteriosa suma de elegancia, reposo y fuerza letal. Inevitablemente evoca tanto la vida como la muerte. Enroscadas, envueltas en sí mismas, algunas de las serpientes cobran forma de vulva, de sexo femenino. Talladas en mármol negro, en grandes dimensiones, tienen una fuerza interior estremecedora”. Una de esas poderosas figuras se encuentra en los Museos del Banco Central, bajos de la plaza de la Cultura. Se titula Sierpe y está tallada en mármol negro de Bruselas. Sierpe que significa serpiente grande, Sierpe que es río, Sierpe que es serpiente y río; de pronto, en sus curvas azabache encontramos ecos que remiten a las culturas precolombinos, a mitos y dioses, a historias antiquísimas. Su exploración es imparable y en los últimos tiempos, sobre todo, disfruta de encontrarlas en piedras de río.