La Nacion (Costa Rica) - Revista Dominical
El president Filipino prometió 'comerse vivos' a terroristas
Rodrigo Duterte, presidente de Filipinas, puede ser calificado de muchas cosas menos de ortodoxo.
Desde el primer día de su mandato ha recibido severas críticas por varias de sus políticas, como su guerra contra las drogas en su país, que se ha convertido en una operación militar despiadada no solo contra los traficantes sino contra los usuarios de las sustancias; todos los días, decenas de personas amanecen muertas en las calles de su país a manos del gobierno, según reportan medios como el New York Times.
Rodrigo Duterte puede ser calificado de muchas cosas, pero cumple sus promesas –aunque estas dejen ríos de sangre–. Es por eso que su más reciente salto a los titulares de noticias de todo el planeta preocupa. ¿Lo cumplirá?
¿Cumplirá Duterte con la promesa de comerse vivos a varios seres humanos como venganza?
El pasado miércoles 5 de julio, tropas del ejército filipino recuperaron los restos decapitados de dos hombres. Los hombres pertenecían a la tripulación de un barco de carga vietnamita, y fueron secuestrados en noviembre pasado en la punta sur de Mindanao, una isla que forma parte del territorio de Filipinas.
El crimen fue atribuido a la organización Abu Sayyaf que opera en Mindanao, donde se suelen llevar a cabo secuestros y exigir pagos económicos a cambio de la liberación de las víctimas; cuando no reciben el dinero, tienden a cometer decapitaciones.
“Me comeré su hígado si eso es lo que quieren. Denme sal y vinagre, y me lo comeré frente a ustedes”, dijo Duterte en un agresivo discurso, luego de que se confirmara que se habían encontrado los restos de los secuestrados.
Agregó: “¿Vamos a dejar que nos esclavice esta gente? Hijos de puta. Yo como de todo, no soy exigente. Me como incluso lo que no se puede tragar”.
En boca de cualquier otra persona, la amenaza no habría pasado de ser una anécdota. Sin embargo, Duterte la pronunció como una declaración presidencial; su historial, además, sugiere que en su léxico no existe la intimidación hueca.
¿Cumplirá Duterte con otra promesa descabellada y sangrienta? ¿Se comerá vivos a los terroristas?