La Nacion (Costa Rica) - Revista Dominical
Concierto
Este viernes 14 de febrero Luis Enrique Mejía ofrecerá un concierto especial para celebrar el Día del Amor y la Amistad. La cita es en Mundoloco, en San Pedro, a partir de las 8 p. m. El espectáculo se titula 20 canciones de amor y en él el nicaragüense hará un repaso por sus temas más románticos al ritmo de boleros, sones y mazurcas. En la música lo acompañarán Luis Manuel Guadamuz (guitarra), Jonathan Delgado (piano) y Bernal Monestel (percusión).
Las entradas valen ¢14.000. la dinastía de los Somoza. Todas estas razones llevaron a que esa revolución fuera algo como nueva, mágica, renovada.
-Sacrificada...
-Una experiencia linda, hermosa, sacrificada, muy dura. En lo primero que me pongo a pensar en estas situaciones es en las madres que son las que siempre sufren; una cosa muy particular de Nicaragua es que no son los padres, no son los hombres los que salen, son las mujeres. Entonces se convierte en una política de la revolución darle a la mujer un lugar preponderante e importante para, en primer lugar, recuperar sus derechos ancestrales, pero también como un tema de justicia. Uno nunca está hablando del papa sino de la mama, ahí están las madres de los héroes, de los desaparecidos, de los torturados, de los encarcelados, de los emigrantes, de los asilados; son las madres las que están en las cárceles llevando comida, sufriendo por sus hijos, esas madres también están manifestándose.
-¿Hay diferencias entre lo que pasó en la Revolución Sandinista y lo que vive Nicaragua actualmente?
-Claro, el mundo es distinto por eso quizá es más compleja porque es una lucha cívica, sin armas, o por lo menos por parte del pueblo porque la represión es armada y estúpidamente manejada a nivel de una represión terrible y sangrienta.
-Las comparaciones no son buenas porque no sé si Somoza en las actuales circunstancias haría lo mismo, pero ahora estamos hablando de alguien que fue guerrillero, que estuvo preso, que su madre sufrió por él y por sus hermanos y que está traicionando al pueblo o se quiere perennizar en el poder. Si Daniel Ortega hubiera entendido que no es un dios, que no puede ser perfecto y que algo estaba fallando, hubiera dicho “pongámonos de acuerdo” y no hubiera habido derramamiento de sangre.
-El pueblo volvió a despertarse...
-Estos jóvenes dieron la cara, los llaman los nietos de Sandino. Nosotros creíamos que los jóvenes estaban más preocupados en sus celulares y en sus redes sociales pero nos dieron una gran lección, salieron a la calle y dijeron no. Lamentablemente el régimen respondió primero con mucha violencia que pasó a armas de guerra, francotiradores y paramilitares que es lo peor que ha sucedido en Nicaragua porque eso provocó una descomposición social muy grande.
-¿Lo considera una guerra? -No es una guerra porque no hay dos bandos armados, no. Aquí está el pueblo absolutamente desarmado, solo con la bandera blanca y azul de la patria; es cierto que hubo manifestaciones de posiciones muy fuertes con tranques, barricadas y cosas así que también las hubo en
Chile y mucho más fuertes, también en Perú, Bolivia, Ecuador, Barcelona; Nicaragua no es una excepción. No es que estemos de guerreristas, absolutamente no, estamos convencidos de que esta lucha tiene que ser cívica, estamos convencidos de que no debe de haber muertos, encarcelados o desaparecidos.
-¿Cree que fuera de Nicaragua los demás países sepan realmente lo que está pasando?
-Es muy curioso que en Costa Rica, Guatemala, El Salvador, México o Panamá no se conozca a profundidad lo que está sucediendo en Nicaragua. Esto es un reclamo también a los medios de comunicación porque es como no querer ver
Luis Enrique Mejía Godoy.