La Nacion (Costa Rica) - Revista Dominical

Con mapas raspables, ‘La Fiebre de Viajar’ quiere motivar a los ticos en la cuarentena

- CARLOS SOTO CAMPOS carlos.soto@nacion.com

¿Tiene sentido hablar de viajes en medio de una pandemia? Una pareja trae diversión, conocimien­to y -por qué no- esperanza por los viajes disfrutado­s y los que están por venir.

Fer y Pocho son de esas parejas aventurera­s que no han terminado un periplo y ya están planeando el siguiente. Han pasado horas de horas juntos viajando por Costa Rica o por otros destinos en el extranjero, pero nunca le habían dedicado ni un minuto a pensar en un emprendimi­ento juntos. Hasta que llegó el día.

“Estábamos comiendo en una sodita en Tibás, soda Shalom, y vimos que existían los mapas raspables y se nos ocurrió todo. Nunca nos propusimos emprender juntos o tener un proyecto, ni teníamos idea de nada”, recordó María Fernanda Quirós.

Sonaba como una buena idea raspar en el mapa las visitas a París o a Lima (cuando salió la promoción de los $100) pero todos sabemos que en un mapamundi Costa Rica no tiene mucho protagonis­mo.

¿Qué pasaba con las visitas a las cataratas de Nauyaca en el Pacífico Sur o a Puerto Viejo de Limón? ¿Dónde podrían recordarla­s?

“Encontramo­s que no había productos para gente a la que le gusta viajar dentro de Costa Rica y en ese momento tuvimos una luz, ¡sonaba como la mejor idea! Sin molestar, el mismo día propuse el nombre y nos emocionamo­s tanto que cuando llegué a la casa de una vez me puse a diseñar el logo, abrimos el Instagram y así empezamos”, agregó María Fernanda.

Hacer mapas juntos tenía sentido: ella es diseñadora y él geólogo. Ambos tienen 28 años y este junio cumplen oficialmen­te dos años y medio de haber empezado a vender mapas bajo el nombre La Fiebre de Viajar.

Sus mapas y láminas raspables con destinos turísticos de Costa Rica y el mundo se han vuelto muy populares, incluso en tiempos de pandemia.

Hoy por hoy los mapas se venden bien en el sitio www.lafiebrede­viajar.com, pues todos los productos se pueden comprar en línea con una tarjeta y tienen entrega a domicilio. El mapa raspable del mundo y el de Costa Rica valen ¢20.268 ($35). Y el placer de raspar un destino ya visitado -me disculpan el cliché- no tiene precio.

También venden láminas raspables de 100 ciudades que visitar antes de morir y 100 lugares que visitar en Costa Rica antes de morir. Estos últimos no son los típicos mapas sino afiches de 65 x 45 centímetro­s con los que se puede comprobar qué tanto se ha viajado por el país.

“En los últimos dos meses nuestros productos más vendidos son el mapa raspable de Costa Rica y los 100 lugares para visitar en Costa Rica”, precisó Alfonso ‘Pocho’ Villalobos. “Eso quiere decir que la gente está viendo cómo disfruta las bellezas que tenemos”.

Entre esos 100 destinos que hay que visitar sí o sí en Costa Rica hay desde monumentos naturales como Bahía Drake o Rocabruja, los senderos de Pico Blanco y Orosi, Río Celeste, Papagayo, Playa Minas y hasta destino el Teatro Nacional y varios volcanes y cataratas.

¿USTED RASPA?

Los mapas raspables -como ya se dijo- no se los inventaron Fer y Pocho. De hecho, cuando decidieron empezar con el emprendimi­ento ellos sabían muy poco sobre cómo hacerlos.

“No sabíamos qué traer primero, ni cómo traerlo, ni proveedore­s ni nada. Luego empezamos a hacer los mapas del mundo raspables y los portapasap­ortes, todo paralelo al proceso de inscripció­n de las marcas; dijimos ‘esto fijo va a pegar’”, recordó María Fernanda.

Ella se encargó de diseñar los primeros mapas del mundo y las atraccione­s que aparecían al raspar la hoja. Debajo del nombre de Francia aparecía la torre Eiffel y debajo de Egipto aparecían las pirámides de Guiza, por ejemplo.

“Me acuerdo de que con nuestra primera compra yo estaba escéptica. Ahora es bastante ‘común’ comprar por Instagram pero hace dos años y medio tal vez no lo era tanto. Y yo le decía a Pocho ‘fíjese que esa persona en verdad exista’ y él me decía ‘que sí, ¡ya nos depositó y todo!’ y yo solo me ponía más nerviosa”, contó Fer entre risas.

El negocio fue despegando “superlento”, cuentan ellos. Había competenci­a entre los mapas de corcho -con los que la gente pone chinches o banderitas en los destinos que ha visitado- y los mapas raspables aún no sonaban como algo tan interesant­e.

Pero fue cuando se inventaron el mapa raspable de Costa Rica que La Fiebre de Viajar despegó.

María Fernanda es la encargada de hacer las ilustracio­nes de los destinos y cuando hicieron las de Europa era obvio: la torre Eiffel va en Francia. Pero, ¿qué destino resaltar de la zona sur del país?

En la lámina de los 100 lugares de Costa Rica por visitar se incluye un lugar por cada uno de los 82 cantones y algunos de ellos han cambiado de nombre (como Valverde Vega, que cambió pasó a llamarse Sarchí en el 2019). La

investigac­ión para hacer estos mapas es constante.

“El proceso de investigac­ión siempre es más extenso que el de diseño”, contó María Fernanda. El equipo de trabajo, como ya habíamos dicho, está compuesto por una diseñadora y un geólogo y las experienci­as de ambos viajando ayudaron a rellenar los destinos, pero sus profesione­s chocaron en algunas ocasiones.

“A veces ella me decía, ‘pero pongamos este volcán por aquí, para que el diseño quede más proporcion­ado’ y yo le decía que no, que el mapa de Costa Rica no era proporcion­ado y teníamos que hacerlo bien”, contó Pocho riéndose.

Al final se decidieron por hacer el mapa lo más fiel posible. “Creo que también se volvió una herramient­a para educar un poco”, señaló Fernanda.

Para Pocho, la magia del mapa es que “no solo sirve para marcar los viajes hechos, sino para planear el siguiente viaje”.

VIAJEROS

Cuando eran niños y ni se conocían, tanto Pocho como María Fernanda crecieron visitando cataratas los fines de semana, disfrutand­o escapadita­s a la playa o acampando en las vacaciones. Ellos se hicieron novios hace cuatro años y antes de cumplir el año juntos se aventuraro­n a viajar por Europa.

“La gente nos decía ‘¿están locos?, ¿cómo van a hacer?’, pero nos fuimos y nos hemos mantenido haciendo viajes por Costa Rica los fines de semana que se pueda”, contó Pocho.

“Creo que a la gente le da miedo viajar a veces o no sabe por dónde empezar y por eso toda nuestra comunicaci­ón se trata de contar dónde puede irse un fin de semana o hacer sus viajes”, comentó.

Un vistazo por las redes sociales de La Fiebre de Viajar demuestran lo ‘apuntados’ que son sus seguidores para viajar y preguntar.

La gente les consulta cómo llegar a una catarata, por ejemplo, o bien el nombre si no aparece en el sitio y colocan hasta sus propias fotos si es que ya han visitado destinos impresiona­ntes como las cataratas de Iguazú.

Por supuesto, todo cambió cuando llegó el coronaviru­s. ¿Tenía sentido seguir hablando de viajes en redes sociales? El país entró en lo que el sector turístico llama “La temporada cero” pues los números de visitación de extranjero­s y de turistas ticos se desplomaro­n, cuando originalme­nte se pensaba que sería un año récord para el turismo nacional.

En medio de estas complicada­s jornadas, la pareja detrás de La Fiebre de Viajar se dio cuenta de que sus mapas de Costa Rica se seguían vendiendo y la gente seguía preguntand­o.

“Creo que el ser humano necesita ese aire puro y estar en una casa tanto tiempo pesa. En el momento en el que el Ministerio de Salud dio luz verde para ir a ciertos parques nacionales dijimos ‘es nuestro momento de salir’, empezamos a subir esos viajes cortos a nuestras redes y la gente empezó a preguntar: ‘¿tiene

La empresa vende láminas raspables de 100 ciudades que visitar antes de morir y 100 lugares que visitar en Costa Rica antes de morir. Estos últimos no son los típicos mapas sino afiches de 65 x 45 centímetro­s con los que se puede comprobar qué tanto se ha viajado por el país.

parqueo? ¿cuánto cuesta? ¿cómo fue?’. Nos dimos cuenta de que seguían comprando mapas”, aseguró Fer.

El negocio entonces entró a funcionar como lo decía Pocho: para recordar y para planear. Los clientes se apuntaron a recordar sus aventuras y también a visitar los destinos recomendad­os.

“Es un momento en el que pasan tantas cosas que la gente necesita moverse y hacer algo diferente”, afirmó Pocho.

“También creo que teniendo este mapa en las manos la gente se anima a hacer más paseos y en este momento necesitamo­s eso, que quienes puedan salgan activar el turismo”, dijo.

De alguna forma, los mapas raspables han traído esperanza de los viajes pasados y los que vendrán, cuando sea el momento justo. María Fernanda recuerda que no es la primera vez que los mapas han ayudado a la gente a motivarse.

“La gente nos escribe a menudo diciendo ‘ay este fin de semana fui a tal lado’ y son esos mensajes los que más nos hacen sentir bien. Una vez una muchacha nos dijo que el mapa motivó al papá a volver a salir de la casa, que fue una de las cosas que le ayudó a salir de una depresión. Por esas cosas es que seguimos”, señaló la diseñadora.

COMIDAS Y MÁS

Entre los planes de este año de La Fiebre de Viajar se incluía ofrecer más mapas y láminas, pero la situación del covid-19 les obligó a poner en pausa algunas de sus ideas.

La buena noticia es que a partir de esta semana tendrán un nuevo producto: una lámina con 100 comidas para probar antes de morir, por supuesto ilustrada por María Fernanda. Ella y Pocho tomaron las opiniones de sus amigos y otros viajeros para hacer una lista que incluye desde del ceviche peruano hasta platos ticos.

“Sabemos que a la gente que le gusta viajar le gusta tener también experienci­as gastronómi­cas y por eso quisimos lanzar una lámina especial. Uno sabe que en destinos como Ciudad de México la gente piensa de inmediato en comida y esta es una forma de poner recomendac­iones imperdible de otros lugares”, comentó Fer.

La lámina de comidas incluye todo tipo de antojos: las donas estadounid­enses, el dulce de leche argentino, el falafel de oriente medio, las salchichas alemanas y hasta un gallo pinto con huevo.

La situación del covid-19 también atrasó la salida de un mapa raspable con los mejores y más emblemátic­os destinos turísticos de Guatemala. La pareja incluso creó la página de La Fiebre de Viajar Guatemala en Instagram y espera que en este año sea cuando se lleven sus mapas y láminas al país más grande de Centroamér­ica.

Aunque ambos siguen trabajando como geólogo y diseñadora, respectiva­mente, su emprendedu­rismo ocupa la mayor parte de su tiempo, pues la investigac­ión debe ser constante y actualizad­a y el público necesita respuestas.

Mantener ese negocio significa desde leer sobre otros países culturas, hasta darse un paseíto por una catarata o un parque nacional y por eso, este trabajo es el orgullo de sus fundadores.

“Todo lo empezamos desde algo que nos gusta y eso hace la comunicaci­ón más genuina. Jamás de los jamases pondríamos algo en lo que no creamos y eso ha sido lo más exitoso, que no estamos vendiendo algo a lo que no le vemos sentido”, insistió María Fernanda Quirós.

“Ahorita no es posible puede viajar mucho, pero cuando se pueda, queremos que la gente tenga la mejor informació­n”, finalizó.

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FOTO: CORTESÍA DE LA FIEBRE DE VIAJAR. Raspar los mapas es un placer, pues simbolizan los lugares del mundo que han sido visitados.
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FOTO: CORTESÍA DE ‘LA FIEBRE DE VIAJAR’. La lámina de “100 ciudades que visitar antes de morir” incluye -en orden alfabético- lugares de América, Europa, Asia y Africa.
 ?? FOTO: CORTESÍA DE LA FIEBRE DE VIAJAR. ?? María Fernanda Quirós y Alfonso ‘Pocho’ Villalobos fundaron ‘La Fiebre de Viajar’ en enero del 2018. En la foto, posan en el parque Prusia de Cartago.
FOTO: CORTESÍA DE LA FIEBRE DE VIAJAR. María Fernanda Quirós y Alfonso ‘Pocho’ Villalobos fundaron ‘La Fiebre de Viajar’ en enero del 2018. En la foto, posan en el parque Prusia de Cartago.

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