La Nacion (Costa Rica) - Revista Dominical
TRÍO FATAL
Naya engrosó,
postmorten, una infausto tripleta de treintañeros, Cory Monteith y Mark Salling, cuyas desgraciadas vidas, edulcoradas por la televisión y el glamur del espectáculo, cayeron en el barranco del fracaso.
Nada de amigas.
“Lea Michelle y yo no éramos las mejores amigas, y dudo que alguna vez lleguemos a sentarnos juntas en su sofá y comer snacks una al lado de otra”.
Muerte confusa.
Muchas incógnitas quedaron sin respuesta oficial, tras la muerte de Naya Rivera; al día de hoy nadie da razón de por qué cayó al agua y su cuerpo apareció tan lejos del bote donde quedó su hijo de cuatro años. de Glee, con actitudes racistas y discriminatorias hacia el resto del elenco.
En medio de la serie Rivera le cortó el pan a Dorsey; después se enteró que estaba embarazada y para evitar inconvenientes en su carrera decidió abortar. Tenía 23 años y sus prioridades no eran criar niños, ni ser una madre soltera.
Todas sus miserias las dejó retratadas en el libro “Sorry not sorry”; ahí desplegó sus cuitas y reveló otras situaciones dramáticas, en su breve paso por este valle de lágrimas.
Los trastornos alimentarios fueron otra prueba de fuego. En la secundaria dejó de comer, para estar flaca y “si mi mamá me preparaba almuerzo prefería tirarlo a la basura o dejarlo ahí, con cualquier pretexto” confesó la difunta en sus memorias.
Sus revolcones con Lea ocupan un amplio espacio en el libro y, aunque al parecer hicieron las paces, los resentimientos contra ella prosiguieron, en especial de Samantha Marie Ware, la actriz negra que padeció los varapalos de Michelle.
Por un tiempo corrió la especie de que Naya y Lea se dieron de puñetazos en pleno set; el chisme cobró visos de realidad y Fox debió de emitir un comunicado para desmentirlo.
El recuerdo de Naya será difícil de olvidar, porque murió joven, segada por el cuchillo corto de las parcas.}