La Nacion (Costa Rica) - Revista Dominical
Vicky Ramos, o el derecho a la fantasía
La Universidad de Costa Rica realiza una exposición virtual de la ilustradora
en el Teatro Nacional. Ellos tomaron en serio la labor de ilustrar para la niñez; fueron Juan Manuel Sánchez con los dibujos de Los cuentos de mi tía Panchita, setenta tuvimos otros precursores de la ilustración como el caricaturista Hugo Díaz, la profesora Ondina Peraza y los pintores Félix Arburola y Fernando Carballo.
Vicky Ramos, descendiente de una familia de artistas, supo que su misión era la de continuar esa labor desarrollada durante el siglo XX. No se contentó con replicar los cánones existentes e innovó con dominio del dibujo académico, figuras estilizadas y el arte pop, con miras a un nuevo milenio. Desde entonces elaboró metáforas visuales en las que convergieron la ternura, el humor o la mirada crítica de la realidad con absoluto respeto de la inteligencia de su público, el de la niñez.
LENGUAJE DE LÁPICES Y PINCELES
Vicky Ramos aprovechó los conocimientos de la carrera
Jiménez, de Alfonso Chase,
Lilia Ramos, de Carlos Rubio o de Lara Ríos. De esa manera, principió un trabajo con voz propia en el que, a pesar de las características unificadoras de su obra, logró conferir a cada libro un sentido específico de identidad.
Su formación se complementó con estudios de diseño publicitario y artes gráficas, así como con la implementación de recursos digitales. A finales del siglo XX inició una etapa en la que mezcló, con acierto y sutileza, las antiguas técnicas del uso del lápiz y el pincel, sobre papel o tela, con las posibilidades tecnológicas que ofrecían los programas de computación. Incluso, se aventuró a ofrecer propuestas arriesgadas, por ejemplo, el uso de anteojos para ver imágenes en tres dimensiones
de