La Liga no ve Game of Thrones
Sansa Stark entregó los despojos del vapuleado Ramsay Bolton a loshambrientos perros, sus voraces perros, incapaces de comerse al amo de no ser por los siete días sin probar bocado a los que él mismo los sometió. La inesperada escena para la predecible muerte dio fin al noveno capítulo de la temporada con el sello de Game of Thrones: impactantes cierres.
Si esa escena hubiese estado a cargo de Alajuelense, a Ramsay lo habrían andado de aquí para allá. Lo habrían citado a una audiencia y luego declarado transferible. Le habrían buscado con no muy clara dedicación un lugar en otra serie, al estilo de la venidera Walking Dead. En ella, un par de zombis se encargarían fácilmente de darle su merecido, de no ser porque el monto del traspaso enterraría cualquier posibilidad.
A partir de ese momento vendrían los mensajes difusos: a la horca. Mejor de un flechazo. Cadena perpetua. ¿Y por qué no protagonista como el bueno de la película en la siguiente temporada?
Eso de saber cuándo y cómo cerrar una historia, sin duda se le da mejor a los guionistas de Game of Thrones que a los actuales diri- gentes rojinegros. La de McDonald debió cerrar hace varias semanas. Quizás ni siquiera debió iniciar.
El discurso de ayer, correspondía a unas semanas atrás. Si todo el tiempo consideraron la posibilidad de dejarlo, rescatarlo y exigirle un comportamiento impecable, por qué la tardanza. Se habrían evitado críticas, tensiones y un mayor desgaste de la relación con McDonald, ahora en proceso de restauración, encabezada en parte por los recién llegados Giacone y Badilla.
Alajuelense pudo haber cerrado el capítulo con maestría cuando el nuevo técnico se mostró dispuesto a hacerse responsable de la continuidad del atacante. Dicen que dijo que en seis meses lograría que McDonald fuera candidato a la Selección. Listo. Era el momento.
La Liga dejó pasar la oportunidad de echar atrás –por segunda vez– y siguió extendiendo un final cada vez más predecible. Con Alajuelense, Ramsay Bolton se habría podrido en el calabozo en la siguiente temporada, esperando la decisión de Sansa y su medio hermano Jon Snow.
Cerrado el capítulo McDonald cuando ya estábamos a punto de apagar el televisor, la deayer –aunque tardía– fue la mejor decisión.