Cheque en blanco
Las convenciones colectivas se empoderaron gracias a la complacencia, miedo e irresponsabilidad de los diferentes gobiernos. La actual administración está ahogada, al punto que los de “a pie” estamos colapsando. El costo económico de estas gollerías, como siempre, son un cheque en blanco que el pueblo tiene que pagar. El país no avanza, nos rezagamos cada vez más, los servicios son onerosos e ineficientes y, aun así, tenemos que pagar beneficios a estos trabajadores.
El ministro de Transportes se molestó porque le recordaron que en esa cartera tienen cero por ciento de ejecución en nueve obras que están financiadas; el gerente general de Japdeva tardó siete meses para presentar dos hojas como plan para bajar gastos; y Acueductos y Alcantarillados (AyA) pagó más de ¢2.300 millones a sus empleados por un error en la deducción del salario escolar. Todo lo anterior lo enfoca muy bien La Nación en su editorial del 21 de junio: la caótica proliferación de entes públicos detiene nuestro desarrollo y bienestar. Halley Castro Ramírez. Barrio México