‘Me sentaba en una silla todo el día sin hacer nada’
A Margarita Ortega, quien fungía como directora del Colegio Técnico Profesional de Sardinal de Guanacaste, la reubicaron en el 2013 en la Dirección Regional de Santa Cruz, donde cuenta que pasó varios días sentada en la sala de espera, cumpliendo horario.
La reubicación, según Ortega, se dio porque “no tuvo química” con la nueva supervisora que llegó a su circuito educativo. Esa situación, supuestamente, dio origen a las molestias suscitadas entre docentes y alumnos, quienes le impidieron el ingreso a la institución.
Transcurrido un mes de aquel incidente, la funcionaria fue reubicada por conflicto en las oficinas de la Dirección Regional de Santa Cruz.
“El director regional me dijo que allí no me podía tener. Lo que hacía era cumplir horario, firmaba un documento y me sentaba en una silla en la sala de espera todo el día, sin hacer nada. Estuve así casi un año así... eso es denigrante”, manifestó la funcionaria, quien devenga un sueldo de ¢2 millones al mes.
Luego de estar en la Dirección Regional fue trasladada a la Escuela Paso Tempisque, donde enviaba y recibía documentos.
Después, la movieron a traba- jar por las noches en el Centro Integrado de la Educación para Jóvenes y Adultos (Cindea), ubicado en Playas del Coco.
“Allí me sentaba en una sillita a darles apoyo a la coordinadora y a la secretaria ”, relató.
Durante todo el 2015, la directora estuvo laborando en el Cindea de Santa Cruz, donde contestaba el teléfono, entregaba documentos a la Regional o, afirmó ella, “no hacía nada”.
“Metí un recurso de amparo para que me quitaran la reubicación y me devolvieran a mi colegio. Lo gané, pero parcialmente. Me quitaron la propiedad de ese colegio y me nombraron en otro a partir del 2016”, contó.