Un capo del narco poderoso y escurridizo
AP Y REDACCIÓN. - Según la revista Forbes, Joaquín el Chapo Guzmán tiene una fortuna de mil millones de dólares. Se escapó en dos ocasiones de penales de alta seguridad en México. Se trata de un hombre poderoso y escurridizo.
El Chapo, apodado así por su baja estatura, convirtió el cartel de Sinaloa en la organización de narcotráfico más poderosa del continente, y se cree que tenía tentáculos en todos los continentes.
Antes de su primera detención en Guatemala, en junio de 1993, cuando fue condenado a 20 años de cárcel, Guzmán era un narco de poco peso. Empero, su primera huida de un penal de máxima seguridad en el 2001, supuestamente oculto en un carrito de lavandería, acrecentó su popularidad.
Su leyenda quedó consagrada cuando, 14 años después, se escapó de otra cárcel similar de forma todavía más espectacular: por un sofisticado túnel de 1,5 kilómetros de largo, que conectaba la ducha de su celda con una casa de seguridad y que fue construido sin que nadie lo detectara.
En ambas fugas quedó clara la complicidad de autoridades, pero nunca se llegó a atribuir responsabilidad al máximo nivel. Las fugas demostraron que el capo mantenía intocable su poder y que México no ganó la batalla contra la corrupción y la impunidad.
En la primera década del siglo y siendo prófugo, Guzmán se convirtió en el capo de las drogas más poderoso del planeta. El cartel de Sinaloa se volvió más sangriento y fuerte, al controlar gran parte de las rutas de tráfico de drogas a lo largo de la frontera con Estados Unidos, incluidas ciudades estratégicas como Tijuana y Ciudad Juárez.
La lucha por territorio contra otros carteles causó baños de sangre en Tijuana e hizo de Juárez una de las ciudades más peligrosas del mundo.
Su suerte quedó sellada el 11 de julio del 2015 cuando su fuga dejó al gobierno de Enrique Peña Nieto en el ridículo internacional. Tras su captura, en 2016, el Gobierno mexicano aceptó su extradición.