La Nacion (Costa Rica)

Pleitos de bandas se filtran en las barras

Fuerza Pública alerta de que los ‘líderes negativos’ cada vez buscan más jóvenes

- Katherine Chaves R. katherine.chaves@nacion.com

Esteban Araya Arias –al igual que muchos otros seguidores del Club Sport Cartaginés– corría por una calle aledaña al estadio brumoso, huyendo de una turba de aficionado­s del Club Sport Herediano. Él sabía que si caía en sus manos, la historia no terminaría bien.

Sin embargo, sus pies le jugaron una mala pasada y se tropezó. Cuatro seguidores del club rojiamaril­lo lo vieron en el suelo y lo arrinconar­oncontra una de las paredes externas del Fello Meza.

Allí, cuatro sujetos, según se ve en videos compartido­s en redes sociales, le empezaron a propinar patadas y manota- zos, sobre todo en la cabeza. Araya no tenía escape; eraunocont­ra cuatro. Solo intentaba, con dificultad, proteger su rostro.

En medio de la agresión, apareció un quinto aficionado herediano, quien, piedra en mano, se acercó, incluso le pidió espacio a los otros y se la lanzó a Araya, directo a su cabeza.

El seguidor brumoso quedó tendido sobre la calle. Nadie lo ayudó. Tanto la barra blanquia- zul como la del Herediano seguían en pleito y, la lluvia de piedras continuaba.

Minutos después, Araya logró ponerse en pie, pero volvió a caer, una y otra vez, al suelo. Más tarde fue llevado al Hospital Max Peralta, de la ciudad cartagines­a, ya que tenía una fractura externa en el cráneo.

Esa situación, ocurrida el domingo 27 de agosto, atizó la preocupaci­ón de las autoridade­s so- bre la presencia de barrasen los estadios, sea la Garra del Herediano o la Ultra del Saprissa, pues sospechan que grupos criminales se han filtrado entre los de aficionado­s, lo cual pone en riesgo a la gente que va a disfrutar los juegos a esos recintos.

Así lo aseguró Juan JoséAndrad­e, director de la Fuerza Pública, en entrevista con

Según dijo, muchos de los integrante­s de estas barras resi- den en zonas de alto riesgo social, y están relacionad­os directamen­te con la delincuenc­ia que operan en esos sitios.

“Estos miembros suelen vivir en zonas como Pavas, Alajuelita, Desamparad­os, Hatillo, Las Gradas. Son personas que nos encontramo­s cuando hacemos alguna labor policial porque están cometiendo algún delito”, puntualizó.

Lo preocupant­e, según Andrade, es que se mezcla la rivalidad por color deportivo con las rencillas entre bandas.

“La criminalid­ad trasciende y llega a estas barras. Entonces, en los estadios se encuentran personas que son rivales en la dinámica criminal. Es decir, sabemos que los grupos que operan en Pavas tienen líos con los de Alajuelita; los de Desamparad­os con Sagrada Familia.

”Nosotros hemos venido constatand­o que fuera del evento deportivo, esta gente pertenece a grupos delictivos. Entonces, cuando combinamos esas diferencia­s con una camiseta de fútbol, los líos pasan de las calles a los estadios”, aseveró.

Eso en parte deriva en la de-

tención de más de 300 personas por campeonato nacional, según el Ministerio de Seguridad Pública.

Se intentó conversar con algún representa­nte del Organismo de Investigac­ión Judicial (OIJ), pero, al cierre de esta edición, no se obtuvo respuesta.

Andrade destacó que otra situación que los alarmaes que dichas barras toman cada vez más fuerza y que los cabecillas de estos grupos suelen estar en constante reclutamie­nto de personas jóvenes.

“Estos líderes negativos enganchan a losmuchach­os y, lamentable­mente, los ponen al servicio de ellos en esa dinámica de criminalid­ad”, apuntó.

Entonces, los nuevos miembros se relacionan con integrante­s que ya son conocidos por la Policía, por venta de drogas, alteración al orden público o por desobedien­cia a la autoridad. “Al ligarse con estas personas, se va creando un mal hábito y cada vez están más cerca de cometer un delito”, expresó.

Por ello, Andrade recalcó que la presencia de barras en los estadios debería estar prohibida o, al menos, muy bien vigilada.

Por el peligro que representa­n, la Policía sigue muy de cerca los pasos de estas barras de fútbol. Eso ha permitido que conozcan un poco más su dinámica interna.

Andrade comentó que las barras están conformada­s por subgrupos, cuyos líderes tienen la tarea de convocar a los suyos para asistir al partido. La citación se hace un par de días antes a la actividad.

“Se convocan por diferentes medios, ya sea por Facebook o grupos de WhatsApp. Antes de eso, tienen un par de reuniones, pero el fuerte es el día de los par- tidos”, detalló Andrade.

En esos eventos deportivos, las barras suelen ir por ‘trofeos de guerra’, esto consiste en robarle a los miembros de la barra rival, implemento­s como camisetas, gorras o banderas, y así se demuestra más fuerza.

“Dentro de las barras haycódigos que representa­n poder. Despojar a la otra organizaci­ón de esos símbolos son trofeos de guerra. Si les quitan la camisa o la bandera, es un triunfo.

”Ese tipo de absurdos son los que provocan esas conductas violentas. Va más allá de toda razón humana”, concluyó el jefe policial.

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CAPTURA DE VIDEO
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GRACIELA SOLÍS /ARCHIVO Enfrentami­ento entre barras de la Liga y Saprissa previo al clásico en setiembre del 2013.
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