El fotógrafo que nunca existió
BRASILIA. AFP - Las fotos y videos de Eduardo Martins, brasileño de 32 años, amante del surf, que trabajaba en zonas de conflicto para la Organización de Naciones Unidas (ONU), le reportaron miles de seguidores y le permitieron contar una increíble historia atractiva, pero falsa.
Martins, un romántico comprometido con causas humanitarias, nunca existió. Era un fake, una celebridad virtual fraguada en Instagram, donde tenía 120.000 seguidores, y quien vendía el trabajo de reporteros reales a grandes medios.
La cadena británica BBC, cuya filial brasileña publicó material de Martins, buscó desentrañar la estafa después de retirar de su servicio fotos y videos atribuidos a él.
“Las desconfianzas aumentaron cuando, en el verdadero Irak, donde transcurrían las escenas de guerra que afirmaba retratar, no era conocido por los periodistas brasileños que trabajaban allí. Nadie, ni las autoridades ni las organizaciones no gubernamentales en Siria o Irak lo habían visto”, dijo BBC.
La investigación de la BBC reveló que llegó a tener su “material” publicado en agencias fotográficas como Zuma Press y Getty Images, explicando que las fotos no podían ser rastreadas con los motores de búsqueda de imágenes “porque Mar- tins realizó ediciones de ellas”.
Ahora crece el misterio sobre quién estuvo detrás de una creación que comercializó imágenes ajenas en medios prestigiosos y durante años contactó a fotógrafos para asociarse y potenciar mutuamente sus trabajos.
Fernando Costa Netto, un periodista de carne y hueso que llegó a entrevistar a Martins a distancia para el sitio Waves, especializado en surf, escribió en su última columna que el apuesto paulista de cabello claro y ojos azules, de 32 años, había “muerto” tras descubrirse el fraude.
“Por encima de todo, queda el aprendizaje periodístico. Es preciso ser más riguroso con el chequeo de la fuente. Hay muchos otros Edus trabajando por ahí, he recibido varios mensajes de personas que cayeron en el mismo cuento”, dijo Costa.
El personaje era tan fascinante que llegó a enamorar incluso a mujeres reales. Tomaba fotos en zonas devastadas y tenía tiempo para enseñar a surfear a niños en Gaza Beach, según relata Costa Netto. Pero era esquivo al contacto personal y siempre parecía estar en áreas difíciles para comunicarse.
“Estoy ahora cubriendo la guerra contra el Estado Islámico. Te sumo a WhatsApp y luego hablamos”, decía el falso Martins, en un mensaje enviado a un fotógrafo que pidió no ser identificado. Al verse descubierto, Martins eliminó su Instagram.