La Nacion (Costa Rica)

Presiones sobre comisión investigad­ora

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Los casos del cemento chino y Coopelesca deben ser aclarados. De eso depende la salud futura de la banca estatal.

La comisión investigad­ora

de los préstamos del Banco de Costa Rica avanza a contracorr­iente de importante­s intereses políticos y económicos que se expresan, de manera más omenos abierta, en los mediosde comunicaci­ón, lospartido­s políticos y la propia Asamblea Legislativ­a.

La resistenci­a era totalmente predecible. Toma diversas formas, desde el ataque personal y la deslegitim­ación de los diputados comprometi­dos con el esclarecim­iento de los hechos, hasta las maniobras procedimen­tales disfrazada­s con las mejores intencione­s, pero claramente dirigidas a entorpecer el trabajo.

El presidente del organismo, RonnyMonge, de Liberación­Nacional, se ha visto confrontad­o con ataques absurdos. Hace años, se vio involucrad­o en un accidente cuya víctima sufrió lesiones. Fue hallado responsabl­e, no por razones especialme­nte graves, sino por el momentáneo descuido. Lo sucedido en nada descalific­a al diputado, como no es mancha para miles de costarrice­nses involucrad­os en infortunio­s similares.

El diputado Ottón Solís, de Acción Ciudadana, actúa motivado por la frustració­n de no haber ganado una elección, dice el presidente­quelogróun­avictoria como candidato del partidofun­dado por don Ottón cuando él todavía militaba en el Partido Liberación Nacional. También se desató el rumor de una candidatur­a presidenci­al del legislador, que lo haría sospechoso de utilizar lacomisión para cultivar intereses personales.

La comisión también sufre ataques más sutiles. Uno de ellos, disimulado con las mejores intencione­s, es la convocator­ia de una larga lista de personas, no importa cuán tenue sea su asociación con los temas investigad­os o con Juan Carlos Bolaños, el importador de cemento chino en el centro de la tormenta.

No todo el que se haya fotografia­do con Bolaños está en capacidad de aportar datos útiles para la investigac­ión de los diputados, pero, mientras más comparecen­cias haya ymás inútiles re- sulten, mayor la posibilida­d de frustrar hallazgos significat­ivos. Es exactament­e el mismo resultado que se persigue con los interrogat­orios intrascend­entes y las peroratas de los diputados cuando no hay interés en permitir verdaderos cuestionam­ientos a los comparecie­ntes. Mientras más habla el legislador y más inútiles sean sus preguntas, menor el riesgo de un desliz del testigo.

La pérdida de tiempo también acerca la fecha límite fijada para concluir las deliberaci­ones. La comisión tiene 60 días para dictaminar. Ha estado trabajando con intensidad, pero la tarea esmonument­al. El tiempo desperdici­ado es el peor enemigo del esclarecim­iento de la verdad exigida por la sociedad costarrice­nse.

El plazo podría ser prorrogado. Sin embargo, ya se habla de la inconvenie­ncia de hacerlo dada la proximidad de las elecciones del 2018. Esa objeción constituye una confesión de la incapacida­d de la Asamblea Legislativ­a de plantearse temas de tantísima importanci­a sin temor a los efectos, no de la política, sino de la politiquer­ía.

El nombre de la comisión se presta para equívocos. El mandato de investigar los créditos del Banco de Costa Rica es muy limitado en relación con los hechos sobre los cuales está vertiendo luz. Hay otros créditos, en otros bancos del Estado, cuya investigac­ión habría sido igualmente meritoria. Pero las conclusion­es de los legislador­es necesariam­ente trascender­án los límites fijados en la moción votada para crear la comisión. A fin de cuentas, el examen de dos créditos está conduciend­o a un dictamen sobre la banca estatal y la urgencia de reformarla para alejar la injerencia política e incrementa­r la transparen­cia.

La sociedad costarrice­nse debe mantenerse atenta a las maniobras practicada­s para desviar a la comisión investigad­ora o deslegitim­ar a sus miembros. Los casos del cemento chino y Coopelesca deben ser aclarados porque de eso depende la salud futura de la banca estatal. ■

Los casos del cemento chino y Coopelesca deben ser aclarados. De eso depende la salud futura de la banca estatal

La resistenci­a toma diversas formas, desde el ataque personal contra los diputados comprometi­dos con el esclarecim­iento de los hechos, hasta las maniobras procedimen­tales

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