Vientos se ensañaron contra casas prefabricadas
Trozos de aluminio torcido yacen en el jardín de Donald Larcom. Pero este jubilado no sabe a cuál de los techos de sus vecinos pertenecían, porque el barrio de casas prefabricadas donde vive en Florida quedó devastado por el huracán Irma.
Los vientos de más de 200 km/h de Irma arrancaron por completo los paneles de algunas de estas viviendas baratas, construidas sin cimientos y alineadas sobre el césped; mientras el agua inundó las calles, donde ahora flotan materiales ligeros como madera aglomerada o poliestireno, y pocos árboles siguen en pie.
Las casas “viejas” no resistieron porque fueron ensambladas antes de que se tomara en cuenta el riesgo de huracanes, explica Larcom, quien lloró de alegría cuando supo que su casa había sobrevivido a los embates de Irma.
Conel paso del meteoro a la vista, los Larcom tomaron sus objetos de valor y se fueron a una zona de seguridad.
Simplemente colocadas sobre ladrillos o bloques, las casas prefabricadas están listas para ser desmontadas en poco tiempo o mudadas sobre la base de un camión.
Son parte del imaginario típico de la vida estadounidense y, junto a las casas móviles, evocan la idea de una comodidad accesible para las clases populares o lugares donde viven jubilados en el verano.
En el barrio Enchanted Shores, donde residen Donald y su esposa, Marie, solo se ven personas mayores de 50 años. Está ubicado en la ciudad costera deNaples, lejos del centro histórico donde se hallan las residencias lujosas.
Dos tercios de las casas son ocupadas a partir de noviembre, cuando los jubilados llegan para huir del invierno en los estados del norte del país. Pero algunos tendrán que renunciar a esta trashumancia porque sus viviendas fueron derribadas por Irma.
En esta zona, una casa prefabricada nueva cuesta entre $110.000 y $225.000 porque los terrenos son caros en el suroeste de Florida.