ONU pide a Birmania frenar violencia contra los rohinyás
Líder de gobierno, Aung San Suu Kyi, cancela discurso en Asamblea General 379.000 personas llegaron a Bangladés huyendo de la ‘limpieza étnica’
NACIONES UNIDAS. AFP.- El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas reclamó ayer a Birmania adoptar “pasos inmediatos” para cesar la “violencia excesiva” en el oeste del país contra la minoría rohinyá, que huye en masa hacia Bangladés.
En una reunión a puerta cerrada sobre esta situación, el Consejo de Seguridad subrayó la necesidad de que los rohinyás tengan acceso a la asistencia humanitaria.
Los 15 miembros del Consejo instaron al Gobierno de Rangún a sostener “sus compromisos de facilitar la ayuda humanitaria en el estado Rakáin”, según una declaración leída por el presidente de turno del órgano, el embajador etíope, Tekeda Alemu.
En Rangún, la líder de hecho, Aung San Suu Kyi, anuló el miércoles su participación en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), de fines de setiembre, después de que esta afirmóque la minoría es víctima de limpieza étnica.
Semanas de represión. Según cifras de Naciones Unidas difundidas ayer, más de 379.000 rohinyás se han refugiado en Bangladés desde finales de agosto para huir de la represión del Ejército birmano, luego de registrarse ataques atribuidos a los rebeldes rohinyás. El 60% de esos refugiados son niños.
Antes de la declaración, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, exhortó a Birmania a detener las operaciones militares contra rohinyás , considerando que las autoridades realizan una ‘limpieza étnica’.
“Cuando un tercio de la población rohinyá debe huir del país, ¿podría usted encontrar una mejor palabra para describir” la situación?, respondió el funcionario a un periodista.
Aung San Suu Kyi, exdisidente y Premio Nobel de la Paz, está siendo duramente criticada por la comunidad internacional por su posición ambigua sobre la situación de esta población en Birmania.
Ante la Asamblea General de la ONU, la otrora ícono de la democracia prometió, el año pasado, que defendería los derechos de la minoría musulmana.
Aseguró entonces que se opondría con firmeza a los prejuicios y la intolerancia”, promoviendo los derechos humanos. Pidió , sin embargo, “a la comunidad internacional que se mostrara comprensiva y constructiva” en este tema.
Presionada para expresarse a nivel internacional, pero intentando mantener un frágil equilibrio en sus relaciones con el poderoso Ejército birmano, Suu Kyi pronunciará, el 19 de setiembre, un discurso televisado sobre la situación en Rakáin, anunció su portavoz Zaw Htay.
En un único comentario sobre la situación, Suu Kyi anun- ció un “iceberg de desinformación” sobre los rohinyás y defendió la acción militar.
Llamado internacional. En una carta abierta, una decena de premios Nobel hicieron un llamado, el miércoles, a Naciones Unidas para que tome “acciones audaces y decisivas” para resolver esta crisis.
“Les pedimos actuar de forma inmediata para poner fin a los ataques militares ciegos contra civiles inocentes”, consignó el texto, firmado entre otros por el bangladesí Muhamad Yunus, la pakistaní Malala Yousafzai y el sudafricano Desmond Tutu.
Los refugiados llegan a Bangladés agotados, desampara- dos, después de días de marcha bajo la lluvia y poniendo en peligro su vida.
En un hospital del distrito bangladesí de Cox’s Bazar, una delas salas estaba repleta de rohinyás heridos, la mayoría de ellos por bala, pero algunos por minas antipersona.
Los gemidos de dolor de un adolescente de 15 años que había perdido las dos piernas rompían el silencio estremecedor del lugar. Los médicos no le daban mucho más tiempo de vida.
Apocos kilómetros de allí, el río Naf, frontera natural entre los dos países, trae cuerpos de refugiados muertos en su huida, muchos de ellos niños.
Más de 1.100 niños rohinyás han llegado solos a Bangladés desde el 25 de agosto, según cifras de Unicef.