Una noche de faroles pasada por agua
A Conservar la tradición fue propósito principal de quienes salieron a conmemorar la Independencia
Bajo la lluvia, Magaly Vargas, vecina de San Sebastián, llegó al parque Central de San José con su hija Karla Ramírez y su nieta Noelia Meoño, de dos años y medio, para sumarse a la noche de faroles de este jueves.
También fue partícipe de la llegada de la Antorcha de la Independencia, que salió el 2 de setiembre de la plaza de los Libertadores, en Guatemala.
“Sigo la tradición de papá, quien toda la vida nos enseñó a venir aquí a cantar el Himno Nacional a las 6 p. m. Con mi nieta, vengo a repetir lo que he hecho 25 años con mi hija. Entre todos en la casa le hicimos el farol a la chiquita”, contó Vargas.
Cerca de ella estabanNorma Bolaños y Ulises Quirós, quienes viajaron desde Rohrmoser con su hijo Samuel, de un año y cinco meses.
“Soy educadora de Preescolar y trato de inculcarles a mis hijos los valores de la patria. A él, que es el más pequeño, le pongo el Himno Nacional en la casa, para que se lo vaya aprendiendo”, afirmó Bolaños.
Segúncontó el padre, el farol lo hicieron con materiales reciclados y con luces led. “Tenemos cuatro hijos, pero ya los otros están grandes. Ahora lo traemos a él... Como está tan pequeño, le hicimos un farol que fuera también pequeño y fácil de cargar”, contó Quirós.
Todos ellos estaban bajo la lluvia que, durante la tarde y noche de este jueves, disipó el brillo de los infaltables faroles de cada 14 de setiembre en las calles costarricenses.
Pocos se acercaron alparque Central, donde el alcalde Johnny Araya recibió la Antorcha que entró este miércoles por Peñas Blancas, en la frontera norte, y cuyo destino final era Cartago, para un recorrido de 386 kilómetros en suelo tico.
Pese a la escasa afluencia de niños con faroles al lado de sus familias, quienes asistieron hicieron gala de su civismo y se mostraron orgullosos de los 196 años de vida independiente.