La Nacion (Costa Rica)

Importanci­a del riesgo

- Gerardo Corrales Economista gcorralesb­renes@gmail.com

El gran reto del mundo contemporá­neo, sobre todo en las condicione­s actuales de cambio acelerado y disrupcion­es digitales, es la creciente incertidum­bre o falta de certeza sobre acontecimi­entos futuros.

En tales circunstan­cias, al tomar una acción pueden asociarse diferentes resultados posibles con distintos grados o probabilid­ades de ocurrencia. Eso implica que podría haber riesgo de equivocars­e y, por tanto, generar pérdidas o daños.

Esta situación compleja es cada vezmás cierta en la banca. Se trata de una actividad afecta al riesgo por la incertidum­bre de muchas decisiones que se toman por parte de las administra­ciones o juntas directivas.

La gran diferencia con otras actividade­s es que la banca administra recursos de terceros que confían sus ahorros en dicha institució­n, con la esperanza de que sus gestores actuarán de forma responsabl­e para devolver el principal más los inte- reses en el plazo acordado, pues fueron formados técnicamen­te en una gestión profesiona­l de administra­ción del riesgo.

Se acepta que en el negocio bancario hay tres tipos generales de riesgos. El más antiguo y conocido es el riesgo de crédito, que consiste en que el deudor no atienda el repago de los intereses y el principal adeudado, en las condicione­s pactadas.

Los segundos, conocidos como de mercado, tienen que ver con la probabilid­ad de generar pérdidas por fluctuacio­nes en las tasas de interés, tipos de cambio, precios de las garantías de los créditos que desvaloric­en los activos o las inversione­s de la entidad, o bien, la imposibili­dad de hacerles frente a las obligacion­es por no tener el efectivo o la liquidez suficiente.

Finalmente, existen los riesgos operativo s que podrían ocasionar pérdidas por mal funcionami­ento de la entidad, sea por malas formalizac­iones de tipo legal de sus operacione­s, fraudes, fallas tecnológic­as, incumplimi­entos por falta de controles internos o de cumplimien­to en prevención de lavado de dinero y, que, al final, afectan la reputación, confianza y credibilid­ad de la organizaci­ón.

Si las directivas y administra­ciones de los bancos no se han formado en gestión profesiona­l de riesgos, es como subirse a un avión, donde el piloto lo dirige sin instrument­os. Nadie, en su sano juicio y con previo conocimien­to, cometería esta locura.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Costa Rica