¿La casa del fútbol sin ventanas?
L a transparencia, tolerancia y desconcentración de poder le hacen bien a cualquier organización, pero más a una como la Fedefútbol, sacudida por los temblores del
Fifagate, y que demostró que tenerle miedo y dejar hacer a una sola persona puede traer consecuencias peligrosas.
Abrir las puertas y ventear las ideas es un buen síntoma, pero a mí me quedan dudas, porque hay señales de intolerancia, de concentración de poder en un par de cabezas y de un manejo de algunos temas que no conduce hacia ese ventanal abierto.
A tiempo están los federativos y funcionarios de alto rango de mirar hacia adentro. Preguntarse por qué los futbolistas casi no acuden a su Cámara de Resolución de Disputas, a qué se debe que hayan renunciado a comisiones importantes figuras como PercyChamberlain (Licencias) o Rodrigo Badilla (Arbitraje). ¿Será que han desconfiado los jugadores de su tribunal administrativo? ¿Será que los renunciantes se sentían pintados en la pared? Los oí decir que sí.
El país se quedó esperando una explicación del por qué el anterior secretario general fue enviado para la casa, unos días después de que el presidente Villalobos hablara de “una mano derecha” que tuvo su predecesor, Eduardo Li. ¿Hubo un pacto de silencio, sellado con una indemnización para el funcionario? Si alguien pecó, por acción u omisión y facilitó o no las actuaciones de Li, es necesario que la gente del fútbol lo sepa. El silencio no ayuda.
He esperado mucho tiempo que la Fedefútbol dé a conocer su propia investigación acerca de las actuaciones de Eduardo Li, si hubo o no otros contratos afectados, si las finanzas de la Federación sufrieron algún menoscabo adicional, si era o no necesario revisar convenios vigentes por posibles lunares en su génesis. ¡De piedra estoy!
El reciente Congreso de Derecho Deportivo que organizó el Colegio de Abogados no tuvo el beneplácito de la Fedefútbol. Al contrario, a abogados invitados, y que integran diversos órganos de laFederación, les dijeron o que no podían participar (la primera versión que se me dio como uno de los organizadores), o que, sí podían hacerlo, pero no a nombre de la Federación (versión del día siguiente, tras un “burumbum” en elProyecto Gol.) En cualquier caso, merece atención. Aun cuando la directriz fuese que podían asistir a título personal, lo cierto es que no se animaron. ¿Por qué? Lo único que uno podría pensar es que, si no hubo una prohibición expresa, los abogados entendieron la “recomendación” como aquello. Un “ya sabes si vas”.
Todos los días en el Colegio de Abogados hay jueces, árbitros y Magistrados participando en Congresos. Cualquiera de ellos sabe cuándo debe omitir opinión para no adelantar criterio. Porque, de lo contrario, no habría Academia. ¡Y ni qué decir de todo lo que hicieron para que mi protesta permaneciera lo menos visible!