La Nacion (Costa Rica)

“Los ¢10.000 que me pagan semanalmen­te no me alcanzan para casi nada, pero al menos puedo ayudarle a mamá”. JORGE ÁLVAREZ, 13 AÑOS 6.° GRADO; LABORA EN LECHERÍA

- Carlos Hernández Correspons­al de GN

LOS CHILES, ALAJUELA. - Como a la 1 p. m. de lunes a viernes, Jorge llega de la escuela. Usualmente lo espera un plato de arroz y frijoles, que debe darle la energía suficiente para dirigirse a la lechería.

Ahí trabaja unas horas cada día, incluso sábados y domingos. Aun así, Jorge Álvarez Altamirano cumple con las tareas y el estudio; ha podido llegar hasta sexto grado en la Escuela San Rafael de Los Chiles, en el cantón alajuelens­e.

Lo hace a la luz de una candela, porque en su casa no hay electricid­ad ni tampoco agua potable. Los ingresos no alcanzan para pagar servicios. “Padecemos una situación muy difícil, muy dura”, dice el muchacho de 13 años.

Lacasa que ocupan es prestada, tiene piso de tierra y está en muy mal estado. Todas esas condicione­s son las que obligan a este joven a trabajar y así ayudar con al menos la compra de alimentos para él, su mamá y su hermano.

“Los 10.000 colones que me pagan semanalmen­te no me alcanzan para casi nada, pero al menos puedo ayudarle a mamá a comprar algunas cositas que sirven para aplacar el hambre”, dice Jorge.

Reconoce que a veces se siente agotado, pues, cuando no está cuidando vacas, está chapeando, limpiando culti- vos de culantro o arrancando yuca. Lo hace, dice, por el bienestar de su familia.

“Pienso en mi madre, en mi futuro y la gente me dice que solo estudiando y trabajando tendré éxito”, expresó.

Normal. A pesar de sus arduas jornadas, se considera ‘un niño normal’al que le gusta el fútbol, andar en bicicleta y oír música. En medio de la pobreza, quiere disfrutar como cualquier otra persona de su edad.

Su mamá, Petronila Altamirano, quien autorizó que se publicara su historia, refleja en el rostro la dureza con que la ha tratado la vida, pero, cuando habla de Jorge, lo hace con orgullo. “Es un chiquillo que no se afloja ante los problemas y es muy responsabl­e”, dijo. Cuenta que su niño quiere ser ingeniero civil.

“Estoy convencida de que lo logrará”, añadió la mujer.

También Arley Herrera Ugalde, director de la Escuela de San Rafael, cree en Jorge. Según dice, es un alumno de buena conducta y con un gran sentido de responsabi­lidad.

“Es un muy buen ejemplo”, afirma Herrera, quien asumió el cargo el pasado setiembre.

La escuela tiene apenas 16 alumnos, pero muchos dejarán el aula para irse con sus papás a coger café al Valle Central.

Deacuerdo con el director, el pueblo es muy pobre y eso explica que las familias emigren a otras regiones del país.

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 ?? CARLOS HERNÁNDEZ ?? Jorge Álvarez Altamirano labora de lunes a domingo. Por su trabajo, recibe ¢10.000 semanales para ayudar a su madre.
CARLOS HERNÁNDEZ Jorge Álvarez Altamirano labora de lunes a domingo. Por su trabajo, recibe ¢10.000 semanales para ayudar a su madre.

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