Desesperados por familiares en submarino
Un ruido hace presumir explosión en nave argentina desaparecida hace nueve días
La Armada argentina investigaba ayer un ruido anómalo en el océano Atlántico, detectado unas horas después del último contacto con el submarino ARA San Juan, pero evitó hablar de una explosión.
“Fue informada como anomalía hidroacústica. Fue un ruido a eso de las 11 (8 a. m. en Costa Rica) de la mañana del miércoles (15 de noviembre), casi tres horas después de la última comunicación, 30 millas (55,5 km) al norte de donde estaban en ese contacto y en la misma línea de navegación a Mar del Plata”, precisó el vocero de la Armada, Enrique Balbi.
“No vamos a hacer conjeturas”, dijo sobre si el origen del ruido podría ser una explosión. “Es un ruido quehay que corroborar e investigar, sin descuidar ningún área de patrulla”.
“Debe haber sido un ruido muy fuerte...; puede tratarse de una explosión”, manifestó un excomandante de submarino que pidió el anonimato.
El “indicio” del ruido fue conocido este miércoles en Argentina por comunicación de Estados Unidos “después de analizar exhaustivamente la información recibida de parte de diferentes agencias dedicadas a reportar eventos hidroacústicos”, explicó Balbi.
El submarino argentino ARA San Juan desapareció el miércoles anterior en el Atlántico sur, siete días después de reportar una avería, sin indicios sobre si está sumergido en fase crítica de oxígeno para la supervivencia de sus 44 tripulantes o flota a la deriva en altamar.
Situación crítica. “No hay rastros. No hay ningún tipo de contacto detectado ni indicios. Estamos en una fase crítica de oxígeno, en el sétimo día, si el escenario fuese de que está en inmersión”, había dicho Balbi.
Aeronaves y buques de 13 países lo buscan en un área de casi 500.000 km². No hay comunicaciones con el sumergible ni tampoco hubo señales de pedidos de socorro.
El experto francés Dominique Salles, excomandante de submarino y presidente de una asociación francesa de exsubmarinistas, la AGASM, consideró que hay una “esperanza razonada” de rescate de la nave.
“En un submarino, los incidentes más graves que uno puede temer son una filtración de agua y un incendio. En los submarinos modernos, las medidas de seguridad intrínsecas y el entrenamiento de la tripulación permiten normalmente combatirlos”, señaló.
El sumergible debió llegar a mástardar el lunes a su base en la ciudad de Mar del Plata, 400 km al sur de la capital.
Angustia y descontento. “Estamos entrando en desesperación”, afirmó Luis Taglipietra, padre de un tripulante, a un canal de televisión.
En medio de la angustiosa espera, los familiares tienen momentos de esperanza y otros de desaliento, los cuales son cada vez más acentuados.
Este miércoles surgieron las primeras críticas de familiares al operativo de búsqueda.
“Hay cortinas de humo. Tengo mucho dolor; tendrían que haber decidido antes mover todos los medios para lograr salvarlos. No quiero enterrar a mi hermano”, declaró, en medio de sollozos, Elena Alfaro, cuyo familiar es el submarinista Cristian Ibáñez.