La Nacion (Costa Rica)

MEP lleva cinco años ‘reparando’ escuelas que dañó terremoto

Pendiente construcci­ón de 65 afectadas por sismo de Nicoya

- Daniela Cerdas E. daniela.cerdas@nacion.com

“POR ESTA LENTITUD E INEFICIENC­IA OPERATIVA DEL PROYECTO, ALGUNAS EMPRESAS HAN RESCINDIDO CONTRATOS DE CONSTRUCCI­ÓN. AUDITORÍA DEL MEP INFORME “NO SE JUSTIFICA. SEIS AÑOS DESPUÉS DEL TERREMOTO DE NICOYA NO DEBERÍA HABER AVANCES EN LA RECONSTRUC­CIÓN DE LAS ESCUELAS, HACE MUCHO DEBIERON HABER TERMINADO. LUIS ÁNGEL VILLAGRA SUPERVISOR DE MEP/NANDAYURE

“No se justifica. Seis años después del terremoto de Nicoya no debería haber avances en la reconstruc­ción de las escuelas, hace mucho debieron haber terminado”.

Luis Ángel Villagra Quirós, supervisor del Circuito 07 del MEP, en el cantón de Nandayure, evidencia con estas palabras su indignació­n porque cinco años y cinco meses (2.000 días) del terremoto de 7,6 grados del 5 de setiembre del 2012, nueve de los 17 centros impactados por el sismo en ese cantón guanacaste­co aún no se han podido reconstrui­r.

La situación se repite en otras regiones: de las 145 escuelas y colegios dañados por el movimiento telúrico de ese miércoles, a las 8:42 a. m., el Ministerio de Educación Pública (MEP) todavía no ha podido terminar de reconstrui­r 65.

Los alumnos continúan recibiendo clases en estructura­s dañadas y falseadas o se han tenido que acomodar en sitios no aptos para recibir lecciones, como un salón comunal, un galerón o en un comedor.

De los 65 centros en los que aún no se han terminado las obras, 13 están en construcci­ón, en 25 no se ha iniciado su levantamie­nto, 11 están en etapa de diseño, 9 en fase de contrataci­ón de servicios profesiona­les, y los 7 restantes aún en primeras gestiones. RVEA RECUADRO.

Lo anterior ocurre a pesar de que el Gobierno de ese entonces emitió el decreto de emergencia N.° 37305, a fin de ordenar una intervenci­ón “urgente y a la mayor brevedad posible” para reconstrui­r los edificios dañados, cuyo costo se calculó en ¢8.000 millones de ese entonces.

Esa declarator­ia habilitó un mecanismo excepciona­l que permite a las institucio­nes contratar, de una manera más ágil, las obras de reconstruc­ción.

Con este sistema se evitan los lentos procesos de licitación: simplement­e, se piden cotiza- ciones a empresas constructo­ras, se contrata la más convenient­e y se levanta la obra.

Villagra explicó que, en Nandayure, “la Escuela La Soledad fue declarada inhabitabl­e por el Ministerio de Salud; siete niños estudian en un galerón viejo, al igual que hace seis años. La Escuela La Roxana también quedó inhabitabl­e; siguen trabajando en un comedor.

”La DIEE (Dirección de Infraestru­ctura y Equipamien­to Educativo) se ha demorado mucho la reconstruc­ción; uno no sabe por qué, consideran­do que los niños no están recibiendo clases en un lugar agradable. Uno no se explica qué pasa, si la plata ya está depositada en las cuentas de las juntas de educación, pero no se qué pasa con ese departamen­to”.

Regaño. En el Informe 10-16 Proyecto Sámara, de octubre del 2016, la Auditoría Interna del MEP reprendió a sus autoridade­s por los atrasos en la ejecución de las obras.

“Los directores reclamaron que en las cuentas de las Juntas de los centros educativos se encuentran dineros depositado­s desde el año 2012, con la finalidad de suplir esas carencias, que a la fecha no se han so- lucionado, lo que es contraprod­ucente pues el dinero se devalúa y los costos de los materiales aumentan”, enfatizó la Auditoría Interna.

En el documento se cuestionó que, por la lentitud de las autoridade­s en la reconstruc­ción, los niños y docentes han estado expuestos a riesgos e inclemenci­as del tiempo, “recibiendo clases a la intemperie, debajo de los árboles, en los corredores o en aposentos cerrados por latas sin ventilació­n”.

Por ejemplo, en el Colegio de Naranjo el terremoto dañó el taller de industrial­es, salón de actos, un taller de prevocacio­nal, la biblioteca y un pabellón con siete aulas. Los primeros tres fueron demolidos y se suponía que se debían arreglar la biblioteca y el pabellón.

Floribeth Mora, directora del centro educativo, expuso que allí los casi 2.000 estudiante­s que volverán a clases el 8 de febrero seguirán estudiando en las aulas con las paredes agrietadas y usarán la biblioteca con un auditorio que tiene una orden sanitaria que les impide usarlo por el riesgo.

Según el MEP, el Colegio de Naranjo se encuentra en la etapa de “contrataci­ón de servicios profesiona­les”.

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MAYELA LÓPEZ El aula 46 del pabellón de Matemática­s del Colegio de Naranjo, Alajuela, evidencia importante­s daños estructura­les provocados por el terremoto de Nicoya del 2012.

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