MEP lleva cinco años ‘reparando’ escuelas que dañó terremoto
Pendiente construcción de 65 afectadas por sismo de Nicoya
“POR ESTA LENTITUD E INEFICIENCIA OPERATIVA DEL PROYECTO, ALGUNAS EMPRESAS HAN RESCINDIDO CONTRATOS DE CONSTRUCCIÓN. AUDITORÍA DEL MEP INFORME “NO SE JUSTIFICA. SEIS AÑOS DESPUÉS DEL TERREMOTO DE NICOYA NO DEBERÍA HABER AVANCES EN LA RECONSTRUCCIÓN DE LAS ESCUELAS, HACE MUCHO DEBIERON HABER TERMINADO. LUIS ÁNGEL VILLAGRA SUPERVISOR DE MEP/NANDAYURE
“No se justifica. Seis años después del terremoto de Nicoya no debería haber avances en la reconstrucción de las escuelas, hace mucho debieron haber terminado”.
Luis Ángel Villagra Quirós, supervisor del Circuito 07 del MEP, en el cantón de Nandayure, evidencia con estas palabras su indignación porque cinco años y cinco meses (2.000 días) del terremoto de 7,6 grados del 5 de setiembre del 2012, nueve de los 17 centros impactados por el sismo en ese cantón guanacasteco aún no se han podido reconstruir.
La situación se repite en otras regiones: de las 145 escuelas y colegios dañados por el movimiento telúrico de ese miércoles, a las 8:42 a. m., el Ministerio de Educación Pública (MEP) todavía no ha podido terminar de reconstruir 65.
Los alumnos continúan recibiendo clases en estructuras dañadas y falseadas o se han tenido que acomodar en sitios no aptos para recibir lecciones, como un salón comunal, un galerón o en un comedor.
De los 65 centros en los que aún no se han terminado las obras, 13 están en construcción, en 25 no se ha iniciado su levantamiento, 11 están en etapa de diseño, 9 en fase de contratación de servicios profesionales, y los 7 restantes aún en primeras gestiones. RVEA RECUADRO.
Lo anterior ocurre a pesar de que el Gobierno de ese entonces emitió el decreto de emergencia N.° 37305, a fin de ordenar una intervención “urgente y a la mayor brevedad posible” para reconstruir los edificios dañados, cuyo costo se calculó en ¢8.000 millones de ese entonces.
Esa declaratoria habilitó un mecanismo excepcional que permite a las instituciones contratar, de una manera más ágil, las obras de reconstrucción.
Con este sistema se evitan los lentos procesos de licitación: simplemente, se piden cotiza- ciones a empresas constructoras, se contrata la más conveniente y se levanta la obra.
Villagra explicó que, en Nandayure, “la Escuela La Soledad fue declarada inhabitable por el Ministerio de Salud; siete niños estudian en un galerón viejo, al igual que hace seis años. La Escuela La Roxana también quedó inhabitable; siguen trabajando en un comedor.
”La DIEE (Dirección de Infraestructura y Equipamiento Educativo) se ha demorado mucho la reconstrucción; uno no sabe por qué, considerando que los niños no están recibiendo clases en un lugar agradable. Uno no se explica qué pasa, si la plata ya está depositada en las cuentas de las juntas de educación, pero no se qué pasa con ese departamento”.
Regaño. En el Informe 10-16 Proyecto Sámara, de octubre del 2016, la Auditoría Interna del MEP reprendió a sus autoridades por los atrasos en la ejecución de las obras.
“Los directores reclamaron que en las cuentas de las Juntas de los centros educativos se encuentran dineros depositados desde el año 2012, con la finalidad de suplir esas carencias, que a la fecha no se han so- lucionado, lo que es contraproducente pues el dinero se devalúa y los costos de los materiales aumentan”, enfatizó la Auditoría Interna.
En el documento se cuestionó que, por la lentitud de las autoridades en la reconstrucción, los niños y docentes han estado expuestos a riesgos e inclemencias del tiempo, “recibiendo clases a la intemperie, debajo de los árboles, en los corredores o en aposentos cerrados por latas sin ventilación”.
Por ejemplo, en el Colegio de Naranjo el terremoto dañó el taller de industriales, salón de actos, un taller de prevocacional, la biblioteca y un pabellón con siete aulas. Los primeros tres fueron demolidos y se suponía que se debían arreglar la biblioteca y el pabellón.
Floribeth Mora, directora del centro educativo, expuso que allí los casi 2.000 estudiantes que volverán a clases el 8 de febrero seguirán estudiando en las aulas con las paredes agrietadas y usarán la biblioteca con un auditorio que tiene una orden sanitaria que les impide usarlo por el riesgo.
Según el MEP, el Colegio de Naranjo se encuentra en la etapa de “contratación de servicios profesionales”.