Estudiantes de colegios técnicos duermen mal
ATesis universitaria evidenció que sueño del 87% dura seis horas o menos APreocupa que jóvenes tomen medicamentos para lograr descansar
Tener una carga académica que les suma a las materias tradicionales las de una especialidad y, además de eso, una práctica profesional en el últimoaño, son dos de las razones por las que los estudiantes de colegios técnicos no poseen buenos hábitos de sueño.
A estas conclusiones llegó Carolina Ramírez Jiménez en su tesis para optar por la licenciatura en Enfermería en la Universidad Hispanoamericana. Ella entrevistó con dos instrumentos distintos a 100 alumnos mayores de 18 años de sexto año de colegio técnico, 70 mujeres y 30 hombres.
Las preguntas analizaban el horario en que dormían y la cantidad de horas, si necesitaban medicamentos para lograrlo y cómo les afectaba una noche de mal sueño en sus labores cotidianas. Además, medían factores como ansiedad, depresión y estrés.
Varias de las cifras que arrojó el estudio preocupan a los expertos.
Por ejemplo, se vio que el 87% de los jóvenes entrevistados duerme seis horas o menos. Otro 36% afirmó que su calidad de sueño es “bastante mala”, y un 21% usa, de una a tres veces por semana, medicamentos para dormir.
“El tema aquí es la higiene del sueño. Son las conductas y prácticas que tenemos hacia el dormir. Si no tenemos una buena higiene, no tendremos ni calidad ni cantidad de sueño y esto nos puede afectar mucho”, explicó Ramírez.
El estudio halló que 35% de los jóvenes se acuestan a medianoche y 33% después de esa hora. Sin embargo, un 50% aseguró que se levanta a las 5 a. m., y otro 30% a las 4:30 a. m., lo que deja entre 4,5 a 5 horas de sueño cada día.
“Lo recomendable en la adolescencia inclusova más allá de las ocho horas. Lo mejor sería entre nueve y 10 horas. En ese momento de la vida, el cerebro aún no termina de desarrollarse y requiere del sueño para realizar varios procesos y completar de mejor forma su desarrollo”, manifestó el médico general Arturo Barboza.
Por su parte, Ramírez agregó que “no todos los casos son iguales. Hay momentos en los que ellos tendrán más trabajos, exá- menes y tareas; algunos madrugan más para ir al colegio que otros. Unos comparten habitación con un familiar y eso puede afectar su calidad de sueño. Incluso, en el caso de hogaresmás pobres, hay jóvenes que duermen en la misma cama que el hermano”, apuntó la autora de la investigación.
La calidad del descanso también está en jaque, según concluyó este estudio, pues el 41% de los jóvenes admitió que se despierta una vez a la semana con pesadillas.
Además, un 30% se despierta una o dos veces por semana por el frío, y un 36% no logra dormir tres o más veces a la semana a causa del calor.
Uno de los datos que más inquietud causóenRamírez esqueunode cada cinco jóvenes admitió que acude a algún tipo de medicamento –recetado por unmédico o no– para conciliar el sueño.
Algunos de los entrevistados señalaron que lo usaban solo una vez por semana, pero otros hasta tres veces.
“Consumir estos fármacos puede generar somnolencia durante el día. Si toman esto a estas edades, ¿qué va a pasar cuando tengan 30 años? Esto puede generar codependencia a largo plazo. También está el otro extremo: gente que no tiene problemas para dormir, pero que durante el día necesita un reconstituyente para mantenerse despierta porque no duerme lo suficiente”, aseguró Ramírez.
Barboza añadió: “Estos medicamentos, si no son recetados, tienen graves riesgos para la salud de la persona. Además, si se consumen en dosis altas, una persona joven se puede sentir fatigada durante todo el día y no podrá rendir en sus actividades colegiales”.
Tanto Ramírez como Barboza coinciden en que si alguien presenta problemas de insomnio, los medicamentos son el último eslabón de la cadena, pues antes deben revisarse los hábitos de sueño para mejorarlos.
Recordaron que hay personas que pueden requerir de ejercicios de relajación, música suave o terapia psicológica, sobre todo si están atravesando por periodos de duelo, estrés, depresión o ansiedad.