Pelleja cae por riña con tres sujetos y arma encasquillada
Fue desarmado, huyó y se escondió en casa; dueña colaboró con la Policía
Un lío personal con dos nicaragüenses y un tico fue lo que provocó la caída de José Arnoldo Díaz Castro, alias Pelleja, capturado por la Fuerza Pública este domingo, en Barra del Tortuguero, Pococí de Limón.
Así lo confirmó, este lunes, el ministro de Seguridad, Gustavo Mata.
Según el jerarca, la captura de este hombre se realizó luego de múltiples acciones en la zona para dar con el escurridizo personaje, quien se ocultaba en casas a las que la Policía no podía entrar sin una orden judicial.
Pelleja se ha vinculado al narcotráfico y a la operación de aeropuertos clandestinos.
Este domingo, en criterio de Mata, manejaron informes según los cuales cuatro sujetos iban hacia ese sector, en una lancha, con la intención de matar a Díaz Castro.
Con esa alerta, la Policía llegó a la zonajusto en el momento en que se denunció que Pelleja mantenía una riña con los dos nicaragüenses y el tico, con quienes había tenido discrepancias antes en un bar. Los hechos ocurrieron en una construcción que está 300 metros sur y 50 metros este de la delegación policial en Tortuguero.
Momento clave. En medio del conflicto, el supuesto líder narco sacó un arma calibre 3,80, pero, después de dos disparos al aire, esta se le encasquilló cuando apuntaba a uno de los ofendidos, por lo cual los efectivos aprovecharon para echársele encima, desarmarlo y herirlo con arma blanca.
No obstante, Díaz escapó y se refugió en la casa de una vecina de apellido Palmes, con quien los oficiales lograron coordinar para ingresar a la propiedad y capturarlo.
El sujeto no se entregó de buenas a primeras, sino que se vio obligado a hacerlo cuando supo que la vivienda estaba rodeada de policías. No fue necesario disparar.
Los nicaragüenses ofendidos, de apellidos Salgado y Ramírez, así como el tico, apellidado Sequeira, entregaron a la Policía el arma que le habían quitado a Pelleja.
La Policía también se incautó de 26 municiones.
Entre tanto, el grupo que presuntamente venía a matar al sospechoso logró huir sin concretar su cometido, dijo el ministro de Seguridad.
Gustavo Mata se refirió a las dificultades que tuvieron las autoridades para capturar a este hombre.
Entre ellas, que Pelleja se movilizaba en zonas montañosas, regularmente andaba con guardaespaldas y algunos de los vecinos lo ayudaban a esconderse en sus viviendas cuando era perseguido.
Varias veces, la Fuerza Pública, lo mismo que agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), intentaron atraparlo, pero se escabullía.
Cada vez que llegaban lanchas y helicópteros de la Policía a la zona, el ruido de los motores alertaba a Pelleja, quien conseguía ocultarse.
“Yo dirigí cuatro o cinco operaciones con Policía de Fronteras y Fuerza Pública en varias oportunidades al sector y, desgraciadamente, no tuvimos éxito. Esto es de esperarse en un territorio como el de esos canales, donde, desde que usted va a tomar una lancha, el pueblo se da cuenta”, dijo Mata.
Sobre los helipuertos de la zona que, al parecer, usaba el grupo de Pelleja, el ministro Mata dijo que eran sumamente rústicos y tres de ellos fueron destruidos en las operaciones contra pistas clandestinas.
Pelleja ha estado en la mira de las autoridades judiciales desde el 2013, cuando se abrió una investigación en contra de nueve personas que traficaban cocaína, vía marítima, desde Colombia hasta Parismina.
Seis de esos hombres afrontaron un juicio y fueron condenados, en total, a 72 años de prisión. Entre ellos están Greivin Rojas Castro, Roberto Díaz Pineda, Leodan Díaz Pineda y Melvin Díaz Pineda.
El padre y otros familiares de Pelleja están entre los sentenciados a 14 años cada uno.