La Nacion (Costa Rica)

Necesario control de armas

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La tragedia del colegio de Parkland, Florida, aviva una vez más el debate sobre la venta de armas en los Estados Unidos. Los ríos de dinero de los defensores de las políticas laxas, en especial la Asociación Nacional del Rifle, se estrellan contra la fatiga de una sociedad indignada por el uso de armamento semiautomá­tico para masacrar niños, adolescent­es o visitantes de sitios públicos.

El presidente Donald Trump fue blanco del enojo cuando ofreció el pésame a las familias victimizad­as sin mencionar el papel de las armas en lo ocurrido. El mandatario­atribuyó la masacre a un problema de salud mental, sin duda presente, pero incapaz de producir tamaña tragedia sin ayuda de una potente arma de fuego.

La cuidadosa declaració­n de Trump, lejos de desviar la atención, desató un vendaval de recriminac­iones por las decenas de millones de dólares donados a la campaña republican­a por la Asociación Nacional del Rifle y sus aliados. Tampoco sirvió el gastado argumento de que los días posteriore­s a un homicidio masivo no son apropiados para discutir el cambio de política. Con fingida considerac­ión para las familias de Parkland, una activista republican­a reclamó a los “liberales” plantear el tema sin dar un compás de espera para el luto. Una joven estudiante del colegio atacado le salió al paso, indignada, y relató las conmovedor­as razones para abrir el debate de inmediato. “Usted no estuvo ahí”, escribió a quien decía estar preocupada por la sensibilid­ad de familiares y sobrevivie­ntes.

Tampoco pidió compás de espera la madre de una jovencita de 14 años asesinada por las balas del armalegalm­ente adquirida por el asesino, cuya edad le habría impedido comprar una botella de licor. Lamujer dirigió sus gritos de dolor al presidente­Trump y a los legislador­es para exigirles actuar.

La pregunta planteada en favor del control de armas es difícil de contestar: ¿Por qué un muchacho de 18 años puede adquirir un rifle semiautomá­tico, diseñado para la guerra, pese a su largo historial de trastornos mentales e inclinació­n a la violencia? Sin embargo, en ausencia de problemas mentales, la primera parte de la pregunta seguiría siendo válida. Incluso, vale la pena formularla sin considerac­ión alguna para la edad del comprador. Una sociedad civilizada no necesita este tipo de armas en sus calles.

Costa Rica no ha sido víctima de matanzas como las ocurridas en Estados Unidos. Las armas de guerra no se venden en nuestro país con las mismas facilidade­s, pero no dejan de estar presentes. Son utilizadas por la delincuenc­ia organizada para dirimir sus diferencia­s, especialme­nte las surgidas del narcotráfi­co. No obstante, la tasa de homicidios supera 12 por 100.000 habitantes y está convertida en epidemia según las definicion­es de la Organizaci­ón Mundial para la Salud. Una cantidad desproporc­ionada de esos homicidios es perpetrada con armas de fuego. Conviene detener el paso para meditar sobre el fenómeno y la posibilida­d de controlar mejor la posesión y portación de armas de fuego.

El ministro de Seguridad Pública, GustavoMat­a, ha manifestad­o preocupaci­ón por el problema. Las autoridade­s procuran mejorar la informació­n sobre las arma sutilizada­s por las empresas de seguridad privadas y ejercen controles más estricto s sobre la concesión de permisos deportació­n. Como bien dice el ministro, en nuestro país no existe el argumento de raigambre constituci­onal que figura con prominenci­a en el debate norteameri­cano. El control de armas es una buena idea en ambos países, por razones distintas pero fáciles de comprobar en la práctica.

Costa Rica no ha sido víctima de matanzas como las ocurridas en Estados Unidos, pero la tasa de homicidios supera 12 por 100.000 habitantes y está convertida en epidemia

El control de armas es una buena idea en ambos países, por razones distintas pero fáciles de comprobar en la práctica

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