Golpe financiero a banca estatal
El Banco Nacional, BCR y Bancrédito enfrentaron, en los últimos tres años, los efectos negativos de operaciones de crédito que generaron una merma en sus ganancias.
Corporación Yanber
BCR: Financió con ¢6.803 millones y realizó una provisión por dicho monto, reveló exgerente Mario Rivera. Cuenta con garantía real de equipo y maquinaria.
BNCR: Líneas de crédito fueron por ¢5.233 millones y la estimación se hizo por ¢3.818 millones. Tiene en garantía terrenos de la empresa.
Bancrédito: Dio préstamos por ¢1.126 millones e hizo una estimación por ¢1.146 millones. Carece de garantía real.
Casa Blanca
BNCR: Contaba con líneas de crédito revolutivo por ¢2.513 millones, con garantía real. La operación fue vendida a la Asociación Solidarista del Banco en tan solo dos días.
BCR: Otorgó financiación por ¢2.370 millones. Al reclasificar al cliente a la peor categoría, tuvo que aprovisionar el cien por ciento del saldo del crédito.
Bancrédito: Brindó financiamiento por ¢1.908 millones y solo cuenta con un fideicomiso de pagarés como garantía.
Empresas de Juan Carlos Bolaños
BCR: El Banco le dio dos líneas de crédito por ¢17.000 millones ($30 millones) para la importación y nacionalización de cemento chino. Sugef obligó a la entidad a hacer una provisión por ¢10.000 millones.
BNCR: La entidad tenía aprobado financiamientos hasta por ¢1.500 millones, pero cuando estalló el caso del cemento chino cerró las líneas revolutivas y las cuentas de las empresas de Bolaños.
Bancrédito: La entidad prestó ¢2.696 millones, principalmente para capital de trabajo, pero sin ninguna garantía real. La deuda fue enviada a cobro judicial, luego de hacer la estimación por la financiación.
Hidrotárcoles
BNCR: La entidad otorgó un crédito por $117 millones a la empresa Hidrotárcoles, de los cuales giró $103,5 millones para la construcción del Proyecto Hidroeléctrico Capulín-San Pablo, ubicado en Turrubares. Pero hizo una estimación por ¢26.878 millones tras la decisión del ICE de finalizar el contrato con Hidrotárcoles. El cliente pasó a la peor categoría de deudor; es decir, E.