Beneficios de la inversión extranjera
La inversión extranjera directa es bienvenida por su aporte de divisas, empleo y porque se acompaña de conocimiento de punta.
Las economías abiertas al comercio dan plena soberanía a los consumidores, cuyos diarios “votos” sobre qué comprar y qué no, envían silenciosas señales a los productores para acomodar la producción a los gustos y las posibilidades del cliente. La producción futura también está condicionada por las decisiones de otros agentes económicos, poseedores de recursos financieros, que buscan los entornos más eficientes (en costo y calidad) para invertirlos y, desde allí, servir a muchos mercados, tanto cercanos como distantes.
La inversión extranjera directa (IED) es bienvenida por su aporte de divisas, que se integran al mercado financiero doméstico y porque en general se hace acompañar de conocimiento de punta (know-how) del cual se benefician los países receptores. Una visita a las zonas francas del país, un buen paseo en cualquier época del año, y particularmente en el verano, permite visualizar las muchas empresas internacionales, muchas de ellas de alta tecnología, que han escogido a Costa Rica para ubicar plantas donde se emplea una cantidad importante de personas cuyas labores suplen de variados productos y servicios a muchas regiones del mundo.
El know-how esparcido por todo el país, más allá de las instalaciones de las compañías de zona franca, capacita a muchos trabajadores para crear empresas propias. Además, las grandes compañías multinacionales suelen encadenarse con pequeñas y medianas empresas (pymes) proveedoras de materias primas, productos intermedios y otros servicios. Por eso la IED debe ser bienvenida y en su tratamiento (entre otros, el tributario) el país debe tomar en cuenta cómo se procede en otras naciones, con las cuales competimos, para no arriesgarnos a alejar emprendimientos de nuestro suelo.
En nuestra edición del 21 de marzo, bajo el título “Firma industrial de EE. UU. abre centro de diseño en el país”, informamos del anuncio formulado por la compañía NCI Building Systems sobre la apertura en Costa Rica del centro de diseño “para apoyar las operaciones en EE. UU., Canadá y México”. La empresa ofrece diseño de productos novedosos para la industria de la construcción no residencial.
Según su vicepresidente e ingeniero jefe, NCI Building Systems escogió a Costa Rica “después de una evaluación exhaustiva”. Acto seguido, añadió: “El talento humano es una de las principales razones por las que elegimos traer operaciones a este país”. Aunque no se informó sobre el número de empleos para ingenieros y arquitectos, entre otros, que se podrían crear, cualquiera que sea la cantidad vendrá a ampliar las oportunidades de empleo. Según Cinde, las zonas francas del país ofrecen, en la actualidad, 61.500 puestos.
El ministro de Comercio Exterior, Alexánder Mora, celebró la instalación de la compañía en el país y comentó: “Cada vez, con más frecuencia, empresas con destacada trayectoria internacional, como NCI, confían en Costa Rica para establecer sus operaciones y atender desde aquí mercados muy demandantes”.
Costa Rica debe esforzarse por mantener la seguridad jurídica, velar por que la infraestructura vial, portuaria y de telecomunicaciones esté a la altura de las necesidades de este tipo de empresas y facilitar los trámites administrativos. Los programas de estudio de colegios y centros de educación superior deben mantenerse actualizados para que la fuerza de trabajo continúe siendo apetecida por los inversionistas internacionales.
En la actualidad, la mayoría de los bienes y servicios de consumo cotidiano no son producto de un único país, pues tienen componentes provenientes de muchos. La meta, entonces, es participar más y más en las cadenas mundiales de valor, por lo cual la llegada al país de NCI Building Systems, entre muchas otras empresas internacionales instaladas en las zonas francas, ciertamente constituye una buena noticia.
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La inversión extranjera directa (IED) es bienvenida por su aporte de divisas, por el empleo y porque, en general, se hace acompañar de conocimiento de punta
El ‘know-how’ esparcido por todo el país, más allá de las instalaciones de las compañías de zona franca, capacita a muchos trabajadores para crear empresas propias