El diésel en tiempos actuales
Nuestro país se distingue por ser una nación comprometida con el cuidado y la protección de la naturaleza, y de igual forma se preocupa por mantener altos índices en salud pública.
Bajo ese norte se introdujo la gasolina súper sin plomo en 1989. El plomo se empleaba para elevar el octanaje de manera económica, pero estudios de la Organización Mundial de la Salud demostraron que incidía negativamente en el aprendizaje de los niños. A esta advertencia se sumó el desarrollo de sistemas para el control de emisiones de gases nocivos para el ambiente y la salud, que se dañaban ante la presencia de plomo.
La nueva gasolina súper sin plomo presentó propiedades de solubilidad diferentes a la gasolina regular que se venía utilizando, de ahí que este cambió implicó que los usuarios tuviéramos que hacer los mantenimientos necesarios, como cambios de filtros, sustitución de mangueras y bujías, limpieza del tanque del combustible, entre otros. Efectuados estos ajustes, los vehículos se adaptaron al nuevo producto, trayendo beneficios para la salud y el ambiente.
En 1996, se eliminó el plomo en ambas gasolinas con resultados positivos, según estudios que efectuaron los centros de salud, entre ellos el Hospital Nacional de Niños.
El diésel.
El diésel ha sido señalado por años como causante de contaminación, especialmente por la emisión de hollín. Su consumo se ha concentrado en el transporte público, y debido a que son muchos los autobuses que confluyen a las principales ciudades del país, los niveles de partículas en puntos de mayor congestionamiento llegaron pronto a exceder los límites internacionales, según los estudios anuales sobre la calidad del aire hechos por la Universidad Nacional.
Los fabricantes de vehículos y la industria de los combustibles iniciaron mejoras en sus procesos para lograr una menor emisión de gases no deseados en los motores de diésel. En Costa Rica, comenzó en el 2003 un proceso paulatino de reducción en los contenidos de azufre; primero, se pasó de 5.000 partes por millón (mg/kg) de azufre a 500 ppm, y desde el 2011 se adoptó un máximo de 50 ppm.
La reducción del azufre en el diésel no solo ha incidido en que se emitan menos óxidos de azufre al aire y disminuya la lluvia ácida, sino que ha permitido la introducción de vehículos con mejores sistemas de control de emisiones, los cuales no operan adecuadamente ante la presencia de determinadas concentraciones de azufre.
En setiembre del 2017, nuestro país dio un salto trascendental en el establecimiento de niveles de calidad en el diésel y las gasolinas, al adecuar las especificaciones nacionales a las normas europeas. Estas fueron elaboradas con la participación de diferentes sectores e instituciones como Minae, Recope, Aresep, Defensoría de los Habitantes, Ministerio de Salud, Cámara de Empresarios de Combustible, Cámara de Comercio, Consumidores de Costa Rica y el Celeq de la Universidad de Costa Rica.
Ahora se emiten menos partículas y hollín, existe una mejor combustión y respuesta más rápida a la aceleración, a partir de un arranque en frío más suave. También da mayor protección al motor, lo que supone una reducción en costos de mantenimiento.
Ha llamado la atención el hecho de que sea incoloro, pero esta característica no produce ninguna afectación a los sistemas de los vehículos, más bien refleja una mayor limpieza. Otra de las inquietudes de los usuarios es en cuanto a la lubricidad, pero esta se mantiene en un máximo de 460 μm, por lo tanto cumple los parámetros internacionales.
Finalmente, está el señalamiento sobre supuestas fallas en los sellos (“empaques”) de
El diésel ha sido señalado por años como causante de contaminación
las bombas de inyección, pero en realidad la pérdida de la elasticidad y agrietamientos en estos se deben a su envejecimiento o deterioro por el uso y la falta de un adecuado mantenimiento y no al combustible.
Consejos.
Las recomendaciones para solucionar la falta de efectividad en los empaques de dichos dispositivos son: seguir el mantenimiento recomendado por el fabricante, hacer el cambio de los sellos de las bombas de inyección, así como los componentes que se indiquen.
Con el nuevo producto es innecesario agregar aditivos (ATF y otros) porque más bien dañan los catalizadores de los sistemas de escape de los automotores.
Es aconsejable confiar en la calidad de nuestro diésel, la cual no solo está determinada para el buen funcionamiento de los vehículos, sino que es amigable con el ambiente y la salud.
Todos debemos aportar para lograr la meta país de reducir las emisiones al ambiente y seguir evolucionando hacia un parque automotor más eficiente.
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