EN GUARDIA
Ya conocemos la encuesta final de la Universidad de Costa Rica (UCR) antes de la segunda ronda: entre los decididos a votar, Fabricio cierra con un 43 % y Carlos, con un 42 %. Es la foto de portada. ¿Satisfechos?
No. Hay aún un 15 % de indecisos y, además, las encuestas son como filigranas que debemos aprender a desenredar. Estadísticamente, es un empate técnico (diferencia dentro del margen de error) y cualquiera puede ganar, pero, al esculcar con minucia las cifras, descubrimos retos que podrían inclinar el bote.
En marzo, pinté la ironía de que, en política, a veces se gana perdiendo. Los electores de los perdedores serán quienes decidan. Si bien se desbandaron, no lo hicieron por igual (mita y mita, como en los merenderos chinos), sino en lonjas muy diferenciadas. La intención de los que votaron por otros en la primera ronda revela que ahora la mayoría se decanta por Carlos: el 47 % de los liberacionistas votaría por él y solo un 28 % por Fabricio; el 61 % del PUSC lo haría por Carlos y el 15 % por Fabricio; el 53 % del PIN está con Carlos y un 24 % con Fabricio; un 46 % del PRSC le pondría la x a Carlos y solo un 28 % a Fabricio.
¿Por qué, entonces, Fabricio lleva un punto porcentual más? La respuesta, dice la encuesta, está en los que no votaron en primera ronda: el 20 % se inclina ahora por Fabricio y el 16 % por Carlos. Recuerden que Fabricio había obtenido un 24,9 % en febrero, mientras que Carlos un 21,6 % del total. De esa fecha a hoy, ambos crecieron, pero Carlos lo hizo porcentualmente más, pues partió de una base menor (su pendiente estadística es más positiva).
¿Cómo interpretar las tendencias? Según Ronald Alfaro, coordinador de la encuesta, se abren dos retos muy distintos: para Carlos, no soltar a los nuevos allegados (pegarles goma loca en el trasero); para Fabricio, persuadir a quienes no votaron en febrero para que esta vez sí lo hagan. ¿Cuál de los retos es más duro? Alfaro sugiere la respuesta: “La masa de votantes del PAC debería ser más sólida porque se reforzó de personas que ya habían asistido a las urnas el 4 de febrero, aunque hayan elegido otros partidos y tienen mayor predisposición a votar en la segunda ronda. Al contrario, el votante que se unió al PRN suele ser ‘suave’ por estar compuesto en mayor medida por personas que no quisieron votar en la primera ronda y, por tanto, son más propensos a abstenerse de nuevo el 1.º de abril. Así como lo tiene, así se le va”, concluyó. Yo coincido con él: “La primera noche de abril será de crujir de dientes”.