Comercio se aferra a legítima defensa para repeler asaltos
→Empresarios portan armas, colocan cámaras y contratan guardas →Propietarios narran que han sido presa de maleantes en varias ocasiones
“Tengo más de 15 años de tener esta pulpería y, en ese tiempo, me han asaltado tantas veces que perdí la cuenta. Nunca nos han disparado, pero sí nos da mucho miedo. Una vez, los ladrones entraron, yo estaba con mi hija casi recién nacida y me amenazaron con armas y se llevaron toda la plata.
”A partir de ahí me dije: ‘no puedo permitir esto. Ahora no nos dispararon, pero en otra ocasión, lo pueden hacer y matarme y matar a mi hija’. Mi esposo y yo tomamos medidas fuertes de seguridad: pusimos cámaras y nos hicimos de una pistola”.
Ese es el relato de Wendy, una comerciante china, quien tiene una pulpería en La Uruca, San José. Por razones de seguridad, no se brindarán mayores detalles de la entrevistada.
Antes de ese asalto, recuerda, no pensaba en tener una pistola, pero las circunstancias la obligaron a sacar el permiso de portación de armas y estar preparada ante un eventual robo.
“Lo único que sé es que puedo estar armada. Me dijo un abogado que si alguien entra para hacernos daño, puedo usar la pistola. Solo tengo que estar en regla. Tenemos que hacer algo para frenar estas situaciones, y esa es nuestra solución”, concluyó.
La historia de Wendy se repite una y otra vez conforme se habla con comerciantes, quienes aseguran que se aferran a la legítima defensa para repeler el ataque de los delincuentes.
De todo. Unos se hacen valer de armas de fuego, otros de cámaras de seguridad o contratan a guardas de seguridad privada, como es el ejemplo de varios locales, ubicados en La Uruca.
El último caso de aparente legítima defensa se registró el martes pasado, cuando un comerciante, de origen chino, defendió a su esposa de un asalto en el negocio. El hecho ocurrió el El Guarco de Cartago.
Uno de los asaltantes murió luego de recibir un balazo en su abdomen y el otro fue herido. Sus identidades no trascendieron, pues son menores de edad.
Al parecer, los hombres habían participado en otro atraco horas antes en otro establecimiento comercial.
Otro hecho similar ocurrió en enero, en El Roble de Puntarenas, donde también un menor falleció y otro quedó herido cuando intentaron asaltar un supermercado, propiedad de un asiático.
En lo que va del 2018, al menos un comerciante ha muerto a manos de delincuentes. Este hecho se registró en San Ramón de Alajuela, donde dos hombres atacaron al dueño de una licorera para robarle, pero al final huyeron sin sustraer nada.
La Cámara de Comercio no está ajena a dicha situación. La organización “no aplaude” que propietarios de establecimientos maten a asaltantes, pero entienden que la inseguridad ciudadana ha crecido.
Yolanda Fernández, presidenta de la Cámara, expresó que buscan apoyar tanto a los ofendidos como al Gobierno para tomar decisiones puntuales que ayuden a contrarrestar la delincuencia.
Mientras que para lograr acciones más concretas, el año pasado lanzaron el Observatorio del Comercio Ilícito, dentro del cual buscarán obtener estadísticas de comercios asaltados, entre otros datos.
“El objetivo es convertirnos en un referente para que los datos que recolectemos puedan ayudar al Gobierno y a la empresa privada a tomar decisiones, que den pronta solución a este tema”, agregó.
“DA MUCHA CÓLERA QUE ENTREN VAGABUNDOS PARA LLEVARSE LO QUE A UNO LE CUESTA; ASÍ QUE SI TENEMOS QUE ARMARNOS PARA EVITARLO. LO VAMOS A HACER. Reinaldo Gómez Comerciante La Uruca
“LO ÚNICO QUE SÉ ES QUE PUEDO ESTAR ARMADA. ME DIJO UN ABOGADO QUE SI ALGUIEN ENTRA PARA HACERNOS DAÑO, PUEDO USAR LA PISTOLA. SOLO TENGO QUE ESTAR EN REGLA. TENEMOS QUE HACER ALGO PARA FRENAR ESTAS SITUACIONES. Wendy, comerciante Se guarda identidad por protección