Dudas de seguridad impiden a Recope usar tanques de $43 millones
Dique sería insuficiente para atajar derrames en el mayor depósito del país
La Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) construyó tanques para almacenar combustible cuyo uso está en duda, pues omitió informar al Cuerpo de Bomberos para verificar si la instalación cumple la normativa de seguridad.
Por esa razón, en diciembre, la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (Setena) ordenó a Recope paralizar los trabajos, que se realizan en el plantel de Moín (Limón).
Luego, avaló la conclusión de las obras, aunque no permite utilizarlas hasta que Bomberos examine si el inmueble representa una amenaza para la salud pública y el ambiente en caso de incendio, sismos o derrames. Así lo consigna la resolución N.º 417-2018-Setena, del 23 de marzo.
El proyecto, valorado en $43 millones, consiste en tres depósitos y obras conexas, que estuvieron a cargo de la firma española Felguera I.H.I. El plan tiene un 83% de avance y $35 millones ejecutados.
Pese a la falta de comunicación que señala Setena, Leonel Altamirano, gerente de Desarrollo de Recope, aseguró que todo se construyó con apego a la legalidad y con el visto bueno del Departamento de Ingeniería. “No hicimos ninguna medida alternativa; hicimos un diseño y el contratista se sometió al Departamento de Ingeniería de Recope, el cual hizo sus observaciones hasta que se llegó a realizar el sistema ya construido, luego de superados todos los vistos buenos de distintas instancias. Es decir, estamos a derecho. La Municipalidad de Limón también les dio el sello de aprobación”, aseveró Altamirano.
De acuerdo con el funcionario, “todo está en orden”.
Setena prohibió usar los equipos porque comparte las reservas de Bomberos sobre cómo se construyó parte de la instalación, específicamente un reservorio para 350.000 barriles de diésel (56 millones de litros) que Recope describe como “el más grande del país” en sus comunicados de prensa.
Los controles de seguridad para estos tanques es la norma NFPA 30, la cual dicta, entre otros aspectos, que alrededor de este debe construirse un muro o dique contra derrames capaz de contener el desbordamiento del tanque al tope de su capacidad, explicó Héctor Chaves, director de Bomberos.
Dicha disposición forma parte de las Normas de la Asociación Nacional de Protección contra el Fuego (NFPA, por sus siglas en inglés), estándares internacionales para prevenir incendios, capacitar personal, instalar equipos y medios de protección contra incendios que utilizan cuerpos de seguridad y bomberos en el mundo.
No obstante, el depósito de 350.000 barriles tiene un dique incapaz de atajar un derrame por esa cantidad de carburante. En ese aspecto coinciden la Setena y Chaves.
La resolución de la Setena dice que para subsanar el problema, Recope tomó diques de otros dos tanques aledaños construidos anteriormente y los comunicó entre sí con tubería subterránea que, a su vez, conecta con un área de contención o pila remota.
Si se derrama el combustible del tanque de 350.000 barriles, explica la Secretaría, su muro de contención sería insuficiente para ese volumen, por lo cual el hidrocarburo pasaría al área del dique de otro de los tanques.
Luego, atravesaría tuberías subterráneas hasta el área de muro de contención de los otros tanques y, de ahí, al área de contención o pila remota.
La Setena no tiene claro si esta solución de ingeniería es válida según la norma NFPA 30.
Riesgo extraordinario. “Una obra de estas la catalogamos en condición de riesgo extraordinario por la presencia evidente de material inflamable. Mediante una denuncia que recibimos, descubrimos que los trabajos no contemplaban la NFPA 30, tal y como debía aplicarse, y por ello pedimos una reunión con Recope”, dijo Alexánder Solís, jefe de Ingeniería de Bomberos.
Esa cita tuvo lugar en agosto del 2016 y condujo a Bomberos a formular 27 observaciones de seguridad a Recope.
La Refinadora ha procurado subsanar con distintas medidas los señalamientos, aseguraron en entrevistas, por separado, Solís y Altamirano.
Empero, en el oficio CBCR-003669-2017-UPII-00121, del 31 de enero del 2017, Bomberos le confirma a la Setena que la “alternativa” de seguridad (el uso de tuberías subterráneas que conectan los diques de otros dos tanques a una piscina remota) no equivale a la normativa de referencia.
Entre otras razones, porque, en caso de derrame, se distribuiría el líquido por distintas zonas, precisa el documento.
La resolución de la Setena de hace dos semanas también evidencia que la Refinadora está dispuesta a aplicar medidas “administrativas” para mitigar riesgos.
Entre esas acciones, cita la posibilidad de depositar menos combustible en el tanque aún por estrenar ante las diversas advertencias recibidas.
Según Altamirano, la explicación de que Recope hiciera un dique de contención más pequeño que el tanque respondió a “razones de espacio”.
El funcionario adujo que, por uso efectivo del terreno, se inclinaron por un diseño distinto al recomendado por el estándar internacional que se utiliza en Costa Rica (norma NFPA 30).
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