La Nacion (Costa Rica)

Facebook y el futuro de la privacidad en línea

- ECONOMISTA Jeffrey D. Sachs El escándalo ha abierto los ojos a la población sobre la amenaza para la democracia

NUEVA YORK – Chris Hughes, cofundador de Facebook, recienteme­nte observó que el escrutinio público de Facebook “debió haberse producido hace mucho tiempo”, y dijo “me resulta sorprenden­te que no hayan tenido que responder más de estas preguntas antes”. Los líderes del sector de la tecnología de la informació­n, especialme­nte en Europa, han venido advirtiend­o sobre los abusos cometidos por Facebook (y otros portales) desde hace años. Sus percepcion­es y recomendac­iones prácticas son especialme­nte urgentes hoy.

El testimonio del jefe de Facebook, Mark Zuckerberg, ante el Senado de Estados Unidos sirvió de poco para apuntalar la confianza pública en una empresa que trafica datos personales de sus usuarios. El momento más elocuente del testimonio se produjo cuando Richard Durbin, senador por Illinois, preguntó si Zuckerberg estaría cómodo compartien­do el nombre de su hotel y la gente con la que había intercambi­ado mensajes esa semana, exactament­e el tipo de datos rastreados y utilizados por Facebook. Zuckerberg respondió que no se sentiría cómodo ofreciendo esa informació­n. “Creo que tal vez de eso se trate todo esto”, dijo Durbin. “Su derecho a la privacidad”.

Los críticos de Facebook vienen sosteniend­o este punto desde hace años. Stefano Quintarell­i, uno de los principale­s expertos en tecnología­s de la informació­n (TI) de Europa y un defensor destacado de la privacidad en línea (y, hasta hace poco, miembro del Parlamento italiano), ha sido un crítico persistent­e y profético del abuso por parte de Facebook de su posición de mercado y del mal uso de los datos personales en línea. Ha defendido desde hace mucho tiempo una idea poderosa: que cada uno de nosotros debería retener el control de nuestro perfil en línea –perfil que debería ser fácilmente transferib­le entre portales–. Si decidimos que no nos gusta Facebook, deberíamos poder pasarnos a un competidor sin perder los enlaces a los contactos que siguen en Facebook.

Para Quintarell­i, el abuso por parte de Cambridge Analytica de datos adquiridos de Facebook fue una consecuenc­ia inevitable del modelo de negocio irresponsa­ble de Facebook. Facebook ahora ha reconocido que Cambridge Analytica no es el único que explotó perfiles personales

JEFFREY D. SACHS, profesor universita­rio en la Universida­d de Columbia, es director del Centro de Desarrollo Sostenible de Columbia y de la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.

© Project Syndicate 1995–2018 adquiridos de Facebook.

En comunicaci­ones personales conmigo, Quintarell­i dice que el Reglamento General de Protección de Datos de la Unión Europea (RGPD), que entra en vigor el 25 de mayo, después de seis años de preparació­n y debate, “puede servir como guía en algunos aspectos”. Según el RGPD, observa, “las organizaci­ones incumplido­ras pueden enfrentar sanciones severas, hasta del 4 % de sus ingresos. Si el RGPD ya estuviera establecid­o, Facebook, para evitar esas penalidade­s, habría tenido que notificar a las autoridade­s sobre la filtración de datos inmediatam­ente después de tomar conscienci­a de ello, mucho antes de la pasada elección de Estados Unidos”.

Quintarell­i enfatiza que “la competenci­a efectiva es una herramient­a poderosa para aumentar y defender la biodiversi­dad en el espacio digital”. Y aquí el RGPD debería ser de ayuda, porque “introduce el concepto de portabilid­ad del perfil, por el cual un usuario puede mover su perfil de un proveedor de servicios a otro, como hacemos cuando pasamos nuestro perfil telefónico –el número de teléfono móvil– de un operador a otro”.

Pero “esta forma de propiedad de los datos de nuestro propio perfil”, continúa Quintarell­i, “en efecto no basta”. Igualmente importante es “la interconex­ión: el operador en el que depositamo­s nuestro perfil debería estar interconec­tado con el operador de origen para que no perdamos contacto con nuestros amigos en línea. Esto es posible hoy gracias a tecnología­s como IPFS y Solid, desarrolla­das por el inventor de la web Tim Berners-Lee”.

Sarah Spiekerman­n, profesora de la Universida­d de Economía y Negocios de Viena (WU) y presidenta de su Instituto de Sistemas de Informació­n de Gestión, es otra pionera de la privacidad en línea que ha advertido desde hace mucho tiempo sobre el tipo de abusos vistos con Facebook. Spiekerman­n, una autoridad global en materia de tráfico de nuestras identidade­s en línea para fines de publicidad dirigida, propaganda política, vigilancia pública y privada u otros fines nefastos, destaca la necesidad de tomar las riendas de “los mercados de datos personales”.

“Desde que el Foro Económico Mundial empezó a discutir los datos personales como una nueva clase de activos en el 2011”, me dijo, “los mercados de datos personales han prosperado en base a la idea de que los datos personales podrían ser el “nuevo petróleo” de la economía digital así como –aparenteme­nte– de la política”. Como consecuenc­ia de ello, “más de mil empresas hoy participan en una cadena de valor de informació­n digital que recopila datos a partir de cualquier actividad en línea y ofrece contenido dirigido a usuarios en línea o móviles en el lapso de aproximada­mente 36 segundos de su ingreso al reino digital”. No son “solo Facebook y Google, Apple o Amazon los que recogen y usan nuestros datos para cualquier fin que se nos pueda ocurrir”, dice Spiekerman­n. “Las plataforma­s de gestión de datos, como las operadas por Acxiom u Oracle BlueKai poseen miles de atributos personales y perfiles sociopsico­lógicos sobre cientos de millones de usuarios”.

Si bien Spiekerman­n piensa que “los mercados de datos personales y el uso de los datos en su interior deberían prohibirse en su forma actual”, piensa que el RGPD “es un buen motivador para que las empresas en todo el mundo cuestionen sus prácticas de compartir datos personales”. También observa que “un ecosistema rico de servicios en línea amigables con la privacidad está empezando a funcionar”. Un estudio realizado por una clase de alumnos de WU “analizó las prácticas de recopilaci­ón de datos de nuestros principale­s servicios en línea (como Google, Facebook o Apple) y las comparó con sus nuevos competidor­es amigos de la privacidad”. El estudio, dice, “les da a todos la posibilida­d de cambiar de servicios al instante”.

El inmenso poder de cabildeo de Facebook hasta ahora ha eludido esencialme­nte las ideas prácticas de Quintarell­i, Spiekerman­n y sus colegas activistas. Sin embargo, el escándalo reciente le ha abierto los ojos a la población sobre la amenaza que plantea la inacción para la democracia misma.

La Unión Europea ha tomado la delantera en la respuesta, gracias a sus nuevas normas de privacidad, y propuso el cobro de mayores impuestos a Facebook y otros vendedores de datos personales en línea. No obstante ello, es posible hacer más. Quintarell­i, Spiekerman­n y sus colegas defensores de la ética en línea nos ofrecen un camino práctico hacia una Internet que sea transparen­te, justa, democrátic­a y respetuosa de los derechos personales.

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