El Santos está listo para besar la gloria
▶ Técnico guapileño Johnny Chaves volvió a dar una cátedra desde el banquillo
El mote de sorpresa ya no le va. El del equipo con el verdadero proceso tampoco. El Santos de Guápiles es una realidad y está listo para besar la gloria.
Su lugar en la cuadrangular está garantizado, pero de una vez por todas debe quitarse su mentalidad de equipo pequeño y saber que ya ha hecho todo para ser campeón, por lo que debe visualizarse abrazando la copa del Clausura.
Buenos prospectos, jugadores consolidados, un buen entrenador y visión de la directiva tienen hoy a los caribeños en el primer plano del fútbol tico.
Su víctima de ayer fue el propio campeón nacional, Pérez Zeledón, al derrotarlo en su casa.
Johnny Chaves y compañía continúan invictos en la segunda vuelta del torneo con siete victorias y tres empates.
En el campo se volvió a notar la flexibilidad táctica del sistema santista, por momentos con tres centrales y cuando va al ataque pasa a una línea de cuatro hombres en el fondo.
El zaguero Alexis Gamboa continúa como la joven revelación del campeonato nacional con buena lectura y orden.
Todo le salió a Chaves para hincar al actual monarca, que dicho sea de paso no estará en la fiesta grande.
En el campo, Wílmer Azofeifa continúa como el conductor caribeño, mientras los atacantes Leonardo Adams y Starling Matarrita estuvieron imparables. A los 17 minutos llegó el primer tanto en los pies de Matarrita desde los 11 pasos, luego de que Keylor Soto cometiera un claro penal sobre Adams.
Al cierre del primer tiempo, Azofeifa pegó en el horizontal un excelente cobro de tiro libre en los linderos del área.
Mientras eso sucedía, la visita no lograba encontrarse en el campo, como le pasó al Pérez en gran parte del torneo.
Ya en el complemento fue la ratificación de un equipo sólido y otro desdibujado, aunque José Giacone intentó recomponer por medio de variantes.
A los 69 minutos, Osvaldo Rodríguez concretó el segundo tanto para los de casa. Lo hizo por medio de la misma fórmula que el primero: de penal.
José Garro sufrió una infracción de Dave Myrie y Rodríguez concretó desde el manchón blanco para confirmar la supremacía que había sobre el terreno de juego.
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