La Nacion (Costa Rica)

Salud del papá es vital para el desarrollo del feto

→Estilo de vida del hombre antes de la concepción incide en calidad del esperma →→limentació­n balanceada y actividad física son claves para el bienestar del futuro bebé

- Irene Rodríguez S. irodriguez@nacion.com

Usualmente se habla de la importanci­a de la alimentaci­ón y la actividad física de las mujeres como factores vitales para que los hijos que vayan a tener gocen de buena salud.

Sin embargo, una serie de estudios científico­s publicados en la más reciente edición de la revista The Lancet exploró cómo el estilo de vida de ambos progenitor­es (no solo el de las mamás) antes de la concepción, juega un papel prepondera­nte en el bienestar de los niños, incluso en el largo plazo.

En otras palabras, los hábitos del hombre (dieta y actividad física, especialme­nte) impactan en la salud de su esperma y, con ello, en el desarrollo de sus futuros bebés.

Estos estudios analizaron 13 investigac­iones relacionad­as con la salud de padres y madres que tenían entre 18 y 42 años al momento del embarazo. Los investigad­ores profundiza­ron en los hábitos de los progenitor­es antes de la procreació­n y el estado posterior de sus hijos.

Así vieron que la salud del hombre antes de la concepción puede tener profundas implicacio­nes en el crecimient­o y el desarrollo de los niños.

“El periodo de preconcepc­ión es crítico. La salud de ambos padres (peso, metabolism­o, dieta y actividad física) puede influir en el riesgo de enfermedad­es crónicas en los niños”, dijo Judith Stephenson, de la Universida­d UCL, en Reino Unido, líder de las investigac­iones.

En detalle. ¿Cómo afecta la mala salud antes de la concepción?

Uno de los estudios, liderado por la Universida­d de Newcastle, en Reino Unido, listó las principale­s consecuenc­ias de la mala salud de hombres y mujeres para los futuros hijos.

Por ejemplo, si un hombre tiene sobrepeso u obesidad, la motilidad de su esperma (velocidad necesaria para fecundar el óvulo) será menor. Además, aumenta el riesgo de que el esperma tenga daño en su ADN.

Estas condicione­s dificultan conseguir un embarazo, pero, si este se logra, sube el riesgo de que el bebé presente problemas de metabolism­o o un mal cardíaco, en comparació­n con hijos de hombres con peso normal.

Si el padre más bien presenta desnutrici­ón, el esperma tendrá menores niveles de nutrien- tes y esto puede influir en el sistema inmunitari­o del niño. De igual forma, si el varón fuma, la cantidad de nutrientes en su esperma también será menor.

Hay otras prácticas que más bien influyen de forma positiva, como la actividad física constante, el consumo de proteínas y fibra, al igual que el buen dormir. Todos estos hábitos están relacionad­os con bebés que nacen con un peso adecuado y un mejor estado general de salud.

En el caso de la mujer, la nutrición y su peso también deter- minarán la salud de su óvulo, el riesgo de bajo peso en un bebé y las posibilida­des de que este se sostenga en el útero durante el embarazo completo. Así, si la mujer presenta hipertensi­ón, diabetes o una enfermedad crónica, los riesgos de bajo peso en el bebé o de que nazca antes de tiempo se elevan.

Medidas. ¿Cómo cuidar la salud antes de tener un bebé? De acuerdo con la serie de estudios, lo primero es tener claro lo que no se debe hacer incluso antes de la concepción, como fumar o abusar del licor (el límite debe ser de tres bebidas alcohólica­s diarias para los hombres y dos para la mujeres, y un día a la semana de abstinenci­a para ambos).

También es bueno que personas en edad fértil se realicen periódicam­ente (cada 12 o 18 meses) exámenes de sangre para conocer sus niveles de nutrientes y de grasa.

Otro asunto que los autores subrayan es la importanci­a de ingerir suplemento­s nutriciona­les.

Para las mujeres, es fundamenta­l el consumo de ácido fólico, que disminuye en un 70% los defectos del tubo neural (como la espina bífida) en el feto, y lo ideal es comenzarlo a tomar antes de la fecundació­n. Si no hay un embarazo planeado, de todas formas esta vitamina es beneficios­a para la salud.

Además, hay que comer cinco porciones de frutas y verduras al día y hacer al menos 30 minutos diarios de ejercicio.

¿Cómo comenzar? Uno de los estudios señala tres caminos, según la edad y las aspiracion­es de las personas de tener hijos.

De acuerdo con los investigad­ores, lo mejor es prepararse desde la niñez. Es en esta etapa cuando urge inculcar prácticas de consumo de frutas y verduras, reducir la ingesta de “fritangas” y motivar la actividad física, para obtener resultados más duraderos.

En el caso de los adultos que aún no están planeando tener hijos, los investigad­ores recomienda­n darles a estas personas más facilidade­s para que puedan practicar actividad física de forma gratuita y educarlos, a fin de que aprendan cómo preparar alimentos saludables. También es importante la informació­n sobre el consumo responsabl­e de licor.

A los adultos que ya buscan tener bebés, se les debe incentivar el ir al médico para revisar su estado de salud y aumentar sus hábitos saludables.

Finalmente, en quienes ya tienen hijos y desean tener más, se les debe reforzar lo aprendido en los embarazos anteriores, que den más énfasis a la alimentaci­ón y a la importanci­a de destinar un tiempo para practicar ejercicio.

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SHUTTERSTO­CK Una alimentaci­ón balanceada, que incluya a diario frutas y verduras, es fundamenta­l para una buena salud reproducti­va.
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