Estudiantes sufren las secuelas de mala gestión
Los alumnos de 65 centros educativos dañados por el terremoto de Nicoya, ocurrido en el 2012, todavía reciben clases en estructuras dañadas y falseadas, aunque el dinero para repararlos existe desde que se dio la emergencia.
La dificultad de las Juntas de Educación de esos centros para echar a andar los proyectos, aunado a la “mala gestión” de la Dirección de Infraestructura y Equipamiento (DIEE), del Ministerio de Educación Pública (MEP), impidieron atender la necesidad.
Este es ejemplo de cómo el actual modelo de trabajo, liderado por las Juntas de Educación, no da resultados.
En el año 2017, el 95% (175) de 184 de los proyectos que entraron a la DIEE fueron ejecutados por las Juntas de Educación, solamente un 5% fue liderado por los profesionales de esta dependencia.
Dicha Auditoría Interna del MEP alertó de casos en donde los problemas de gestión de las Juntas y la falta de acompañamiento del MEP causan sobreprecios en las obras y que estas no se terminen.
Casos. Tal es el caso del Colegio Técnico Profesional (CTP) Fernando Volio Jiménez, Cartago, donde la Junta pagó ¢87 millones de más por mano de obra y materiales cuando realizaban mejoras. La Auditoría ligó el error a la poca supervisión de la DIEE a la Junta.
Al final, la obra quedó inconclusa y abandonada debido a que el dinero se acabó; solo se hizo un 60% del proyecto.
En el caso del Liceo San Jorge, en Upala, Alajuela, los 121 alumnos estudian en salón comunal mientras su nuevo liceo se cae a pedazos.
El centro educativo comenzó a construirse en 2014. Aquel edificio no solo nunca se terminó, sino que lo que logró levantarse, quedó abandonado al año siguiente. Hoy, las instalaciones y gran cantidad de material se están deteriorando.
El contratista no acabó la obra, que aún no se retoma.
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