El jugador: su paso por las seleciones es clave
En Costa Rica, la mayoría de jóvenes son tomados en serio por los representantes cuando son convocados a la Selección Sub-15, el primer filtro en las categorías inferiores.
En la buena teoría, los entrenadores eligen a los valores más destacados entre los cientos de jóvenes que sobresalen en las canteras. La mayoría de representantes ya tienen contactos en los clubes de Primera que les permiten conocer cuáles son los muchachos que despuntan en las distintas categorías.
La ventaja para estos jóvenes es que adquieren en la Sele algo que en la mayoría de clubes solo consiguen a cuentagotas: roce internacional.
Si un futbolista completa el proceso desde la Sub-15 hasta la Selección Sub-20, puede sumar, en promedio, 80 partidos internacionales. Amistosos y torneos internacionales con la Sele también abren puertas afuera.
Un joven puede llegar a un club de Primera División por dos vías: se aproximan al equipo, hacen una prueba y se quedan. También pueden ser reclutados en una visoría, por lo que llegan recomendados por un entrenador.
Antes de los 23 años, el club que aspire a comprar un jugador tendrá que pagarle una suma de dinero al equipo que lo formó. El monto a pagar se establece de acuerdo a una tabla de la Fedefútbol; a este pago se le conoce como “derechos de formación”.
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