Oportunismo electoral
Al cumplir su mayoría de edad, el Partido Acción Ciudadana (PAC) se ha consolidado como una fuerza política importante, a tal punto que ha triunfado en las dos últimas elecciones presidenciales.
Sin embargo, el porcentaje de votos obtenidos para diputados, dato que puede considerarse representativo de su base partidaria, de su verdadera fuerza política, nunca le ha permitido conformar una fracción legislativa mayoritaria. Los resultados obtenidos en las cinco elecciones en las que ha participado muestran un respaldo para diputados aproximado del 16 % (excepto en el 2010 que consiguió apenas el 12 %), apoyo mucho menor que el recibido para sus candidatos presidenciales.
La información estadística de esos comicios revela que, en la mayoría de las ocasiones y al final de la contienda, esa agrupación, en la votación para presidente, ha aumentado considerablemente su base partidaria cuando el proceso se ha polarizado debido a alguna situación o asunto ocasional.
De esa manera, el PAC se ha nutrido del apoyo de electores que, sin ser sus simpatizantes, votan a su favor para evitar el triunfo de otro partido, en una realidad que puede caracterizarse como de oportunismo electoral.
Voto negativo.
La lógica imperante de votar por determinado candidato para que no gane otro –que en la práctica no es otra cosa que un voto negativo, un sufragio contra otra opción y no a favor de una propuesta programática o de un ideario político– ha beneficiado al PAC en algunos de los procesos electorales.
Así sucedió en la elección del 2006, en la que su candidato presidencial alcanzó casi el 40 % de los votos, superó en 24 puntos porcentuales los recibidos para diputados. En esa oportunidad, el PAC se convirtió en la opción para quienes adversaban la reelección de Óscar Arias, objeto de una campaña negativa por su apoyo al TLC y, a raíz de los escándalos de corrupción que involucraron a algunos de sus colegas, por su condición de expresidente.
La crisis que esos escándalos le produjo al Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) también favoreció al PAC, por cuanto la debacle de esa agrupación fue de tal magnitud que, de 590.000 votos obtenidos por Abel Pacheco en la primera ronda del 2002, en esa ocasión solo recibió 57.000, lo que hace suponer que la mayoría de los socialcristianos se decantaron por la opción con más posibilidad de ganarle al Partido Liberación Nacional (PLN), su enemigo histórico.
Cabe señalar que en la elección siguiente, la del 2010, obtuvo el 25 % para presidente, el mismo porcentaje alcanzado en su debut electoral del 2002.
El porcentaje de votos obtenidos para diputados nunca le ha permitido conformar mayoría
Promesa de cambio.
En el 2014, su candidato presidencial recibió el doble de los votos para diputados, en una elección marcada por el deseo de un cambio y el abrumador rechazo a un tercer período consecutivo del PLN, afectado por las denuncias de corrupción relacionadas con la trocha fronteriza y otros cuestionamientos.
El debilitamiento sufrido al final del proceso por el Frente Amplio, consecuencia de una fuerte campaña satanizando su orientación ideológica, fue otro factor que favoreció el sorpresivo ascenso de Luis Guillermo Solís, quien logró convertirse en la alternativa al PLN, encabezar los resultados y pasar a la segunda ronda, donde duplicó los votos obtenidos en la primera.
En la elección de febrero de este año, polarizada por la resolución de la Corte Interamericana de Derechos Humanos sobre el matrimonio igualitario, el PAC mantuvo el promedio de votos para diputados (16 %), aumentando solo un 5 % los votos para presidente, porcentaje que le permitió disputar la segunda ronda. En esta ocasión, la cantidad de escaños legislativos obtenidos (10) es la menor de su historia.
Carlos Alvarado.
Es de suponer que el incremento para presidente se debió, en parte, a que la mayoría de los partidarios del Frente Amplio se decidieron por Carlos Alvarado en la primera ronda, pues de un 4 %, que fue su votación promedio para diputados, apenas el 0,78 % lo hizo por su candidato presidencial.
En el balotaje, 800.000 electores que en la primera ronda habían preferido otras opciones le dieron el triunfo al PAC, repitiendo la hazaña del 2014, pese a que en esta elección, igual como en la anterior, otras fuerzas políticas obtuvieron una cantidad mayor de congresistas.
Los datos analizados permiten deducir y afirmar que el PAC es un partido electoralmente oportunista, puesto que, ya sea por la habilidad de sus líderes, por casualidad o por suerte, ha obtenido provecho de acontecimientos o situaciones de naturaleza circunstancial.
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