¿Quién es Carolina Hidalgo Herrera?
Ella, recién elegida presidenta del Directorio de la Asamblea Legislativa, expresó: “Soy mujer, soy joven y soy, además, una persona muy comprometida. Con mi trabajo, haré honor al apoyo que hoy he recibido y a la nueva época de la política que represento”.
Pocos, entre ellos el suscrito, hemos tenido la dicha de tener a la nueva presidenta del Congreso como alumna; específicamente, en la maestría de Derecho Público de la Universidad de Costa Rica. Porque la conozco, no dudo que ella cumplirá con un trabajo de altísima calidad en retribución por el apoyo otorgado.
Ella fue alumna de la generación del 2012, tal vez la mejor, o de las mejores, generaciones hasta la fecha de esa maestría. Recuerdo los debates de las clases, así como las asignaciones. Una tarea en particular, analizar un proyecto de ley de aquel momento, me dejó patente el pensamiento de Carolina en materias sensibles.
Así, cuando se discutía por aquel año una iniciativa que reformaría funciones de la Contraloría General, en un ensayo, ella y otro gran alumno (Miguel Ángel Alfaro) manifestaron: “Restringir a la Contraloría a la sola verificación de legalidad, no solo no es acorde con la Constitución, sino que tiene el vicio perverso de limitar a la Contraloría a un control formalista, cuando es bien sabido que graves errores se han cometido en el quehacer público, o bien, grandes casos de corrupción se han dado donde las acciones indebidas fueron cuidadosamente diseñadas para calzar dentro del ámbito de legalidad, del deber ser de las normas, mas no cumpliendo con el deber ser ético, oportuno y eficaz con el que debe actuar la administración, protegiéndose de esta forma grandes delincuentes de cuello blanco”.
Ambos mostraron una honda preocupación por la corrupción y un preciso criterio sobre la ética, lo cual refleja el material del cual está hecha.
Competencias.
Carolina tiene la energía de una joven, el ímpetu de un soñador, la perspectiva inclusiva, porque su logro, como lo dice ella misma, se da siendo mujer (es la tercera en la historia en llegar a tan digno cargo), una que sabe que no fue ni es fácil aún para las mujeres alcanzar estas metas en un país con déficit de equidad. Tiene, además, y de sobra, la disciplina que da ejercer su profesión con notable calidad y gran compromiso por los valores del derecho; y optó por desarrollar una facultad que no todos poseen: ser una persona que busca la resolución de los conflictos. Eso lleva a buscar concertación.
Concertación.
Fue en el seno de la Asamblea Legislativa que surgió el Acuerdo Nacional por la Costa Rica Bicentenaria. En este se indica que se “deberá propiciar una nación más próspera en términos económicos; más equitativa y de alto progreso social; solidaria entre sus ciudadanos y sectores; moderna y competitiva ante la economía global; con gobernabilidad democrática y fuerzas políticas que dialogan con fluidez y transparencia en función de los objetivos superiores de la nación”.
El acuerdo luego da detalles de una serie de acciones y recomendaciones en diversos campos que, en buena cantidad, necesitan de una Asamblea Legislativa que legisle. Desde asuntos fiscales hasta transporte público, forma de gobierno u otros agudos temas, se necesita concertar proyectos de ley, y en ese tanto, las cualidades de Carolina son de especial valor. Si algo habrá, es una presidenta dispuesta a construir y concertar.
Reforma del Reglamento.
Parte de lo que se necesita es la reforma del Reglamento legislativo. En ese sentido, cabe hacer un llamado a las fracciones legislativas para que permitan que Carolina y Miguel Ángel Alfaro, quienes por cierto han sido de los más capaces asesores legislativos que he conocido, expongan el proyecto de ley que desarrollaron como parte de su tesis final de graduación en la maestría que cité.
Se trata de un texto que propone reformar a favor de un procedimiento más expedito e inteligente para legislar. Creo que ese texto responde a la tan urgente reforma del Reglamento.
Así, queda contestada la pregunta de quién es Carolina. Lo hice desde la óptica de profesor, que la conoce. Una ciudadana que será de mucho bien para nuestra Costa Rica. ■
Ella cumplirá con un trabajo de altísima calidad en retribución por el apoyo otorgado